Daryl volvió de su búsqueda, tres días deambulando por las zonas cercanas donde perdió a Beth, las pistas se unían, las personas que se habían llevado a la rubia tenían un grupo en la ciudad de Atlanta, eso era seguro, todos los vehículos que lograba ver con aquella extraña tacha iban camino allí.
Se sentó en el la madera de aquella iglesia y dejó que sus pulmones tomaran aire. Pronto Carol se acercó con una mirada de preocupación.
—Volviste, come algo – ella le extendió una lata de atún enlatado.
—No tengo hambre...¿Sabes? Estoy cerca, el símbolo, todos sus autos tienen esa estúpida cruz – Daryl tomó su mochila y sacó de ella su bitella de agua oara rellenarla. —Esos bastardos tienen su grupo en la ciudad, estoy seguro.
Carol suspiró y solo se limitó a observarlo.
—Daryl... estuviste afuera 4 días... come algo, no puedes cuidar de Beth si no cuidas de ti primero. – insistió aún con la mano extendida.
El de cabello desordenado tomó de mala gana la lata y refunfuñando tomó su cuchillo para abrirla
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Beth tendía la camas de aquel hospital mientras pensaba en su grupo, Maggie, Glenn, Carl, Carol, la pequeña Judith, y Daryl. Un suspiro de nostalgia escapó de sus labios y solo le rogó al cielo para porder volver."Quizás piensen que estoy muerta"... No, no podía ser, por lo menos no Maggie, tenía fé en que su hermana seguiría buscándole, ahora solo dependía de ella el acercase para hacerles el trabajo más fácil.
Mientras mullía una almohada Noah entró en el cuarto.
—Mañana... Dawn estará ocupada con su tonta junta de oficiales... Es la oportunidad perfecta para que tomes la llave – El de piel obscura susurrando le avisó, después le sonrió de forma sincera.
—Lo haremos bien... te lo prometo... Irás a ver a tu familia... y yo a la mía – Beth sabía que no debía celebrar la luz del día si aún era de noche, pero tenía un buen presentimientos, ella saldría de aquel hospital.
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as piernas de Beth flaquearon, por un momento sintió desvanecerse en el suelo, pero tomó fuerza y siguió corriendo, la reja hacia su libertad estaba próxima, Noah iba delante, pero en ningún momento dejó de mirar hacia atrás, asegurándose de que la rubia se encontrara bien.
Había algunos caminates al rededor del hospital, pero la rubia sabía bien que no eran nada a lo que le esperaba en la ciudad.
El sonido de los disparos de la pistola que había robado de la artillería de Dawn le hacía recordar que estaba viva.
Noah levantó la reja y Beth salió primero, ambos corrieron casi sin aliento mientras los dos oficiales les seguían.
—Debemos entrar a algún edificio, lo que sea... la ciudad está infestada, necesitamos estar a salvo... – entre jadeos dijo.
—¿Cuál? –preguntó aún sin detenerse.
—Ese de allá... pero primero debemos perderlos... – exclamó refiriéndose a los oficiales.
Fue entonces que Noah guió a Beth por la ciudad, después de andar en zigzag su rastro era difícilde rastrear para los hombres de Dawn, y pese a ser silenciosos, tarar de no llamar la atención de ningún muerto, fue cuestión de minutos para que les lograron ubicar y pronto ser el objetivo de aquellos monstruos.
15 de ellos les seguían, mientras más se iban uniendo gracias al alboroto de los demás.
—Son muchos... Mierda – Beth miró al rededor viendo solo más caminates en la lejanía.
Noah tomó su arma y disparó, Beth supo de inmediato que era un principiante, disparando, y quizás, sobreviviendo.
—¿¡Qué haces?! – de inmediato le arrebató la pistola. —¡Acabas de anunciarnos!... nunca disparas si hay más de ellos cerca – molesta suspiró.
Ambos continuaron corriendo, entonces los ojos de la rubia examinaron al rededor, encontrando un callejón, dentro de él una escalera de incendios que conectaba al techo de aquel edificio color ocre.
—El techo... vamos al techo.... ¡rápido! – Beth sentía que pronto sus fuerzas se acabarían.
Pronto y antes de convertirse en el plato principal de los no muertos lograron subir por aquella escalera.
Cuando las rodillas de Beth tocaron el concreto se dejó caer en él, sintió como le regresaba el aire a los pulmones.
—7 balas... – comentó Noah.
Ella solo se sentó aun en el piso y revisó el cañón de su arma.
—9... – exclamó para después sonreír. —Somos libres... lo hicimos – y después de mucho tiempo la sonrisa de la chica realmente era brillante como el sol.
Beth abrazó a Noah y soltó una carcajada aun más grande.
—Lo sé... ahora solo hay que asegurarnos de que no nos encuentren... no nos dejarán ir así de fácil.
Las horas pasaron para Noah y Beth sAl explorar el edificio, Beth y Noah se dieron cuenta de que aquello era una vieja librería, por lo menos había cómodos sofás y algunos cojines para pasar la noche.
—Pues... tenemos barras de granola... y mentas – suspiró mientras inspeccionaba los cajones del lugar.
—Peor es nada, ¿no crees? – le sonrió mientras ella también buscaba al rededor.
La chica buscaba entre los estantes cualquier cosa que les pudiera ser útil, sus manos se detuvieron un libro sobre arquería, sonrió por un instante.
—¿Qué es? – curioso Noah cuestionó. —"Arquería" ... ¿Sabes disparar con arco? – sonriendo indagó.
Beth sacudió la cabeza pero luego asintió.
—No exactamente... alguien, estaba enseñándome a usar una ballesta, estaba aprendiendo rápido antes de llegar al hospital – afirmó apartando la mirada. —Supongo que es un buen maestro – sonrió tímidamente aun sin ver de frente a Noah.
—O tú una buena alumna... Y él ¿es alguien especial? – Noah notó el cambio en la actitud de Beth.
—Sí... un amigo, muy especial – se limitó a decir con melancolía mientras colocaba el libro de nuevo en su sitio.
—No te preocupes... ya somos libres... pronto veremos a nuestras familias... ¿recuerdas? – intentó animar a la rubia.
—Sí... pronto... – Beth suspiró y simplemente buscó en otra estantería.
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"La mala suerte de Daryl Dixon" [ Bethyl ]
Fanfiction"Donde Daryl no soporta su mala suerte, y solo quiere a su rubia igenua de vuelta"