III. Alfa y Omega

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-¿Qué carajos te pasó?- toma asiento frente a su amigo, quien tiene los ojos cansados y una apariencia desaliñada, muy extraño en él - ¿Creí que solo tenias noches tranquilas? - ríe.

Alastor suspira cansado, y lo mira irritado, asiento que Husk calle. La verdad es que no ha podido dormir apropiadamente después de aquel encuentro. Esa misma noche, de forma lamentable, tuvo que regresar a casa, intento calmarse con una ducha fría, pero el recuerdo del menor y su delicioso aroma hacia que su cuerpo volviera a calentarse. Nunca le había pasado algo como eso, no estaba en celo, faltaba mucho aún, ¿entonces que le sucedió?¿era el niño? Intento alejar el pensamiento, era enfermizo imaginar ello.

-¿Puedo hacerte una pregunta?- levanto la mira a su compañero. Quien tomaba de forma perezosa su cafe mientras veía su libreta.

-Dime

-¿Que significa que no puedas controlar tu instinto?-era extraño en el, nunca había sido consumido por una sensación tan primitiva, incluso durante su adolescencia, en cuanto se presento como omega, mantenía dominio sobre su casta. Solo disfrutaba del celo si es que lo quería, y cuando no, tomaba pastillas y era como si fuera un beta más. Pero aquel día, no fue el mismo.

-¿A que te refieres?-lo mira por el rabillo del ojo, jamás espero que Alastor le preguntará algo como eso, era un tema que parecía no importarle.

-Hace unos días...-dudó un poco- me cruce con alguien en la calle, y no pude controlar mis feromonas. ¿Quiero saber por que?

-¿No será tu celo?- pregunta ahora con toda la atención en el.

-No, aún faltan días - suspiro.

-¿Era un alfa? - tomo un sorbo de su cafe.

-No estoy seguro- era un niño, no podia identificar claramente su casta, pero su aroma- No lo pude ver, íbamos en direcciones diferentes.

-Entonces tal vez era tu destinado-ríe con voz grave.

-¿Que? - pregunta con sincera ignorancia. Asiendo que su amigo deba parar de reír al notar su poco conocimiento a las creencias populares respecto a las castas.

-Olvídalo, es una ridicules sobre alfas y omegas - los ojos de Alastor lo miran atentamente, indicándole que continue. Suspira y termina su café, quiere sentir el amargor, pues lo que esta por hablar es demasiado cursi para el - compatibles desde su nacimiento, el alfa y omega están destinados a estar juntos, sus olores se atraen, y nacen para unirse en el futuro - comienza a aburrirse de relatar algo tan tonto, así que habla con desgano mientras regresa su atención a su agenda - no hay nada que le puedas negar a tu pareja destinada, aunque termines uniéndote a otras personas, sus vidas siempre sentirán la necesidad del otro, claro, si lo llegas a conocer, porque desde que se encuentren permanecen en la mente del otro. - Mierda, debo pagar esta deuda.

Alastor aprieta los puños y gruñe ¿Que estupidez es esta? Jamas le intereso alfa y omega, pero no podia negar lo que su lobo claramente estaba sintiendo.

***

Luego de su charla con Husk decide salir a tomar un poco de aire, para calmarse. Aun le quedaba una hora para iniciar el programa. Tenía suficiente tiempo para despejar su mente y concen-

-Buen día.

Maldición. Su cuerpo tiembla y gira un poco la cabeza para confirmar su temor. Ese niño está otra vez ahí. Esa cara, esos ojos, ese aroma. Quiere llorar. No responde.

-Y-Yo - el menor parece un poco nervioso, mientras sus manos sostienen el bordillo de su pequeño short. Viste un conjunto muy tierno , ¿es su uniforme escolar?-¡Lamento haber entrado a su estudio de esa manera! - lo dice casi gritando, asiéndolo sobresaltar- ¡No quize-¡E-Espere!

mi dulce alfa | RadioStaticDonde viven las historias. Descúbrelo ahora