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El ritmo de la música y el bullicio de la gente inundaba las calles y ese castaño que cargaba con cuatro maletas a la vez apenas podia caminar esquivando a los transeúntes y acercándose de manera torpe a un tumulto de gente que miraban con diversión a un rubio con un ukulele bailando y tocando al ritmo de una banda de Jazz junto a una niña de piel oscura con pecas y ojos azules que se movia como una experta al ritmo de la música sorprendiendo al joven principe.

—¡Oh! Asi se hace niña— Lucifer sonrio tocando su ukulele hasta que una sombra lo cubre—hey, ¿Quien apagó la luz?— miro a su costado y vio a un castaño que no se miraba muy contento.

—Lucifer pequeño enano de mierda te he estado buscando por todas partes—el mayordomo estaba bastante irritado.

-mira que coincidencia Adamsito, yo estaba evitando te por todas partes-sonrio con burla únicamente recibiendo un seño fruncido.

—No tenemos tiempo para esto Lucifer— suspiro bajando las maletas para cruzarse de brazos—tenemos que llegar a la mansión de los La Bouff — bufó mirando lo con las cejas fruncidas.

—ay por favor—rodo los ojos—déjame divertirme un rato, no seas un amargado— sonrió mientras improvisaba con su ukulele.

—Lucifer—gruño el castaño mirandolo con el seño fruncido.

—ugh, ¡Bien! Pero antes, ¡Los invito a todos a tomar algo!— grito con entusiasmo llamando la atención de la gente que festejó a su alrededor.

—¿Hu? ¡¿Qué?! ¡¿Y con que dinero!?—el castaño pregunto jalando del brazo al rubio— ¿Le recuerdo que esta en quiebra?— susurro con enojo— Tienes dos opciones Lulu, te casas con una mujer con dinero o ¡consigues un trabajó!—exclamó apuntando detras de el donde un hombre recogía con una pala excremento.

—Ewg—gruño con asco mirando a otro lado para cubrirse la boca y evitar vomitar.

—si que asco, ahora recoge tus mierdas y vámonos—gruño tomando nuevamente las maletas y empezando a caminar aun refunfuñando— con suerte no llegaremos tan tar...Lucifer pedazo de mierda—volvio a gruñir apretando los puños al verlo meterse alegremente en un callejón—¡¿A dónde vas?!—corrió tras el luchando contra las maletas.

Si en definitiva detestaba ese trabajo de mierda, el no estaba para cuidar a un niñato mimado que no sabía ni una mierda de la vida...pero era su mejor amigo, crecieron prácticamente juntos y le era difícil negar se a ayudar a ese chico con una rara obsesión por los patos, dando un suspiro entro al callejón en el que entro el pequeño rubio viendolo hablar con una rubia despampanante que se apoyaba de manera coqueta sobre un baston con una calavera en el agarré.

—Es todo un placer conocerte dulzura, me llamó Lilith— sonrio extendiendo una mano y saludando cortésmente al rubio frente a ella antes de sacar una tarjeta de su escote y extenderse la al contrario— veo que tengo a alguien de sangre azul frente a mi— habló con dulzura.

—¡Adam!, esta hermosa señorita acaba de leer mi mano— exclamó extasiado brincando cual niño pequeño provocandole una risa divertida al castaño que negó suavemente.

—oh solamente leyó el periódico— dijo señalando el periódico en una de las manos de la rubia que frunció el seño al castaño— Lulu, es claro que es una farsante, es mejor que nos vallamos antes de que intenté vernos la cara de tontos— habló tomando del brazo al joven principe.

—¿Qué has dicho?— gruño apretando el bastón entre sus manos- mira gordinflon, no vas a mofarte ni a burlar~, en mi mundo estás, tuyo no~—hablo cantarinamente parándose al costado de una puerta— yo tengo influencia en el mas allá [ELLA TIENE INFLUENCIA EN EL MAS ALLÁ]—Cuánto abriendo la puerta con una mano seguida de un corro—¡Es el eco caballeros!— hablo con una sonrisa tomando por los hombros a ambos hombres— ¡es algo que tenemos aquí en Luciana, un truquito parlanchín, no se asusten!—sonrió jalando por completo a los dos en el interior del recinto.