𝐓𝐎

209 19 17
                                        

Habían pasado cuatro días desde que Suga dijo sus ultimas palabras, cuatro días en los que Daichi intentaba hacer cosas diferentes para entretener la sobre pensadora cabeza de Suga, sin embargo a veces parecía no funcionar pues este se quedaba mirando a un punto fijo, lo que significaba que estaba pensando en algo.

— Suga, mañana es mi cumpleaños y quiero que sepas, que el tenerte aquí a mi lado es literalmente el mejor regalo que podrías darme nunca.

Este sonrió con las pocas fuerzas que le quedaban, realmente casi ni tenía ganas de escribir, sin embargo aun lo hacía para comunicarse con su chico, precisamente en aquel momento entro un doctor para revisar la máquina y momentos después le pidió a Daichi que saliera un momento.

— Sawamura, quería comentarle que la máquina actualmente ya esta funcionando un 99% quiero decir, se podría decir que básicamente ya no esta respirando por cuenta propia aunque lo quisiera, lo que quiero decir es que lo que creíamos que a Suga le quedarían dos meses, posiblemente se reduzca a uno o algunas semanas, lo lamento y con permiso.

Daichi se sentó un momento en los asientos que había afuera de la habitación, una vez más se derrumbo en llanto, por supuesto que no quería que el de pelo blanco lo viera así, porque sabría que se le está yendo las esperanza de vida cada vez más rápido, prefería darle felicidad y brindarle buenos momentos en los que el chico seguía respirando, aunque fuera gracias a una bomba de oxígeno, no fue hasta que escucho desde la habitación a alguien tosiendo fuertemente que no entro a esta, al hacerlo se encontró a su amado con Sangre en la boca, no mucha pero lo hacía ver preocupante.

— Suga.. Ven toma agua. — Daichi agarro una servilleta para limpiarle la boca y después ponerle el vaso en los labios para que bebiera así fuera un poco.

— ¿Necesitas algo más? ¿Llamo a los médicos? — Su respuesta fue una sonrisa, dándole a entender que estaba bien cosa que tranquilizo un poco al contrario.

Daichi llevaba como mínimo cinco días sin cambiarse de ropa pues no había salido de aquella habitación, se bañaba el la ducha del cuarto de su enamorado pero no tenía más ropa, así que tenía pensado salir en la noche a por un cambio y algo elegante para pasar el 31 y recibir bien el siguiente año, al lado de Suga.

— Oye, iré a por alguna ropa a mi casa ¿Si? No tardare mucho mi lindo guerrero, te amo.

Pero antes de que se fuera sintió como su manga era agarrada, se giro y observó a Suga bastante sorprendido, este lo acercó como pudo hasta su oreja para decir con su mejor voz y mayor fuerza.

— T-te... A-Am-Amo... — Después de eso el chico tosió un poco por el esfuerzo hecho, Sawamura solo le dió una cálida sonrisa junto con un tierno beso.

En ese momento el ahora policia salió del hospital de camino a su casa, realmente no quería estar ni un momento separado de su chico así que se apuro lo más que pudo, vivía a diez minutos del hospital, no demasiado lejos pero tampoco demasiado cerca, mientras caminaba observaba un poco de nieve en el suelo pues había nevado hace unos días, Suga y el lo habían estado viendo por la ventana pues en el estado del peli blanco no podían salir a jugar con ella.

Cuando entró a casa fue directamente a su habitación y al entrar en esta en lo primero que se fijo fue en una foto del equipo de Karasuno, sus años como capitán o la foto que tenía justo al lado, eran Suga y el abrazados, en la imagen se veía un Suga sano, con más pelo que ahora, buena masa muscular y una enorme sonrisa que no veía desde hace casi dos meses que habían transcurrido desde que fue ingresado, se dió un baño rápido y se cambio de ropa, llevando con el ropa para la siguiente semana y para el día siguiente, se sentó un momento en su cama para pensar algunas cosas, la que más entro por su mente fue "Como los padres de Suga lo abandonaron en un momento así?" Después del diagnostico ninguno de los dos se apareció por el hospital, Suga tampoco se esforzó por escribirlos ya que si no estaban ahí era porque realmente no les importaba mucho, seguía divagando en sus pensamientos hasta que "en su casa" se fue la luz, pensó que era una indirecta de la vida para que saliera de esta y volviera con su querido.

Cuando Sawamura abrió la puerta se quedó boquiabierto, no había nada de luz, se había ido en toda la prefectura, lo cual le hizo sacar el teléfono ya que ya habían noticias sobre lo sucedido.

CORTE DE LUZ EN MIYAGI.

Comunicado corto e informante.

Parece que en la central de electricidad hubieron algunos fallos con los cables, por el momento se está investigando pero no aseguramos cuanto tiempo estemos así.

Una disculpa por las molestias.

Daichi estaba sorprendido, pues nunca había pasado algo así en Miyagi, al menos no hasta el momento, siguió caminando hasta el hospital con el flash de su teléfono, no fue hasta que logro divisar el hospital que se dio cuenta de que en aquel lugar también faltaría la electricidad, la luz, la energía,

Las maquinas.

En ese momento Daichi sintió una punzada en el corazón.

"Ya no esta respirando por cuenta propia aunque lo quisiera"

Aquellas palabras que le había dicho el doctor hace unas horas no terminaban de resonar en su cabeza, un escalofrío recorrió su cuerpo y comenzó a correr hacía la puerta del hospital, con la esperanza y con las ganas de entrar por la puerta de Suga y ver que le esperaba con su intento de sonreír por muy poco que fuera.

Daichi apenas puso un pie en el hospital pudo notar que todo era un caos, doctores corriendo, pacientes siendo trasladados, familiares llorando desconsoladamente, solo quería llegar al segundo piso y que su chico estuviera bien, que tuviera los ojos abiertos y con una sonrisa en el rostro, no quería nada más que eso.

¿тнαт єαѕу? || 𝗗𝗮𝗶𝗦𝘂𝗴𝗮.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora