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Después de un mes en aquella locura de casa debería estar acostumbrada a que cada día fuera diferente. Pero era difícil con toda esa gente entrando y saliendo, sin tiempo si quiera a recordar sus nombres. 

Pero en cambio Mía era un cielo de niña, tan dulce y buena. Fue difícil no cogerle cariño el primer día. Era como un duende risueño y sonriente con curiosidad por todo. Con ella el tiempo se me pasaba volando y ni me daba cuenta. 

Yo esperaba que ella fuera la difícil y a la que le costaría acostumbrarse, pero nunca deis nada por hecho por que era su padre el que me estaba volviendo loca. Si era él el que ponía el horario, por que le costaba tanto cumplirlo. Pero supongo que así son las estrellas... Siempre hacen lo que quieren y nadie les dice nada, bueno, por que son las estrellas y nadie les lleva la contraria. Eso he podido verlo de primera mano este mes.

Estaba bajando las escaleras camino hacia la cocina por que Chris me había dicho que teníamos una "reunión" para hablar del horario de este mes. No se ni para que se molesta si al final ni si quiera lo va a cumplir. Entre en la cocina y me senté en el taburete de siempre, si ya tenia mi sitio favorito, el llegaba tarde. Sorpresa. Me quede allí sentada esperando, total tampoco tenia nada que hacer.

Después de unos diez minutos largos y aburridos por fin apareció Chris, no le preste atención, estaba aprendiendo a tratar con ese hombre y había descubierto que era mejor dejarle a su aire. Espere  a que se sentara a mi lado pero no lo hizo. Solo se quedo allí de pie cuando me di cuenta de que no estaba solo. A su lado estaba un hombre alto y guapo, con el pelo largo que le llegaba a los hombros y de un color dorado precioso. Se notaba que era de California, nadie fuera de aquí tiene ese color de pelo. Me quede embobada mirando sus increíbles ojos oscuros. Era como perderse en un laberinto de que no quieres salir nunca.

El me sonrió suavemente y arqueo una ceja, por mi cara debía de saber que me había quedado en shock. Debía de pasar le a menudo. 

- Al este es Jason. - Ese era Chris hablando, estaba segura. 

- Encantado de conocerte. Que clase de nombre es Al? - Hasta su voz era sexy, me dio la mano y yo se la estreche.

- Es Alabama, pero Chris decidió llamarme Al -  le mire con desaprobación, sabia que no me gustaba pero a el le daba igual.

- Precioso nombre Alabama.  - Mi nombre en sus labios era un placer difícil de ignorar. Sonreí, no podía evitarlo. Era la primera vez en meses que alguien coqueteaba conmigo en esta ciudad y tenia que admitir que me gustaba.

No me hacia falta mirar a Chris para saber que es esa escena no le estaba gustando nada. Que su empleada ligue con un amigo suyo? Oh si esto me traería problemas mas adelante... No tenia ninguna duda. 

Iba a darle las gracias cuando Chris me interrumpió - Tenemos trabajo. - Sonaba un poco molesto.

- Si por supuesto. Fue un placer conocerte Jason, espero volver a verte pronto. - le di mi mejor sonrisa y el me la devolvió. 

Ya se estaba marchando cuando se dio la vuelta y volvió hacia mi. Mire a Chris por encima de su hombro y su cara era una mezcla de horror e incredulidad sobre todo por que pudo oír las siguientes palabras : Te gustaría venir conmigo a una fiesta este sábado?  Ese hombre tan sexy me estaba invitando a salir y como iba yo a decirle que no. Esta claro que no iba a dejar pasar la oportunidad. 

- Me encantaría salir contigo el sábado.- lo dije sin pensar. Quería salir con el. Me dio su móvil y yo apunte mi numero.

- Te llamare. - me guiño el ojo y tan rápido como vino se fue.

Osea que tenia una cita. Estaba alucinada y no podía dejar de sonreír. Ahora solo faltaba que mi jefe me diera la noche libre. Vaya eso si que iba a ser algo complicado. Respire hondo un par de veces para armarme de valor e intentar convencerlo aunque ya sabia que a el no le hacia ninguna gracia.

El tiempo que tardo en volver se me hizo largo, realmente largo. Cuando oí sus pasos acercándose me senté erguida, fue un acto reflejo. Estaba siendo realmente incomodo cuando se sentó a mi lado. El no dijo nada y yo tampoco. Quería que fuera el, el que sacra el tema pero no lo hizo. En vez de eso se limito a mandarme  el horario de la semana por correo electrónico sin mirarme a la cara. 

Revise los días uno a uno como cada semana y cuando legue al sábado y vi que ese día no tendría trabajo no sabia que pensar. Normalmente mi día libre era entre semana pero esta vez no. No pude evitar pensar en que era un error. O lo había cambiado para que yo pudiera ir a mi cita? Tenia que preguntarle.

- El sábado no trabajo? - levante la cabeza para mirarle y sus ojos estaba clavados en mi. Abrí la boca para decir algo pero la volví a cerrar. Aun no había visto esa mirada y me hizo pensar que habían muchas cosas que no conocía de el.

- Tienes el día y la noche libres . - dijo "noche" de una forma tan dura que me hizo sentir mal. Pero no dije nada. No tenia sentido revolver las cosas sobre todo por que ya podía ir a mi cita.

Me estaba levantando de mi silla para irme cuando me cogió del brazo. Era la primera vez que me tocaba sin contar su mano en mi hombro el primer día. Por lo general el evitaba el contacto. Sentir el roce de sus dedos en mi y la piel se me puso de gallina, un escalofrió me recorrió el cuerpo tan rápido que me sacudió. Mire hacia donde me estaba tocando y cuando se dio cuenta dejo caer su mano. 

Ninguno de los dos dijimos nada. Nos quedamos en silencio unos segundos antes de que el se levantara y se fuera. Vi como se alejaba mientras me preguntaba que coño había pasado.



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⏰ Última actualización: Jul 27, 2016 ⏰

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