Li Qinghou

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La aldea pronto estaba resonando con gritos de regocijo. Algunas
personas incluso tomaron gongos y tambores y empezaron a golpearlos emocionadamente. “La comadreja se ha ido” alguien dijo “Pero ¡ay!, Mis pobres pollos. El odiaba tanto el cantar matutino de los gallos, que de alguna manera hizo que todos los niños de la aldea se comieran todos los pollos que teníamos…. ¡Hoy es el comienzo de una nueva era!”

A este punto, Bai Xiaochun aún estaba bastante cerca de la aldea, y de hecho podía oír el sonido de los
gongos y los tambores. Incluso escuchó algunos de los gritos de emoción.

Se detuvo, una expresión extraña en su cara.
Después de un momento, se aclaró la garganta y procedió en su camino. Acompañado por los
ligeros sonidos de
regocijo, empezó su camino hacia el Monte Capucha.

“Doble-Perro me dijo que estaba cazando algunos cerdos salvajes hace
unos días y vio un Inmortal volando
alrededor…” Bai Xiaochun procedió, su
corazón palpitando. De repente, unos crujidos se podían escuchar desde los arbustos cercanos. Sonaba casi como un cerdo salvaje, y de inmediato hizo que Bai Xiaochun se pusiera extremadamente
nervioso. Los pelos de su nuca se pusieron de punta y preguntó “¿Quién es? ¿Quién está ahí?”

Rápidamente sacó 4 hachas y 6 machetes de su bolso de viaje, pero eso de por sí no lo hizo sentirse mucho más seguro, también tomó un poco de incienso negro de entre su túnica, el cual agarró fuertemente con su mano izquierda.

“¡No salgas!” gritó temblando. “¡Ni se te
ocurra salir! Tengo
hachas Y machetes, y este incienso puede atraer relámpagos de Los Cielos ¡E incluso invocar Inmortales! Si te atreves a mostrar tu cara, ¡Estás muerto!” Finalmente, se volteó y corrió hacia el camino de la montaña mientras hacía
malabarismo con todas las armas en sus manos.
Sonidos metálicos se podían escuchar
eventualmente mientras hachas y machetes empezaron a caer al piso a diestra y siniestra.

Quizás, lo que sea que estaba en los matorrales realmente terminó por asustarse de él. El sonido se detuvo, y ningún animal salvaje salió de los arbustos. Bai Xiaochun se apresuró hacia la montaña, secando el sudor de su frente. A este punto, su cara estaba pálida, y estaba casi considerando
rendirse en esta loca idea de escalar la montaña, pero luego pensó en el incienso, el cual sus padres le pasaron antes de morir. Supuestamente, había sido pasado de sus ancestros, un regalo otorgado por un Inmortal vagabundo que salvaron. Antes de partir, el Inmortal incluso prometió tomar a un miembro del clan Bai como discípulo. Les dijo que simplemente
encender el incienso lo invocaría su lado.

Bai Xiaochun de hecho había encendido el incienso más de diez veces en los últimos años, y todavía, ningún Inmortal había aparecido. Había llegado al punto en el que Bai Xiaochun estaba
empezando a sospechar si la historia del Inmortal era real o no. Finalmente se decidió a escalar la
montaña. Por un lado, el incienso estaba casi agotado, y también estaba el asunto del Inmortal volador avistado recientemente.

Y así fue como terminó en su situación actual. Su teoría era que si podía llegar un poco más cerca del Inmortal, entonces quizás sería más fácil para ese Inmortal sentir el incienso.

De pie, frente a la montaña, dudó por un momento, entonces apretó los dientes y decidió continuar.
Agradecidamente, la
montaña no era muy alta, y no tomó mucho tiempo llegar a la cima, donde se detuvo,
jadeando. Entonces miró al poquito de incienso negro del tamaño de una uña. Había sido claramente quemado en numerosas ocasiones, y estaba casi agotado.

“Han sido tres años, Bendíganme, mamá y papá. ¡Tiene que
funcionar esta vez!” Bai Xiaochun tomó un respiro profundo, y
entonces encendió el
incienso cuidadosamente. De inmediato una fuerte brisa apareció, y en un parpadeo, nubes oscuras llenaron el cielo.
Relámpagos crujían, y
estrepitosos truenos retumbaban en sus oídos.

A Will Eternal, Libro 1: Llegada a la secta corriente espiritualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora