cinco

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“Tu sonrisa a mil
Siempre te distingue

Yo te diré - Miranda!


Emilia

Me desperté con un dolor de espalda impresionante. Encima nos levantaron más temprano de lo normal, ya que debíamos ir a nuestras habitaciones a alistarnos para las clases.

Lo primero que hice fue darme una ducha y pensar cómo podía hacer para esconderme del loco de Sirius Black.

Cuando salí del baño mis compañeras ya se habían ido a desayunar. Me cambié con la ropa del colegio, pero decidí no ponerme la capa habitual para que no se note que era estudiante. En vez de eso, me puse un saco de lluvia color violeta que me llegaba hasta las rodillas, con los botones prendidos.

Después me agarre el pelo con un rodete y me puse una peluca roja y corta que me llegaba hasta arriba de los hombros. Y arriba de la peluca me coloque un pañuelo blanco transparente, y unos lentes de sol negros en los ojos.

Perfecto. No me iba a reconocer ni Dios. Pero eso solo no bastaba, debía estar alerta. Estoy segura que Sirius sigue en el castillo, escondido en alguna parte. Ósea es enorme, puede esconderse en millones de lugares.

Agarre un bolso grande para guardar mis útiles, no iba a usar mochila porque se darían cuenta que soy estudiante. En cambio así creerían que soy profesora. O un duende que trabaja en Gringotts. Da igual.

Camine hasta el Gran Comedor, ya que aún era temprano. Pero no lo hice como siempre, apurada y atropellada. Sino que iba mirando para todos los costados, bien cuidadosa y alerta.

Entre al Comedor y me acerqué a mis amigos, pero no me senté en la mesa.

— ¿Y está quién es? — preguntó Ron. Perfecto, nadie me reconoce

— ¿Eres tonto? Es Emilia — dijo Hermione. Pero la puta madre

— Shhh — dije, efusivamente. Todos me miraban como si estuviera loca —. No soy Emilia

— ¿No vas a sentarte a desayunar? — preguntó Harry

— No puedo, no soy estudiante — dije, mientras agarraba comida y la guardaba en mi bolso

— Pero, ¿qué haces? ¿De quién te escondes? — preguntó Hermione, confundida

— De Sirius Black — susurre

— ¿Es por lo que escuchamos anoche? — preguntó Harry

— Me tengo que ir, no quiero levantar sospechas — respondí y comencé a retroceder

— Todos debemos irnos, tenemos clase — dijo Hermione y todos se pararon

Comencé a retroceder y choque con Filch, que me miró extrañado. Escuche cómo los chicos se reían y Ron casi escupe el jugo. Le hice señas con las manos para que siguiera su camino.

Los chicos venían atrás mío. Intentaron salir del Comedor pero los frené. Me apoye en la pared, para mirar cuidadosamente si el pasillo estaba vacío. Y lo estaba, así que les hice señas para que salgan.

Seguí así hasta que llegamos al salón de DCAO. Todos nuestros compañeros y los Slytherin's ya estaban afuera esperando que sea la hora de entrar.

— Aún no entren — dije, parándome en la puerta y frenándolos con mis manos —. Debo verificar que sea seguro

— ¿Qué haces, Emi? — preguntó Neville

— ¡Neville! — lo rete —. No digas mi nombre. Los estoy cuidando

Argentina en Hogwarts Donde viven las historias. Descúbrelo ahora