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Alexander Knowles, me está abrazando con fuerza, con una mano me sujeta de la espalda y la otra la pasea por mi cabeza. No puedo omitir palabra alguna, mis brazos cuelgan como gelatina. De un momento a otro me suelta.

-Yo... Yo Lo... lo... -hablo torpemente dándome la vuelta para tomar la puerta y salir, al momento de querer abrir la puerta, Alexander toma mi mano y me gira para verlo.

Sin decir nada me besa, pero ahora me pone en contra de la pared, colocando sus manos en mi cintura, cuando roza sus labios con los míos, siento algo raro. No desagradable, pero si extraño. Me besa de manera desesperada y muy posesiva, volviendo a morder mi labio.
Lo libera.
Dios... Dios..., ¿qué está pasando?
Mi mundo comienza a detenerse, mi mente se torna blanca, un calor recorre mi cuerpo.

Me mira a los ojos sonriendo con felicidad me abraza, inclinándose de nuevo para colocar su cara en mi hombro.
Se escuchan los latidos de cada uno, ya que al parecer se encuentran agitados por la adrenalina. Vuelve a abrazarme.

-¿Escuchas eso? -me pregunta casi en susurro.

Asiento, no puedo decir nada. Estoy atónito.

-Es lo que tú me provocas, pequeño.

Puedo sentir su respiración muy cerca de mi. La oficina está en silencio.
De pronto la caverna fría de Knowles, se vuelve: cálida.

-Sr. Knowles... no entiendo...

Se separa de mí, me ofrece su mano. La tomo. Nos sentamos en su sillón negro de piel, muy cómodo en verdad.
Vuelve a mirarme.
Bajo la vista.

-Escucha... sé que esto lo pudiste hacer tomado por sorpresa, la verdad si te molesto discúlpame, no supe lo que hice.

Aun no digo nada, quiero escucharlo. Cada palabra que salga de su voz.

-Cuando entraste a este lugar, parecías un gatito perdido. Aunque muy estúpido a decir verdad... Bueno, no sé por qué acepte que entraras a trabajar aquí lo hice sin razonar, lo único que decía mi mente era: Si que se quede. -Suspira- Bueno al verte aquí, cuando llegue de mis asuntos, sentí un gran alivio, me sentí feliz era algo que no podía explicarme, cuando lo lleve a cenar quería comprobar que no era lo que estaba pensando. Lo que sentía por ti -volteo a verlo- Después de esa cena, me di cuenta de lo lindo que te mirabas disfrutando la comida. Por eso decía que disfrutaba tu compañía. ¡Jamás! En mi vida había sentido algo así por alguien. Por eso te invite al museo, como excusa para llevarte a un lugar el cual disfrutaras del todo. Cuando me abrazaste, sentí "eso" que sienten los enamorados, por eso no pude reaccionar, cuando mire que te pusiste mal, fue cuando reaccione. Me preocupaste demasiado cuando saliste corriendo y desapareciste temía que algo malo te pasara por mi culpa. Por eso fui a tu apartamento -¿Fue?- una chica estaba allí, quería hablar pero me dijo que no querías hablar con nadie, al menos sentí un alivio al ver estabas a salvo -sonríe tiernamente- cancele mi viaje a New York, para verte y aclarar esto, para que no te perturbaras pequeño.

Lo miro, me quede sin palabras, su manera de llamarme "pequeño" es bonito... ¿le gusto? ¿Siente lo mismo que yo, eh sentido por él? Tragando saliva, trato de procesar todo lo que me dijo, su confe... ¿se confesó a mí? ¿Qué digo? ¿Qué hago?

Pero todo esto, es demasiado rápido.
Tengo miedo a su juego, no entiendo nada en lo absoluto pero mi boca y mis palabras me contradicen.

-Eliot... Por favor -me toma la mano.
-Yo... Ale...
-En pocas, palabras. Me gustas. Me estoy enamorando de ti.

Bajo la mirada.

-Tú haces que me sienta distinto, eres tu...
-Eso creo que se lo dices a cualquiera que te agrada -digo sin pensar.

Miro como pone su mano en puño, alzo un poco la vista: esta haciendo una mueca, molesto.

-Por favor -digo en voz baja -Eres uno de los hombres más guapos, tienes dinero, eres modelo, tienes esto... en cambio yo -rio -no soy nada de eso. No puedo creer que te guste, también, casi ni nos conocemos.
-Quiero conocerte más, quiero saber más de ti, tus anhelos, sueños, todo.
-Ale... perdón...

Silencio.

-¿Te molesta el que te haya besado?
-N... no... no...

Sigo viendo el piso. No entiendo, nada. Empuño mi mano y frunzo los labios.
¿Que hago...?
Se apega más a mí, con su mano toma mi barbilla y levanta.

-Te miran lindo, rojito.

Coloca ahora sus manos en cada lado de mi rostro y besa mi frente. Rodea mi cintura y me pega mucho más a él. Recargo mi cabeza en su hombro. Así nos quedamos por unos minutos. Mis brazos no tienen vida en estos momentos.
Mi cerebro no piensa.

-Gracias, por demostrarme que también sientes lo mismo que yo -me abraza con fuerza ¿Tengo posibilidad? -Asiento- Gracias, hare lo que sea para enamorarte lo prometo.

Solo puedo sonreír, algo fluye dentro de mí.

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Hola!:D
Les pido una disculpa por no subir los capítulos tan menudamente, últimamente estuve muy ocupado por la escuela y no pude seguir subiendo :s

También les quiero agradecer por leerla, y que les este gustando tanto :D
Cualquier sugerencia, critica constructiva y negativa será bienvenida :3

Parte sin título 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora