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—¡Eres un degenerado! —la voz femenina resonó como el estruendo de un treno, en un perímetro preocupante.
Y del mismo modo, sonó la bofetada que ella le dio al rostro del joven que se había atrevido a verla sin una sola prenda de ropa.
Las aves volaron, las hojas de los árboles se mecieron ante un fuerte soplido de viento...
—Auch... lo siento; no fue mi intensión —se quejó Ryōsuke, acariciándose la cara, en su zona afectada, mientras permanecía sentado de espaldas mientras Karai (sin tener otro camino) usaba una larga y desgastada yukata azul cielo para cubrir su desnudez.
Ambos estaban en una cueva, tenían una fogata decente para ver a su alrededor; y Karai no tenía nada que ponerse salvo aquella fea yukata que ahora le vendría bien a Ryōsuke para tapar los músculos de su espalda y brazos, los cuales, no pasaban desapercibidos por ella, cuando lo miró de vuelta.
¡No debía distraerse! Karai apretó sus labios y se preguntó si Ryōsuke había dicho la verdad.
Era irónico.
¿Cómo habían terminado juntos en una cueva con ella desnuda a merced de su enemigo jurado?
Bueno, básicamente las "cuatro escorias" habían tenido otro encuentro contra el Clan del Pie; mientras los hermanos de Ryōsuke se hacían cargo de otros aliados fuertes de Shredder, Karai se había enfrentado al espadachín de azul; ambos cayeron por un barranco, ella perdió el sentido y hasta ahí, ella recordaba. En su momento pensó que moriría.
—¿Qué le pasó a mi ropa? —exigió saber, queriendo sentirse tan deshonrada como seguramente ya lo estaba socialmente—, ¡¿qué fue lo que me hiciste?! ¡¿Te aprovechaste de mí, pervertido?!
—¡No! ¡Espera...! ¡Tu ropa está afuera secándose! —gritó él, cruzado de brazos—. Tuve que quitártela porque caíste en el lodo, te habrías ahogado.
¿Lodo?
Karai quiso reírse por tan patética excusa, pero... ahora que lo notaba, su cabello estaba muy sucio. Echó un vistazo con ayuda de sus dedos...
Tierra seca en su cabeza.
Karai se sentó sobre el mismo lugar donde había despertado y miró la espalda de Ryōsuke. Ahora que prestaba algo de más atención, notaba muchísimas cicatrices en su piel; y eso para alguien que estaba acostumbrada a ver cuerpos masculinos siendo azotados, no debería sorprenderle tanto como lo hizo verlo a él de este modo.
Sintió un fuerte y nada honorable deseo por abrazarlo.
Por su parte, su lado malvado le dijo que no debía desaprovechar esta oportunidad; que este sería el momento idóneo para clavarle un cuchillo en la nuca a su enemigo y terminar con esto. Pero no lo haría aunque él estuviese atado hasta el cuello y ella con el arma más filosa de Japón en sus manos.
No quería aceptarlo, pero estaba sintiéndose muy... muy atraída por él.
No sólo estaba su apariencia física, la cual era muy llamativa; también estaban sus habilidades como guerrero; su comedia barata y su fuego interno por la justicia. Ese valor que se requería para encarar a su padre... luchar contra él... y casi vencerlo.
—Ryōsuke...
—Escucha, te juro que no te toque... no de ese modo —masculló él, con los dientes apretados—, jamás haría algo tan horroroso como eso... a nadie.
Algo en su voz llamó mucho la atención de Karai.
¿Acaso...?
—Disculpa por la bofetada, entré en pánico —susurró ella, acurrucándose sobre una de las paredes de la cueva, con la yukata azul apenas cubriéndole el trasero.
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Las memorias de la abuela Karai Hamato
General Fiction【:. ROTTMNT .:】La conexión de April con Gram-Gram Hamato parece no haberse desvanecido por completo. Últimamente, la joven O'Neill parece tener visiones al pasado de la abuela Karai; la primera lideresa Hamato. ¿Qué descubrirá en ellas? ❦⁂⁎∗∗∗⁎⁂❦⁂⁎∗...