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Estaba aterrada. Iba en un coche con un desconocido que me recogió en el aeropuerto hacia lo que seria mi nueva casa. Quien no lo estaría en mi lugar?
Cuando me llamaron y me dijeron que el trabajo era mio no lo podía creer. Estaba tan contenta que casi me caigo por las escaleras de mi casa. Pero ahora que estaba tan cerca ya no me parecía tan genial. Estaría en una cuidad que no conocía, una ciudad como los Angeles es casi como un país. Bueno... un país muy pequeño pero aun así.
Sobra decir que no conozco a nadie aquí ya que nunca he salido de mi pueblo. Triste pero cierto.
- Estamos llegando señorita. - dijo el conductor barra guardaespaldas. Lo segundo lo deducí por su tamaño.
El conductor cuyo nombre era Estan por cierto, paro delante de una barrera y un guardia de seguridad salio de la caseta que estaba a mi izquierda.
Me encogí un poco en mi asiento, todo era tan nuevo para mi.
Estan le enseño una especie de tarjeta al hombre y la barrera se abrió. A mi ni me miro. No sabia si tenia que ofenderme o alegrarme por ello.

Cada vez me costaba mas respirar, notaba el pánico recorriendo todo mi cuerpo. Esto no iba a salir bien. Creo que empece a hiperventilar, no estaba segura del todo por que todo se volvió en un segundo.

- Señorita. Señorita Jones? - Unas manos me zarandeaban suavemente. - Me oye?

- Uhm huh. - podía hacerlo mejor. - Estoy aquí.

Abrí los ojos lentamente para ver a Estan encima de mi. Su cara era una mezcla entre preocupación y miedo. Tengo que admitir que tenia un poco de gracia que un hombre tan grande como el se asustara asi.

- Me alegro de que este bien. Cree que necesita ir al hospital? - el hombre aun estaba encima de mi, podía notar todos sus músculos tensos debajo del traje oscuro que llevaba. Me moví un poco para separarme de el, una no es de piedra y tenia que admitir que era un hombre atractivo en todos los sentidos.

- Estoy bien. No tienes que preocuparte por nada. - solo por que le ataque como una loba hambrienta.

El sonrió, mi cerebro lo interpreto como una sonrisa sugerente, pero seguramente solo era de alivio. Se incorporo lentamente y desde su altura que no era poca me miró de arriba a abajo. A lo que yo me puse roja como un tomate. Hacia demasiado tiempo que no estaba con un chico y eso pasaba factura tarde o temprano. Hormonas tontas. Tenia que aprender a controlar eso pronto.

- No tiene que preocuparse por nada, o hará bien. La señorita Mia es una niña muy buena, no creo que tenga ningún problema. - se que tenia una buena intención por los ánimos no ayudaban mucho.

- Esta bien, estoy lista. Podemos irnos ya. - cuanto antes hiciera esto mejor. Le sonreí, me acomode en mi sitio y respire hondo. Podía hacerlo. Solo era un trabajo al fin y al cabo.

Subimos por una colina no muy empinada y nos paramos delante de una puerta metalica.
El coche comenzo a rodar colina arriba cuando la puerta se abrio. Cuanto mas nos acercabamos menos podia creerme lo increible que era.
Una casa de estilo moderno como las que solo ves en la tele se alzaba en lo alto. Era enorme no sabria decir cuanto. En todo caso jamas me habria imaginado estar tan cerca de algo asi.

- La esperan dentro. - no me habia dando cuenta de que habiamos parado, y que Estan me esperaba con la puerta abierta.
Hice un intento de sonrisa que mas bien se quedo en una mueca y sali del coche.
Temblaba un poco pero nada que no pudiera disimular.

- Yo llevare su equipaje.- me hizo una señal para que fuera hacia la puerta. Yo solo asenti. - Buena suerte.
Eso es lo que necesito y mucho. A partir de ahora las cosas iban a cambiar, pero no tenia ni idea de cuanto.

Kiss me nowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora