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Alastor estaba ya bastante acostumbrado al ruido y bullicio que ya caracterizan a SUSAN'S por lo que el ruido de los comensales ya no es una distracción para el que se mueve de manera elegante entre las mesas tomando pedidos y entregando las ordenes a los clientes del lugar, su unico problema con ese trabajo era la perra de su jefa (no le digan que piensa eso de ella).

-¡Orden lista!- una mujer mayor grito desde la cocina a la vez de que tocaba una campanilla con la espátula que estaba usando y dejaba la comida emplatada a un lado.

Alastor levantó la mirada para ver a donde habló su jefa Susan y empezar a camina hacia ella con un suspiro pesado.

-Más café por aqui, Alastor- un hombre levantó su taza llamando la atención del moreno.

-con mucho gusto, Tom- detuvo su andar a un lado del hombrecito para servirle la bebida caliente en su taza- Hay tiene- y sin mas retomó su camino al menos hasta que lo llamaron nuevamente.

-¡Alastor!- un hombre de ojos rojos levantó su mano llamando entusiasta al contrario.

-¡Oh!, hola chicos- se detuvo frente a una mesa con un hombre y dos chicas a sus costados-¿Qué tal?- sonrio dejando su bandeja en la mesa para tomar las manos de las chicas y dejar un beso en ellas.

-¡grandullon, cuanto tiempo!- una chica bajita habló a la vez que saludo al mas alto con alegria.

-¿Bienes a bailar con nosotros esta noche?- el hombre sonrio apoyando sus manos en la mesa frente a el.

-si Al, baila conmigo- la chica colocó una mano en su pecho sonriendole al castaño.

-hum, no lo se Molly, ya saben sigo ahorrando. Una servilleta damita- miro a los contrarios algo avergonzado rascando su nuca antes de extender una servilleta de tela a una niña cubierta de sopa.

-ahorrando para tu restaurante, nené, trabajas todo el tiempo un descanso no te vendría nada mal- la bailarina hizo un gesto con la mano-

-si, supongo que tienes algo de razón, querida- Alastor apretó la bandeja en sus manos desviando la mirada.

-uff, no te preocupes Alastor, otro dia será lo importante es que logres tu sueño que tienes todo nuestro apoyo- el de cabello grisáceo sonrio a la vez que por debajo de la mesa le daba una pequeña patada a la chica mas bajita-¿Verdad?¿Molly?¿Mimzy?- volteo a ver a ambas chicas.

-lo que Stolas dijo, nosotros encantados de apoyarte en tu sueño- la italiana junto sus manos con una suave sonrisa.

-gracias, enserio lo aprecio mucho- una pequeña reverencia y reanudo su adar.

-les dije que no vendría-murmuro la mujer rellenita en un suspiro.

-Mimzy, callate- contestaron los otros dos mirandola mal.

Alastor suspiro con la bandeja en manos caminando hacía la cosina, claro que escucho a Mimzy y aun si la apreciaba por crecer prácticamente juntos era consiente de que esta miraba como algo poco probable que cumpla su sueño pero al menos tiene el apoyo de sus demas amigos en esta travesía que emprendió desde niño cuando ayudaba a cortar el cesped de las casas de la gente con dinero de Nueva Orleas cambio de una remuneración económica.

-¡Ja!, nunca lograras juntar lo suficiente para el pago inicial niño, rinde te de una vez- se burlo la mujer de la cocina.

-ya me estoy acercando- Alastor habló dirigiendo le una mirada dedeñosa a la contraria.

-¿Enserio?¿Qué tanto?- Susan sonrio con burla apoyandose en ma ventanilla de la cocina.

-eh, ¿Donde esta mi desayuno? Por cierto, los huevos se queman- cambió de tema queriendo dejar de hablar de su sueño "frustrado".

𝓔𝓛 𝓟𝓡𝓘𝓝𝓒𝓘𝓟𝓔 𝓨 𝓔𝓛 𝓢𝓐𝓟𝓞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora