La mudanza

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Aquí estoy. En un coche, con mis maletas en el maletero, dejando mi vida atrás, para empezar otra nueva en un barrio nuevo y del que nunca he oído hablar.

Mi hermana mayor, Melani, de diecinueve años, dos más que yo, está durmiendo, al lado mía, mientras mi madre, delante, le señala el camino a mi padre con el google maps y este conduce por donde le dice.

Y yo, estoy con unos cascos en la cabeza, leyedo un libro, apoyada contra la ventana. No me entusiasmó mucho la idea de mudarme, pero, mi vida se había quedado estancada, era la simple rutina de todos los días. Estaba cansada. Creo que al final no será tan malo.

Quedan tres horas aún, y la idea de dormir como mi hermana me está tentando, aunque quiera acabar el libro, los párpados se me están cerrando a cada rato, y como siga así, voy a estar leyendo sin enterarme de nada.

Pongo el marcapáginas en la página en la que me quedé, y lo guardo en mi mochila con los cascos, echo el respaldo del asiento hacia atrás, y me tumbo encima de él cerrando los ojos.

Al despertar, lo primero que veo es oscuridad, pasamos por debajo de un túnel, luego ya veo las nubes y el atardecer, le saco una foto y la subo a mi historia. Después empiezan a verse casas, casas enormes, todas con jardín, como las que salen en las películas.

Paramos en frente de una casa blanca, con unos ventanales enormes y el jardín bastante cuidado.

- Bienvenidas a vuestro nuevo hogar - nos dice mi padre a través del retrovisor.

Salimos del coche y cojemos nuestras maletas, el camión de mudanza llega más tarde, así que tenemos tiempo aún de ver como es la casa.

- Holaa, ya estáis aquí, bienvenidos !!!- una mujer se acerca a mi madre y la abraza con una gran sonrisa, esta le corresponde el abrazo y empiezan a hablar muy animadamente.

Otro hombre también está con nuestro padre, debe ser el marido de la mujer.

Miro a mi hermana y ella me responde levantando los hombros en gesto de indiferencia.

- Tú debes de ser Chloe verdad ? - me pregunta la mujer.
Asiento.

- Soy Olivia Walker, tú madre y yo somos amigas desde pequeñas, es una suerte que os hayáis mudado al mismo barrio no?- me dice con una sonrisa.

Asiento.

- Sí - interviene mi hermana  - yo soy Melani, la hermana de Chloe.

- Ya lo sé - le asegura - sois muy guapas las dos.

Me han dicho muchos alagos a lo largo de mi vida, y ese es uno de los que no me creo, no me siento guapa, a veces me pueden dar ataques de autoestima sí, pero solo cuando estoy muy feliz, y eso pasa pocas veces.

- Por qué no váis a dejar vuestras cosas y os elegís una habitación ?

- Vale papá - contestamos Melani y yo al unísono.

Por fuera se veía grande, pero por dentro aún más. La entrada es abierta y se ve el salón y la cocina, en frente hay una escalera que da al piso de arriba, mi hermana y yo echamos a correr hacia ella por ver quien llega primero y se elige primero la habitación.

Gracias a salir a correr todas las mañanas, llego yo antes y las subo de dos en dos.

Dan a un pasillo con cinco puertas. Abro la primera y resulta que da al baño. Melani se burla y abre ella la siguiente puerta. Es la terraza, con una mesa y sillas debajo del tejado, luego hay un sofá pequeño y una cristalera que hace de barrera para no caerse para abajo.

Abro dos puertas a la vez y me encuentro con dos habitaciones enormes. Melani la del enfrente y da otro cuarto. Echamos un vistazo rápido a todas, y yo me meto en la que está a mi derecha, la más cerca de la terraza y con un ventanal enorme que tiene vistas hacia la calle, donde veo a mis padres hablando.

Melani se coje la de al lado y yo empiezo a desempaquetar mis maletas encima de la cama.

Mi habitación consta de una cama grande en el medio, un espejo en frente, un escritorio blanco con una silla de ruedas, un pufo, varias estanterías y una puerta que da al vestidor.

Es bastante bonita, y grande, me gusta. Una vez acabado de colocar lo poco que tenía en las maletas, bajo las escaleras y veo a mis padres trayendo las últimas cosas del coche.

- Te gusta la casa ? - me pregunta mi madre.

- Es muy bonita, y Melani y yo ya tenemos habitación.

- Apuesto a que no has visto el jardín - me dice mi padre.

- Sí, es el que está delante de la casa no ? - me mira con una sonrisa y yo salgo hacia afuera.

Intento rodearla pero me encuentro con una puerta, es pequeña y blanca, la abro y entro dentro.

Puedo observar como hay bastantes árboles y flores, sigo caminando y veo un sofá mucho más grande que el de la terraza de arriba, con una mesa de cristal.

Y justo en frente, una piscina enorme, que podría pasar fácilmente de los quince metros de largo. Me encanta, esta es otra cosa por la que no salir de casa.

Pensaba que iba ser aburrido mudarme, pero no me disgusta nada.

Las ganas me sobresaltan y me tiro a la piscina. Siento toda la ropa empaparse y el agua mojando el suelo de afuera por mi salto.

Está fría, pero eso me ayuda a despejar un poco mi cabeza. Me dejo undir y cuando noto que toco el suelo, me empujo con las piernas y saco la cabeza fuera.

Siento las gotas correr por mi cara, no sé si son del agua o mis lágrimas. Soy sensible y a veces me pongo a llorar sin ninguna razón, para sacar todo lo que me duele hacia fuera.

No se lo he contado a nadie para que no se preocuparan, ellos tienen sus propios problemas, y solo perderían el tiempo escuchándome. Así que me guardo todo adentro, y luego en mi habitación lo suelto todo.

Escucho un ruido y veo a mi hermana con cara de asombro, justo después empieza a correr y se tira en bomba.

Ella ha sido quien me ayudó en mis peores momentos y quien estuvo conmigo cuando más lo necesitaba. Por eso la quiero tanto. Ella sabe que lloro mucho, pero nunca me preguntó porqué, y eso es algo que aprecio. Aunque a veces intento esconder mis lágrimas.

Me reconforta estar con ella, por eso cuando estamos juntas me siento contenta.

Empezamos una guerra en la que me hace tragar varias veces agua. Antes de que nuestros padres se enteren de que estamos en la piscina con la ropa puesta, salimos y corremos hacia la puerta trasera, que no sabía que había una hasta que Melani me hizo un gesto de silencio y entramos por ahí de puntillas.

Nuestra ropa estaba goteando, así que nos la sacamos hasta quedarnos en ropa interior e ir directas al baño para secarnos.

- QUIÉN HA MOJADO TODO EL SUELO !?!?! - escuchamos a mamá gritar.

Las dos nos miramos y empezamos a reírnos súper fuerte.

Intentando secarnos lo más rápido que podemos con dos toallas, rezamos porque nuestra madre no venga.

Vamos cada una a su habitación a cambiarse rápido y sigilosamente, y después bajamos aún con el pelo mojado.

- Que hacéis con el pelo húmedo ? - nos pregunta nuestro padre extrañado.

Le hago un gesto para que le saque importancia y luego veo como el camión de mudanza para en frente de nuestra casa.

Salgo a fuera, donde encuentro a mi madre supervisando todo y viendo que nada se hubiera perdido o averiado.

Toda la familia nos ponemos a sacar cosas del camión. Y cuando miro que ya no queda nada más, bajo de él, hasta que noto que piso algo y me doy la vuelta.

Delante de mí aparece una imponente figura que no llego a definir por culpa del sol. Cuando logro enfocar la vista me encuentro a un chico, más o menos de mi edad.

Lo miro a la cara. Tiene el pelo negro y ojos oscuros. Hace una mueca y luego me aparta para dirijirse hacia mi casa.

Pero que...

Me dirijo hacia ella también y veo a mi madre hablando con el chico. El cual no me cae nada bien, y eso que lo acabo de conocer.

- Ah, hola Chloe - me saluda mamá - este es Ryan, el hijo de los Walker. Iremos a comer con ellos mañana.

Lo que me faltaba.

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