Mahou Shoujo Ni Akogarete - Un Desenlace Diferente

CAPÍTULO 3

Las palabras de Utena flotaron en el aire, llenas de sorpresa. Haruka Kaoruko y Sayo, se mantuvieron en silencio unos segundos antes de acercarse a la cama.

“¡Utena-chan, nos alegra verte despierta!”.

Haruka comenzó la conversación con una sonrisa temblorosa.

“Estábamos muy preocupadas por ti”.

Kaoruko añadió, su expresión seria suavizándose.

Sayo permanecía en silencio, sus ojos fijos en Utena. Brillando con una mezcla de alivio y dolor. Finalmente, encontró su voz, aunque era apenas un susurro.

“Hiiragi-san… S-Siento mucho lo que pasó... S-Si yo hubiera...".

Lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

Utena observó a Sayo, sorprendida por la intensidad de sus emociones y su declaración.

“M-Minakami-san, ¿P-Por qué lloras? ¡No tienes que sentirte mal, no hay nada que hubieras podido hacer!”.

Utena no entendía porque su compañera de clases frente a ella actuaba de esta manera, estaba demasiado alterada y parecía sentirse responsable de lo que pasó, algo absurdo para Utena.

Pero Sayo sacudió la cabeza, incapaz de aceptar las palabras de consuelo.

“No, no entiendes. Nosotras, y-yo…”.

Su voz se quebró.

Haruka la interrumpió bruscamente, poniendo una mano sobre su hombro.

“¡L-Lo que Sayo intenta decir es que nos sentimos responsables!”.

Explicó, su voz firme pero su mirada revelaba su propia lucha interna.

“Te vimos poco antes de que todo sucediera. Yo planeaba invitarte a comer con nosotras...”.

Haruka inventó una historia sobre la marcha. Con el desliz de Sayo debido a sus emociones tumultuosas, debía de ser capaz de inventar algo para justificar su actitud aprensiva, y no poner en riesgo sus identidades.

"S-Sayo-chan, me dijo que seguramente estabas muy ocupada y sugirió que te lo pidieramos en otra ocasión...".

Utena parecía haber entendido ahora.

"Si te hubiéramos llamado, seguramente no te habrías visto involucrada con Enormita, no habrías tenido que pasar por todo esto".

Haruka se notaba frustrada y decaída, los motivos eran el estarle mintiendo en la cara a Utena y a su madre.

Pero para ellas quienes escuchaban, era porque se sentía culpable por lo anteriormente dicho.

Utena las miró, su corazón se apretó al ver la carga que llevaban.

“P-Pero ustedes no tenían cómo saberlo. Fue un accidente...".

Fue capaz de sonreír.

"Y estoy agradecida de que estén aquí conmigo ahora, aunque no seamos tan cercanas”.