I. Encuentro

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Las calles se encuentran tranquilas, aún después de acabar la jorna laboral se esperaría un poco más de transito, pero no aquí. Pues para la comunidad, la hora marca las siete de la noche, hora en la que se sintoniza el programa radial de Alastor. Había pasado mucho tiempo desde que algo similar se hubiera escuchado, sería la música, sería la voz del conductor, los comentarios eran variados, pero algo era seguro: el hecho de que todas las casas en la ciudad encendían sus radios, si es que aun no lo estaban, para escucharlo.

En el edificio de la compañía radial se van apagando las luces de las oficinas conforme pasaban las horas, el ultimo piso permanece iluminado hasta las diez, donde acaba el programa de Alastor.

—Con esta cancion damos por culminado nuestro programa por hoy, gracias por acompañados una noche más y espero vuelvan a sintonizarnos el día de mañana queridos. Me despido.—sonríe sobre el micrófono, lo silencia y se reproduce la siguiente canción.

Con un suspiro, el omega se retira los auriculares y aleja el micrófono, el cansancio es rutinario y placentero, esta en su zona, la cabina de grabación solitaria, la música continua y las luces cálidas. Se despide desde su lugar de su compañero en los controles y mira por los ventanales desde el ultimo piso del edifico, la noche, los hogares de la ciudad y sabe que las luces que aún se mantienen encendidas son las de sus fieles oyentes, una sonrisa de autocomplacencia se dibuja en su rostro, y se cubre los labios, es una mala costumbre.

Estira una vez más los brazos y piernas, para salir del estudio, camina por los pasillos vacíos, hasta el comedor, necesita un poco de cafe para terminar la jornada.

—Ey Alastor — saluda su compañero Husk desde unas de las mesas, siendo de los últimos en permanecer dentro del edificio.

Sonríe y toma asiento frente suyo —¿Demasiado papeleo?— pegunta mientras toma un poco de su cafe.

—De nunca acabar—responde soltando una risa seca.— ¿Algo interesante esta noche después del trabajo? —pregunta, sabiendo que es una tontería, ya que siempre recibe la misma respuesta.

Se retira los anteojos, apoyándose en un brazo para estar más comodo— Ir a casa, leer un poco y dormir— sonríe por la cara de aburrimiento de su amigo.

—Es increíble que tu vida se más aburrida que la mía. Tus oyentes piensan que tienes alrededor de cuarenta, y creo que no se equivocan, por lo penosa de tu vida.

Alastor ríe, acostumbrado al hablar tosco de su amigo— Y supongo que tu si tienes planes. Tal vez algo de alcohol y apuestas.

—No te atrevas a juzgarme. No es tu posición— Se levanta tomando su abrigo—¿quieres...—deja la pregunta sin terminar, viendo la sonrisa de Alastor y su clara negativa— Olvídalo. Nos vemos mañana.

—Adios Husker.— se despide perezosamente con su mano y tono risueño. Termina su cafe y hecha el vaso a la basura. Camina de regreso a su estudio, pero le sorprende ver al presidente de la empresa caminando por los pasillos a esa hora, al lado de su asistente. En cuanto cruzan miradas el hombre se acerca a el.

—Alastor—lo saluda estrechando su mano—¿haciendo un excelente trabajo como siempre?

—Un gusto señor. — sonríe correspondiendo el saludo— Espero que sí.

—Sabes Rebeca —habla animado a su asistente— cuando me preguntaron si estaba seguro de contratar a alguien tan joven para que hacerse cargo de la programación mas importante de nuestra emisora, no lo dude. Alastor siempre mostro diligencia desde la escuela de periodismo.

El presidente había sido uno de sus profesor en el colegio de periodismo, en cuanto este asumió el liderazgo de la compañía y debieron hacerse cambios, le pregunto a un recién graduado Alastor si deseaba asumir el reto. Y lo hizo, los resultados fueron más que buenos.

—Puedo decir que tuve buenos maestros.

—¡Pues tienes toda la razón!—lo toma por los hombros amistosamente—¡Cierto! Permíteme presentarte a mi hijo. No le vayas a decir a mi esposa que lo tengo despierto hasta estas horas- susurra como una broma— Esta en la peluquería — ríe escandaloso—Su nombre es...— corta su voz al apuntar a un lugar vacío—¿Eh?¿Donde esta?

La asistente también se sorprende, buscando a su alrededor.

—Ese niño debe estar perdido curioseando por todo el lugar— dice despreocupado, suspirando— no lo puedo regañar, salió a mi— vuelve a reír—Me despido— estrecha su mano enérgicamente—Sigue así muchacho.— se aleja, comenzando a buscar a su hijo junto a su asistente, llamándolo por su nombre- Vox ¿Donde estas hijo? Mami nos va a regañar.

¿Vox? Alastor relaja las mejillas y suspira, el presidente siempre es demasiado enérgico. Retoma el camino a su estudio. Entra frotándose los ojos, sintiendo el cansancio en su cuerpo. Ya debe retirarse a casa, pero se detiene al ver a un niño sentado en su asiento dentro de la cabina de grabación.

Toma el picaporte de la puerta y la abre, da unos cuanto pasos, y cuando esta a cortos centímetros de su asiento, la reacción es instantánea, su cuerpo tiembla, una corriente sube por su columna y sus piernas flaquean, el olor lo ahoga, Maldición. Cubre su boca, siente que esta empezando a salivar y los ojos le lagrimean, su rostro se calienta. El niño gira la silla y lo ve. Esos ojos azules, Alastor se asusta, porque sabe que está jodido, su entrada comienza a lubricar y cae de rodillas, comenzado a inundar la cabina con sus feromonas. El niño baja del asiento nervioso y se acerca a Alastor—¿Esta bien?¿ Señor?—intenta tocarle el hombro, pero Alastor se aleja. 

—Vox — escucha la voz de la asistente desde el pasillo, toma bruscamente del abrigo al menor y lo saca de la cabina.

—Ah—el niño se queja y cae sentado sobre el alfombrado suelo del estudio.

—Joven—la asistente lo levanta— por favor, no se alejé de esa forma.— limpia y acomoda su abrigo—Debemos irnos.

—Pero—Vox mira dentro de la cabina.

La asistente continua tomándolo de la mano—Su padre lo esta esperando.—Ambos salen del lugar.

Alastor se acurruca temblando aun en el suelo de la cabina, esta muy mojado, y aun suspira sobre la palma de su mano que cubre su boca.

¿Qué carajos me pasa?

mi dulce alfa | RadioStaticDonde viven las historias. Descúbrelo ahora