You... Just Save Me... Thanks
La noche envolvía el Bosque Prohibido con su manto de oscuridad mientras Lyra continuaba su ronda de patrulla. La atmósfera tranquila se vio repentinamente interrumpida por el sonido de voces distantes. Intrigada, Lyra se dirigió hacia el origen del ruido, su mente alerta ante la posibilidad de un problema.
Al acercarse, divisó la figura de un árbol solitario donde James Potter y Severus Snape parecían estar inmersos en una acalorada confrontación. Lyra frunció el ceño, reconociendo la tensión en el aire y temiendo lo peor.
-¡Potter, déjame en paz! -exclamaba Snape, su tono lleno de ira contenida.
James se reía, su expresión de diversión mezclada con un deje de crueldad.
-Oh, Snape, ¿dónde está tu sentido del humor? Solo estaba bromeando.
Lyra observaba la escena con creciente preocupación. Sabía que las disputas entre James y Snape eran comunes, pero algo en la intensidad de la confrontación la hacía sentir incómoda.
Antes de que pudiera intervenir, un profesor apareció entre los árboles, su figura alta y severa recortada contra el resplandor de la luna. Lyra reconoció al profesor McGonagall, la estricta subdirectora de Hogwarts.
-¿Qué está sucediendo aquí? -preguntó McGonagall, su voz gélida y autoritaria.
James y Snape se giraron hacia ella, sus expresiones culpables pero desafiantes.
-Nada, profesora -respondió James rápidamente-. Solo estábamos teniendo una pequeña discusión.
McGonagall los observó con ceño fruncido, claramente escéptica ante la explicación.
-No creo que sea así de simple, señor Potter. Se espera que los estudiantes se comporten de manera adecuada en todo momento.
Lyra sintió un impulso repentino de actuar. Sabía que James y Snape no estaban completamente en la culpa, pero también sabía que James era el principal instigador de la situación. Con paso firme, se acercó a la subdirectora McGonagall.
-Profesora, puedo confirmar que todo está en orden. Estaba pasando por aquí y vi a James y Snape teniendo una discusión acalorada, pero todo parece haberse resuelto. No hay necesidad de preocuparse.
McGonagall la observó con una mezcla de sorpresa y gratitud.
-Gracias, señorita Rosier. Aprecio su intervención como prefecta.
Lyra asintió con seriedad, reprimiendo cualquier indicio de nerviosismo. Sabía que había tomado una decisión arriesgada al intervenir, pero también sabía que era lo correcto.
Mientras McGonagall se alejaba, James y Snape la miraron con asombro y resentimiento.
-¿Por qué hiciste eso? -preguntó Snape, su tono lleno de desconfianza.
Lyra les sonrió con confianza.
-Porque soy prefecta. Es mi deber asegurarme de que las reglas se cumplan, incluso entre disputas.
Después del incidente en el Bosque Prohibido, Lyra se encontraba de vuelta en la sala común de Ravenclaw, sumida en sus pensamientos. La noche había sido agitada, llena de conflictos y responsabilidades como prefecta, pero ahora, en la tranquilidad de su dormitorio, tenía la oportunidad de reflexionar sobre sus acciones.
Se recostó en su cama, mirando fijamente el techo mientras repasaba los eventos de la noche. Había intervenido para proteger a James Potter, a pesar de sus propias reservas hacia él. ¿Había sido la decisión correcta? ¿O debería haber dejado que enfrentara las consecuencias de sus acciones?
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Todo Fue Un Mal Entendido
FantasyLa historia sigue los pasos de James Potter y su inesperado vínculo con Lyra Rosier, una joven de una familia de mortífagos. A lo largo de los años en Hogwarts durante la era merodeadora, James y Lyra pasan de ser rivales a aliados inesperados, mien...