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-Su majestad, en verdad discúlpeme por lo que voy a decir..., ¡pero no joda!- gritó el bufón mientras observaba a la reina canguro con el ceño fruncido. No pasaron tantos segundos para que el sapo le diera un fuerte codazo al bufón, sacandole un grito tanto de dolor como confusión. -¿¡Qué diablos pasa contigo?!- Dirigió su mirada hacia donde se encontraba el sheriff, quien simplemente chasqueo la lengua y se cruzó de brazos.

-Muestra más respeto ante la reina, tarado.- exclamó vagamente, para posteriormente mirar directamente a los ojos al de baja estatura. -¿Cuántos golpes más necesitas para comprender?

El bicolor comenzó a susurrar maldiciones mientras estiraba sus brazos, preparándose para comenzar a una pelea con el sapo; sin embargo, Bouncelia al notar esto, tosió levemente para llamar la atención de ambos seres, consiguiendo lo con total éxito.

-Estoy consciente de que ustedes dos no son la descripción correcta de amistad- exclamó la canguro; empezando a rascarse un poco la nuca mientras veía de reojo a ambos presentes, los cuales se encontraban en una situación algo cómica donde Toadster tenía su mano recargada sobre la cabeza del bufón, quien segundos atrás intentó atacarlo, logrando empujarlo sin esfuerzo alguno. -...Toadster.- Con tan solo mencionar su nombre, logró que el sapo soltara a Bittergiggle, quien terminó cayendo de cara. -Así que pensé: "si talvez los hago convivir por más tiempo, podrían llegar a mejorar su amistad, o mínimo que se puedan tolerar".- La reina les dedicó una sonrisa que reflejaba demasiada ingenuidad por parte de ella.

Bittergiggle se levantó como si nada, sin mostrar signos de dolor o algo parecido apesar del gran beso que le dio al piso momentos antes; admiró a su majestad por unos segundos con total tranquilidad, hasta que decidió abrir la boca:

-¡No pienso y me niego rotundamente a convivir con este estúpido sapo!- cruzó los brazos y desvío su mirada hacia el suelo. Su cuerpo comenzó a tembla al sentir dos miradas fijas sobre su persona.

-...Es una orden, Bittergiggle.- exclamó con demasiada seriedad y ligera superioridad la canguro de color morado; posteriormente su aura cambiaría a una totalmente serena. -Espero que usted también esté de acuerdo, sheriff. -Sonrió mientras dirigía su vista hacia Toadster, quien se inclinó mientras retiraba su sombrero con total firmesa.

-Por supuesto, su majestad.- al notar que Bittergiggle no hacía o decía nada, decidió reincorporarse y darle un pequeño pellizco en el brazo color verde. -Tu igual, ¿verdad, Bittergiggle?- Le dedicó una sonrisa completamente fingida, apretando los dientes.

-¡Auh!- rápidamente se inclinó para hacer que su contrario lo soltara. -¡Sí, sí, estoy completamente de acuerdo, su majestad!- el sheriff se apartó y volvió a retirar el sombrero de su cabeza, dirigiendo la vista nuevamente hacia donde se encontraba la reina. -"Sapo imbecil"- Soltó a lo bajo.

-...Y considero que deberían iniciar hoy mismo, ¿qué tal un pequeño abrazo?- soltó con un relajado tono de voz, recargando su cabeza sobre su mano izquierda. Al darse cuenta que ni el sapo ni el bufón estaban dispuestos de llevar a cabo aquella acción, suspiró. -¿Sería mucho más qué suficiente un apretón de manos?- Sonrió dulcemente.

Esta vez ambos presentes accedieron; procedieron a dar media vuelta para verse cara a cara, los dos se observaban con cierta molestia y tardaron demasiado en siquiera extender la mano al contrario, aunque al final llevaron a cabo el apretón; sin embargo, Toadster aplastó con mucha fuerza la mano del bicolor, esto claramente hecho a propósito, el bufón se mordía la lengua con mucha fuerza para evitar soltar un grito.

-Lo están haciendo genial, si siguen así en pocas semanas lograrán un enorme progreso.- exclamó con emoción y entusiasmo la reina canguro, tratando de motivar a Toadster y Bittergiggle para que continúen. -¿Qué les parece si hacen la guardia juntos esta noche?

-Como usted lo ordene, su majestad.- hizo una corta reverencia para seguidamente empujar de manera algo brusca al bufón, en indicación de que lo siguera. El bicolor soltó un bufido, se despidió de su reina sacudiendo rápidamente su mano, para después comenzar a ir por el mismo camino que iba el Sheriff Toadster. El sapo iba más avanzado, mientras que Bittergiggle daba pequeños saltitos bajando los escalones de madera. -Eso es muy inmaduro de tu parte, Bittergiggle.- exclamó, observando como el mencionado terminaba de bajar el último escalon. -Compórtate como deberías.

-Uy, resulta que al señor sheriff le molesta que algunos queramos darle algo de emoción a la vida.- se cruzó de brazos, moviendo su cadera lentamente de un lado a otro en cuanto hablaba.

-Ugh, ¿sabes, Bittergiggle?, eres un idiota.- el sheriff frunció el ceño cuando el bufón se acercó más de lo que debería a su espacio personal.

-¡Oh!- posicionó su mano morada en su frente mientras retrocedía, realizando una reacción totalmente dramatizada; soltó pequeñas risas que únicamente lograron confundir al sapo. -En ese caso, ya tenemos algo en común, señor sheriff.- estaba a punto de picarle el rostro al contrario, pero este le agarró el brazo color verde con fuerza. -¡Auh, auh, se cuidadoso con mi lindo bracito!

El sapo rodó los ojos y comenzó ha arrastrar al bufón hasta la zona de enfermería. Pensaba: "si de por si hacer la guardia es muy agotador, no quiero imaginar como será con este lamentable chiste de payaso"; dirigió su mirada al bufón, el cual daba pasos torpes debido a los constantes estirones por parte del sheriff, incluso en algunas ocasiones casi cayéndose; Toadster suspiró "será una larga y abrumadora noche".

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"Un nuevo comienzo para algo que inició mal", realmente queda muy bien en ambos conceptos.

Solo diré que talvez no hayan actualizaciones tan seguidos, pero espero que, en el hipotetico caso de que alguien esté leyendo esto, les haya gustado el reescrito del primer capítulo.

•【 El sapo y el bufón 】Un reino, dos idiotas •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora