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④

Narra __:

-¡Vaya! ¿estás bien?- Escuché preguntar detrás de mi, me giré y vi un niño de cabello y ropa verdes, él era... ¡Más bajo que yo!

Aunque son unos centímetros, pero ¡Todo cuenta!

-Em, sí, estoy bien- Dije mirando a aquel niño de cabellos verdes como si lo estuviera analizando.

-¿tu estás bien?- Pregunté corriendo junto a él, en su cara se formó una enorme sonrisa ¡que tierno!

-Si, no te preocupes.- hizo una pequeña pausa.

-¡Me llamo Gon! ¿cómo te llamas tú?- Me preguntó él, su manera de hablar me recordaba a Pocoyó, ni idea de por qué; Pocoyó casi no habla.

-Me llamo __, encantada de conocerte Gon.- Le devolví la sonrisa, ¿por qué no hacerlo? quiero decir, me estaba llevando bien con él, además, puedo sentir su aura infantil y la felicidad que emana.

-¡Lo mismo digo __! ¿quieres acompañarnos?- señaló a unos chicos los cuales supongo que son sus amigos, uno de ellos llevaba una vestimenta que se me hacía familiar.

-Claro, no veo por qué no.- dije agradecida por su hospitalidad, no muchas personas son así.

Seguimos corriendo por alrededor de dos horas, un niñito con traje había quedado agonizando en el suelo [[sé que pasa después pero lo escribí aquí y me dio flojera cambiarlo]], dependiendo de lo que dure este recorrido seguro mucha gente termine así.

Mientras corríamos Gon me habló de su hogar: Isla Ballena, según lo que me contó es un lugar que me gustaría visitar algún día. También me contó sobre su tía Mito, una mujer muy amable que lo cuidó desde que era un bebé, que linda historia, me gustaría conocerla.

Volví a mirar a aquel chico rubio y me encontré con su mirada puesta discretamente en mi, después de unos segundos él volvió la mirada al frente. Ahora que lo veo bien, no solo su vestimenta me parece familiar, mas bien "él" en general...

Seguro es solo mi imaginación, es completamente imposible que él sea...

La voz de el señor alto con maletín y lentes gritando me sobresaltó sacándome de mis pensamientos.

-¡OYE! ¡¡Alto ahí niño!!- Empezó a reclamar enojado, miré en la dirección hacia donde miraba el señor Leoria, Leario, Leoraio, o como sea que se llamara. En esa dirección había un niño peli-blanco montado en una patineta (patinete, skate, yo que sé)

-¡Muestra un poco de respeto por el examen!- volvió a reclamarle el señor alto, pero el niño se mostraba indiferente (debería dejar de narrarlo como si fuera una telenovela).

-¿de qué hablas?- preguntó el niño mirando al señor alto sin mucho interés, casi me daban ganas de reírme por la pataleta (por así decirlo) de Laorio.

-Hablo de que estás usando una patineta ¡eso es trampa!- seguía gritando Laorio mientras movía las manos de manera exagerada.

-¿Por qué?-

-¿que por qué? ¡esta es una prueba de resistencia! ¡por eso!-

-no lo es- dijo esta vez Gon, mirando a Laorio.

-No, no lo es- Dije yo dándole la razón a Gon.

-¿Cómo? ¡¿qué cosas están balbuceando ustedes dos?!- nos reclamó el señor Leoreo.

-El examinador solo dijo que lo siguiéramos, es todo.- dijo Gon, aveces él es muy sabio.

-Es verdad, además, si fuera trampa ya lo habrían dicho o le hubieran llamado la atención- Dije como si fuera obvio, porque lo era, estamos en el examen de cazador, tienen todo preparado y no se les escaparía un detalle como ese.