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¿Kate?

Volteo a la puerta y ahí está Kate, Mark voltea su cara y comienza a reírse como demente, al menos pude bajarle el cierre.
Ella esta atónita boquiabierta, roja.

– ¿Kate? ¿Estás bien? –pregunta Mark dándose la vuelta completamente.
– ¿Pero qué estás haciendo que haga Eliot idiota? –pregunta Kate furiosa.

¿Qué dijo?

–Oye tranquila, me estaba ayudando a bajar el cierra, se atoro y no podía ¿verdad? –voltea a verme.
–Sí, Kate su cierre se atoro con la mezclilla del pantalón ¿Por qué te alteras? –pregunto ladeando la cabeza.
–Es que... ¿eh?
–Sí, estaba bajando su cierre.
–Uffffff –respira, haciendo un gesto con la mano como si se limpiara el sudor –ya se me hacía demasiado que tu –me señala –estuvieras haciendo eso –se carcajea.
–¿Hacer qué? –pregunto curioso.
–Nada, no le hagas caso, está loca –dice Mark.
–Calla, que bien te gustaría que te hiciera eso, imbécil –cierra la puerta de golpe.
–¿De qué rayos hablan?
–De nada pequeño –acaricia mi cabeza –gracias por ayudarme.

Se quita el pantalón ignorando por completo lo que estaba haciendo hace algunos instantes, yo la pienso si me lo quito aquí o en el baño, pero como la flojera puede más que yo opto por quitármelo en la habitación. Miro atrás y Mark está viéndome esbozando una sonrisa de lado –su sonrisa de seducción–, en bóxer acostado con los brazos cruzados y piernas abiertas.
Kate está en el baño. Mierda.

–Emm... yo... voy... a cam... cambiarme... espero n... no te mo... moleste –digo nervioso.
–Por mí adelante.

Sonrió tímidamente y le doy la espalda, no quiero ver que me esté mirando, pero tampoco quiero que me vea. Menos mal el dolor se fue.

–Ma... mark, ¿Pu... puedes no verme?
– ¿Por qué no?
–Tú sabes tonto.
–Anda solo cámbiate no te comeré...
–Está bien –digo de mala gana.
–Aun...
– ¿Qué?
–Nada –voltea a la pared.

Vuelvo a darle la espalda por completo, respiro y exhalo para tratar de olvidar que esta acostado tras de mi por un momento. Mark no está aquí, Él no está aquí. Repito esta mandra en mi mente... espera yo también puedo jugar su juego. Me quito el suéter de la manera más normal posible, pero al llegar a mi camiseta cruzo mis manos sujetándolas de la parte baja y poco a poco comienza a subir... despacio... sin prisas, para agregar más diversión al juego me muevo un poco de un lado a otro. Oh sí. Por dentro doy volteretas de triunfo. Miro de reojo a Mark que está mordiendo el labio inferior buena señal. Al quitármela la lanzo al piso para proseguir con los tenis y pans. Los tenis solo desabrocho la agujeta y me los quito, pero al llegar al pans empieza aún más diversión para mí. Deshago el nudo que hago para que se sujete de la cintura con una mano y con otra lo tomo del borde de la parte de atrás y bajo, poco a poco comienza a caer al piso. Puntos para mí, en mi mente visualizo el marcador 1-1.
Toma esa Miller.
Volteo a verle... ¡Oh mierda!

–Mi pequeño ingenuo Eliot ¿Estas provocándome?

Suelto una risa burlona, sin decir nada.

–Tú te lo buscaste –sonríe.

Mierda.
Se levanta ágilmente de la cama y se coloca frente a mí, quedo congelado, pasmado. Lo arruine. Me toma de los hombros y me estrecha contra él, toma mis piernas colocándolas en su cintura y me levanta sujetándome del trasero. Esto ya no me gusto.

–Nada de quejarse tú iniciaste esto.

Sonríe de manera perversa. Oh no. Llega a mi cuello y pasa su lengua en círculos, la sensación que produce es de lo más extraña. Siento que por dentro me desarmo. Solo cierro los ojos y trato de zafarme.

Parte sin título 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora