Argentina en Hogwarts

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“A mí me volvió loco tu forma de ser”

Loco (Tu forma de ser) - Los auténticos decadentes

Emilia

Desde que el extraño hombre de capa negra, llamado Severus Snape, se presentó en mi cálido hogar a decirme que era una bruja, mi mente no paraba de procesar información. Sobre todo, porque no paraba de asombrarme con las cosas que veía.

Primero, el hecho de haber viajado en avión hacía Londres. Fue una locura, ósea yo nunca viajé en avión. Apenas y me subí a un auto en mi vida. Se preguntarán porqué no viajamos mágicamente. Bueno, al parecer Severus es de esos hombres que siguen las leyes y reglas al pie de la letra, ya que "solo usaría magia cuando fuera necesario". No me quejo, siempre quise viajar en avión.

El vuelo duró unas 16 horas. Si, ya a lo último tenía el culo cuadrado de tanto estar sentada. Al parecer Severus también, ya que ni bien bajamos del avión, utilizó magia para llegar al Callejón Diagon, o Diagonal, algo así. Y al llegar ahí, los ojos casi se me salen de lugar por todo lo que veía.

Magia, magia y más magia. Primero fuimos al banco Gringotts donde había un montón de duendes, que daban miedo la verdad. Nos llevaron hasta la bóveda 345, dónde había muchísimo dinero mágico, y era mío. Severus me explicó cómo funcionaba el dinero, pero no entendí mucho.

Después, fuimos a varias tiendas; Severus se encargó de comprar cosas aburridas, cómo libros, útiles escolares y no sé qué más. Yo compré mi mascota: una gata blanca, peluda y hermosa llamada "Nube". Después compré mi uniforme, dónde me tomaron las medidas. Luego a una tienda de dulces donde compré varios para probarlos aunque de algunos me arrepiento. Y luego, tomé helado.

Por último, compramos mi varita. El señor, que todavía no entiendo porqué no se jubila, me reconoció rápidamente. Probé algunas varitas, que no funcionaron y le rompí todo el local. Estaba al rendirme pero mi varita apareció. Me dijo las características pero ni me acuerdo.

Cuando terminamos, ya casi anochecía. Severus me explicó que los alumnos llegan a la escuela en tren, pero que este había partido temprano y seguramente ya esté al llegar. Por lo que debíamos ir hasta el colegio en su moto voladora.

Era muy gracioso ver a Snape con antiparras y casco, pero seguramente yo me vería igual de ridícula, así que mejor me calló.

[...]

Cuando llegamos al colegio, que era UN CASTILLO, ya era de noche. Ni idea qué hora serían. Solo sé que tengo hambre y sueño.

— Apresúrate, ya todos deben estar en el Gran Comedor — dijo Snape, caminando rápidamente por los pasillos de la escuela

La escuela era enorme. Los cuadros se movían y hablaban, las escaleras cambiaban de dirección. Esto gritaba "magia" por donde se lo miré.

— ¡Emilia! — Snape me llamó, algo enojado

Lo miré y me di cuenta que me había quedado varios metros detrás de él, observando el colegio a mi alrededor. Aunque estaba bueno, era algo antiguo. Yo creo que necesita una remodelación urgente.

— Aún debes ponerte el uniforme, y deben seleccionar tu casa — explicó Snape, cuando llegue a su lado —. También vas a entregarme tu celular, aquí no están permitidos

— No, nada de eso. Mi celular me lo quedo, era una condición. Y la otra era que primero iba a hablar con Dumblidore — Severus freno su paso y me miró, con cara de culo