Capítulo 1

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[ Gracias a todos los que se pasan por aquí. ]

[ Puse de advertencia +21 por la comprensión a ciertos temas que pueden ser tomados con seriedad a determinada edad, o entender las implicaciones y el alcance de las acciones. Para los menores, ¡solo es una historia con un poco de humor y suciedad! ]


Cuando a fines de octubre, Kawaki llegó a su oficina con una laptop bajo el brazo y una cartuchera, Naruto no sospechó todo lo que iba a cambiar en su vida

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Cuando a fines de octubre, Kawaki llegó a su oficina con una laptop bajo el brazo y una cartuchera, Naruto no sospechó todo lo que iba a cambiar en su vida. El joven no era solo el amante del dueño con el capricho de ser escritor, sino también un torbellino. Los editores de aquella editorial de renombre, por acunar a los mejores literatos del país, debían estar a los pies de aquel joven de cabello carbón y mirada cruda, que con un simple gesto les demostraba lo déspota que podía ser la realidad. Vestía un gabán un poco retro por las roturas en los hombros, que le acentuaba lo indomable, y unas prendas deportivas debajo. 

Naruto lo repasó desde las zapatillas sucias a ese cabello de gallo, que iba a su propio ritmo, y alargó su sonrisa por cordialidad mientras le pedía unos minutos para discutir un tema con su jefe directo, solo un tema: «¿Por qué a mí?».

El muchacho, de no más de veinte años, ya había estado siendo asesorado hace un tiempo bajo el criterio de Sai —el cuentista e ilustrador estrella—. Se especializaba en cuentos crudos semi realistas, que podían alinearse, grosso modo, a la personalidad del recién inscrito, pero la historia entre ellos dos duró apenas unos días. Sai, antes de seguir aplazando sus labores una nueva semana por atender un mandado, peloteó al jovencito hacia la jefatura de Novela.

«Tiene alma de novelista y no puedo frenar su potencial, muchachos, así que aquí les dejo al próximo premio Nobel en Literatura», dijo el día que había llevado a Kawaki al rincón de la crisis existencial y de las historias que podían derramar lágrimas —por lo duro que era corretear al escritor con el avance de los capítulos—. Naruto conoció al torbellino por primera vez allí, en el despacho de Shikamaru: el jefe del área de Novela, que fumaba una cajetilla diaria y decía seguido que ya lo estaba por dejar.

—¿Género? —le preguntó sin preámbulos al joven.

—Novela.

—¿Subgéneros?

—No sé.

Era aparentemente un muchacho que buscaba escribir una novela sin la mínima idea de lo que deseaba contar: un lienzo en blanco. Sai había previsto aquel detalle y, con un desprendimiento que podía pecar de macabro, les había encomendado a ellos encontrar el fondo del océano cuando había un abismo de relatividad en esa aventura. 

Siendo el panorama una búsqueda sin final, Shikamaru se desligó directamente y derivó al joven al género de Novela Corta, un lugar donde los novicios podían empezar a nadar en su creatividad. Durante un mes, Kawaki paseó por los diferentes despachos de aquella subjefatura hasta que un viernes, Gaara —el coordinador del área— se aburrió de las constantes quejas de sus editores y envió al muchacho a Novela, a secas, con una excusa similar a la de Sai, con la cual Naruto se rio a carcajadas cuando Shikamaru se la leyó con los dientes rechinando.

Naruto | Kawaki :: Testimonio de los perdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora