20

99 9 4
                                    



-Hola -sonríe.
-Hola -le regreso la sonrisa, es el chico de Starbucks.
-¿Sabes quién soy verdad?
-¿El chico que insistió en atenderme en Starbucks?
-Y dije que te mirabas lindo rojito.
-Si... -alzo una ceja.
-Si -sonríe -mucho gusto gatito perdido, soy Nathan -me extiende su mano.
-Hola... Bueno yo.
-Sí, te llamas Eliot ¿No?
-Si -le tomo la mano.
-Lo recordaría siempre.
-Y también me reconocerías ¿no?  -rio.
-También -dice soltando mi mano para quitarme el gorro y revolverme el pelo.

Siempre que hacen eso, suelo sonrojarme un poco. Aunque no me gusta que lo hagan del todo, en ciertas personas me
Molesta.

-¿Qué hace aquí un gatito perdido?
-Yo... ca... caminar.
-¿No tenías que trabajar hoy?
-No -miento -me dieron el día.
-Oh, muy bien.
-¿Y tú?
-Hoy descanso, bueno me di el día.
-¿Acaso eres tu jefe?
-No, mi padre lo es.
-Órale.
-¿Te puedo acompañar?
-Sí, claro.

Aun con el gorro en su mano vuelve a revolverme el cabello y se lo pone. Tiene un pans gris, ajustado con una camisa blanca sin mangas que dice "No pain, no play" con unos tenis grises con agujetas amarillas. Se mira mucho más musculoso así de lo que recuerdo haberlo visto.

-Háblame de ti, no creo que solo seas una cara bonita -pregunta bajando su vista a mí.

Maldita sea, la estatura de todos.

-¿De mí? Okey, mi nombre es Eliot Ross, tengo 20 años, vivo en un apartamento de tres habitaciones con mis mejores amigas Kate y Bane... trabajo en "M&G FASHION" -me mira sorprendido -Me gusta fotografiar, pintar, escribir, leer y tocar algún instrumento y pues creo que sería todo.
-Wow, trabajas con Alexander Knowles, es impresionante, ¿vives con dos chicas? Ea...
-No, nada de eso son como mis hermanas.
Sonríe.

-¿Qué instrumento tocas?
-Guitarra, piano, flauta y un poco de violín.
-¿Es enserio? Es impresionante.
-No es para tanto.
-Eres muy artístico, me gusta -sonríe cerrando los ojos -espero algún día me toques algo.
-Claro.

Suelta una carcajada.

-¿Qué es lo chistoso? -pregunto desconcertado.
-¿No entendiste? -dice entre risas.
-¿Qué cosa?
-Oh... como lo sospechaba. Nada olvídalo.
-¿Qué cosa? - pongo mi cabeza de lado.
-Nada pequeñin.
-Oh, bueno de ti. ¿Qué puedo saber de ti?
-Pues soy Nathan Adams, trabajo como ya sabes en Starbucks, tengo 24 años, estudio administración de empresas estoy próximo a graduarme, soy originario de New York, pero vivo aquí desde hace dieciséis años, vivo en un departamento solo. Me gusta ejercitarme, correr, pesas etc. y tenemos el común en leer.
-Que padre, ya me caes mejor.
-¿Estudias?
-Sí, periodismo.
-Genial, ¿Cómo terminaste en una empresa de moda?
-Pues, por desgracia mi tía me lo consiguió, así que no tuve otra opción.
-¿Tienes novia?
-¿Eh? ¿Yo? No...

Sonríe y sin decir nada.

-¿Tu?
-¿Qué si tengo novia? Negativo.
-Qué raro -sale de mi boca.
-¿Por qué lo mencionas?
-No, no, no más decía, es que bueno es decir eres muy atractivo y pues... -se me salió -Perdón.
Sonríe -Estoy viviendo solo, soltero, sin compromiso, es mejor así.
-Puede que sí.
-¿Puede?
-Bueno, me refiero que hay veces que alguno mínimo quisiera estar con alguien, ¿no lo crees?
-Sí, tienes cierta razón, aunque me siento cómodo estando solo.
-Eres un lobo solitario- sonrió tímidamente.
-Se podría decir que sí, me siento más a gusto estando solo. Pero ahora te tengo a ti -Vuelve a revolver mi pelo.
-Cla... claro...
-No seas tan tímido, me gustaría que fueras más imperativo.
-Si lo puedo llegar hacer.
-Te creo -no me cree.
-Es enserio -le saco la lengua.

Cuando hago ese gesto, se acerca a mí y comienza a hacerme cosquillas, rio como un maniático ya que soy una de las personas más cosquilludas de este mundo. Esa tarde entre bromas, risas, conocimiento del uno a otro e incluso correr -Ya que quería volverme hacer cosquillas- pasa muy rápido.

Ya más tarde después de una larga platica para conocernos más a fondo y darnos nuestros números, corro por mi vida por unos árboles inmensos que dejan a oscuras ese camino tropiezo con una piedra y caigo, me hago una leve torcedura en el tobillo y Nathan insiste en llevarme cargando.

-No, es necesario. Puedo ir no te preocupes -me siento en la banca.
-Tienes el tobillo torcido, por favor solo quiero ayudar -dice parado frente a mí.
-Con alegrarme la tarde es suficiente -sale de mi boca, no puedo evitar un leve sonrojo.
-Al contrario, tú me la alegraste a mí. Gracias.
-A ti. Bueno ya me iré.
-Eres terco... -se agacha, me toma de las piernas, espalda y me carga.
-No, Nathan ¡bájame! -qué vergüenza.
-Mira ya te dije que yo te llevare, no me importa si no quieres.
-Pero es... ver... vergonzoso...
-Mira solo imagina que es nuestra boda y te estoy llevando a la luna de miel en brazos, ¡Auch! -le doy un leve golpe en el pecho.
-Bobo -rio.
-Ves que fácil es, solo déjate querer -sonríe de lado.
-Calla -cubro mi boca.

Saliendo del parque, una que otra persona nos mira riendo, solo mi nuevo amigo me está llevando a la "casa" por qué me lastime el tobillo ¿Qué hay de malo en eso? Lo dirijo a todo paso, sin errores, es más fácil así que decirle por calles y esas cosas. Cuando llegamos las luces están totalmente prendidas incluyendo la de mi habitación, se me hace un poco raro y hay un auto negro frente. Le pido a Nathan que me baje aquí, pero él insiste en llevarme hasta adentro. No hay otro remedio. Al abrir la puerta vemos a... ¿Qué hace el aquí?

Parte sin título 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora