Comida con los Walker

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Me despierto temprano por la mañana, son las cinco. Sigo teniendo sueño pero por mucho que lo intente no me vuelvo a dormir.

Miro por el ventanal el cielo aún oscuro. Oscuridad, oscuridad es lo que inunda mi cabeza a veces, y soledad. Y sobre todo al recordar aquellas palabras que me dijeron una vez ; 'Eres tan pesada que nadie te va a querer nunca, te vas a quedar sola toda tu vida'.

Se me cae una lágrima al recordarlo, no consigo borrarlo de mi memoria, y siempre me duele. Después de eso empecé a cambiar, expresarme menos, ser más callada, o no mostrar mis sentimientos.

Y tenía razón, porque ahora no estoy sola, pero me siento sola. Me dicen tímida, pero lo peor es que cuando hablo nadie intenta escucharme, por qué iba a volver intentarlo si siempre es lo mismo.

Empecé a encerrarme más en mi misma, salir menos, socializar menos, ser introvertida. También es una razón por la que nos mudamos, mis padres querían ver que aquí me podía divertir y ser feliz.

Como no quiero desmoronarme ahora, me visto con ropa deportiva y salgo a la calle. Correr me ayuda a no pensar en mis problemas, como leer y escribir, por eso todas las mañanas salía un rato. Aún no conozco este barrio, pero intentaré no perderme.

Recorro toda una fila de casas hasta llegar a la playa, corro por el paseo hasta llegar hasta la otra punta y luego me vuelvo de vuelta.

Al llegar a casa me ducho y me pongo ropa cómoda, luego bajo a la cocina y empiezo a hacerme unas tortitas. Les doy la vuelta en la sartén y luego las paso a mi plato. Se puede decir que soy bastante productiva, pero solo cuando estoy sola, porque claro, después la gente se cansa de mí. Y no es la primera vez que una persona se va.

- Uyyy tortitaas - dice Daphne robándome una del plato.

- ¡No te las comas todas! - le grito, a veces puede ser una glotona.

Suelta una risilla y se va a preparar su café, luego veo a papá bajar por las escaleras.

- Buenos días madrugadoras - nos saluda.

- Yo me acabo de despertar papá, Chloe seguro que ya fue a hechar una carrera - le responde Daphne.

- No es una carrera!, es correr, y es para estar en forma.

Papá se ríe y también me coje una tortita.

- ¡Eh! si queréis tortitas os las hacéis vosotros, no me las vengáis a robar a mí que hice pocas.

Suelto eso, y con el plato en las manos, salgo afuera y me tumbo en una de las tumbonas en frente de la piscina. Ahora ya salió el sol y está empezando a hacer calor. Es lo que tiene el verano, falta un mes para que empiece segundo de bachillerato, así que tengo tiempo para irme preparando.

Me acabo las tortitas y me pongo a ver las historias de mis amigos. En una salen todos de fiesta, y en la siguiente mi amiga besándose con un chico. Al no estar allí no me puedo enterar de muchas cosas, y ella tampoco es que se moleste en contármelas.

Apago el móvil y subo a mi habitación, estiendo la esterilla en el suelo y me pongo a hacer ejercicios. Correr y hacer ejercicio me ayuda a tener el cuerpo sano y tener la mente despejada.

Primero hago los calentamientos y luego ya me pongo a hacer abdominales, sentadillas, flexiones y la plancha. Mientras escucho mi playlist.

- ¡CHLOEEEEEEEEE! - escucho a mi hermana gritar.

Dejando los cascos en mi cama, abro la puerta y se me lanza una bola peluda a los pies, la levanto en mis brazos y le acaricio la cabecita, asombrada.

- Que hace esta perrita en nuestra casa ? - pregunto teniéndola aún en mis brazos.

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