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Llevaba como una hora sentada en un taburete de la cocina. Si por fuera la casa era increíble, lo de dentro estaba claramente a la altura. Podría vivir en esa cocina, si fuera una chica elegante claro. Pero para alguien de campo como yo esto es demasiado.
Fui a la nevera a por una coca cola. Si tengo que esperar por lo menos lo haré hidratada.
Cuando abrí la doble puerta de metal no me lo podía creer.

- Oh, mirame soy una estrella y mi nevera esta ordenada al milimetro. - imitar a la gente nunca se me ha dado bien, pero la burla? Eso es lo mio. - Puedo hacerte esperar todo lo que quiera por que soy Chirs Brown y tu no eres nadie.

Vaya sorpresa... ni rastro de coca cola. En vez de eso, latas de asquerosa pepsi. Argg.

- Sabes, mi voz no suena así.

Me quede petrificada delante del frigo. Oh dios, oh dios. Por favor que esto sea una broma.
Me di la vuelta lentamente y ahí estaba el. Apoyado contra la pared con los brazos cruzados. Genial, aun no he empezado a trabajar y ya la he cagado.
Esboce una temblorosa y tristemente falsa sonrisa que sabía que no me ayudaría a mejorar esto.

- Soy Al... Alabama. Yo... - la voz me salió tan temblorosa que no pude ni terminar la frase.

- Se quien eres. Sígueme.

Salió de la cocina, y yo lo seguí como pude pasando por el salon que seguía la misma linea de decoración que la cocina. Una enorme tele con un gran sofá muy acogedor.
Pasamos por la entrada donde estaban mis maletas y entramos en una especie de despacho.
Me senté en un pequeño sofá mientras él buscaba algo en el escritorio.
No pude evitar observar mientras estaba ocupado. A pesar de que nunca me ha llamado la atención físicamente es un chico muy atractivo. Pero claro alguien tan famoso como él tenía que serlo.

Se acercó a mí con una pila de carpetas anormalmente abultadas y se sentó a mi lado. Se suponia que tendria que decir algo? Mi corazón martilleaba en mi pecho y el estómago me daba vueltas. Me concentré en respirar, no quería desmayarme, otra vez.

Chris empezó a sacar papel tras papel y los puso delante de mí. Me eché hacia delante para poder ver mejor.

- Tengo que firmarlo? - no estaba segura y el no iba a ponerlo más fácil. Busque un boli en mi bolso pero no estaba por ninguna parte.

Estaba tan concentrada buscando que no me di cuenta de que se había movido. Solo senti su mano en mi hombro y me paré en seco. Mire hacia su mano para estar segura de que era el no imaginaciones mías. Pero su mano estaba ahí.

Cuando por fin la quito después de lo que me pareció una eternidad, pero probablemente solo fueron unos segundo, me acomode en mi sitio.

- Antes de firmar deberías leer lo que pone para ver si estas deacuerdo. Solo por si acaso. - cómo podía estar tan tranquilo cuando estaba claro que yo estaba al borde del pánico?

Podría empezar a actuar como un adulto responsable, más que nada porque empezaria a cuidar de una niña y no estaba dando una buena imagen. Seguro que pensaba que estaba malditamente loca, no sería nada extraño.

- Ya lo he leído. Me lo mandaron hace un par de semanas. - creo que vi un pequeña sonrisa apenas perceptible en sus labios. Y no pude evitar sonreír.

Me paso un boli y empeze a firmar.

Cuando acabamos con el papeleo estaba más que harta. Fue un alivio y de hecho me había tranquilizado. A partir de ahora trabajaría en una casa con toda clase de lujos. No mucha gente podría decir eso y menos de donde yo venía.

De lo que me estaba dando cuenta también es de que el chico no era muy hablador. En veinte minutos apenas me ha dirigido dos frases. Tendría que acostumbrarme a vivir en silencio. Antes de darme cuenta él ya me estaba esperando en la puerta. A parte de poco hablador, silencioso.

Le seguí otra vez por donde habíamos venido Intentando quedarme con los detalles de la casa. No pude evitar fijarme en un enorme cuadro de la entrada que no había visto antes, los colores eran precioso y se podía entrever lo que era aunque no estaba del todo claro. Deduci que era una niña pequeña y poco más.

Cuando quise darme cuenta chris ya estaba llevando mis maletas escaleras arriba y tuve que correr para alcanzarlo. Si no espabilava ser tan despistada no me iba a ayudar mucho. Me llevo al segundo piso a lo que supuse que sería mi habitación durante un año entero.

No se parecía en nada al cuarto de mi casa. Este era grande y bonito. Nada de rosa ni peluches, solo blanco y negro con toques de azul. Sorprendentemente me gustó. Me acostumbré muy rápido a esto.

- Esta es tu habitación. La del fondo es la mía, no entres nunca. - solo asenti. - Fondo derecha la de Mia. El resto de la casa puedes usarlo siempre que quieras. Alguna duda?

- Está todo claro creo.

- Entonces dejo que te instales. - otra vez la casi sonrisa. Y se fue tal como vino.

Así es como empezaba mi nueva vida? Metiendo la pata hasta el fondo. Tendría que esforzarme más si quería caerle bien. Oh espera, realmente quería caerle bien? A estas alturas ya no sabía ni lo que quería.

Solo me tumbe en la cama y me dormí. Y juro que nunca había dormido mejor.





Kiss me nowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora