Un Uchiha en Harry Potter 2

Arco 1: Expreso de Hogwarts

El día no podía comenzar mejor para aquel 1 de septiembre del 2017, la plataforma 9¾ como era costumbre estaba rebosante de actividad, con familias brujas y muggles mezclándose en un bullicio de despedidas y saludos que llenaba el aire con una mezcla de emoción y anticipación pero estos sentimientos no eran los que invadían pesimamente a Scorpius quien ya tenia suficiente con lidiar con todo el ajetreo y las mirada de todo los estudiante que reconocían como el hijo de Sasuke Uchiha el gran héroe que derroto al señor oscuro y salvo al mundo mágico. Scorpius Avanzaba con una calma glacial, su expresión de desdén apenas oculta tras sus ojos de un azul grisáceo, su porte altivo y su mirada penetrante no dejaban lugar a dudas sobre su linaje sin embargo muy dentro suyo el odiaba haber sido el único de sus hermanos que heredó la herencia mágica de su madre y tener que verse obligado a asistir a una escuela especial para la gente como el.

—Scorpius no te olvides  escribirnos apenas llegues a la escuela ¿De acuerdo?—dijo Diana Malfoy, ajustando la bufanda verde plateada alrededor del cuello de su hijo. Ella le lanzó una mirada llena de afecto y orgullo, aunque sabía que su hijo rara vez mostraba sus emociones mientras tanto Sasuke, en silencio como siempre, se mantenía un poco atrás, observando con sus ojos agudos y serenos.

—Lo sé, madre—respondió Scorpius con un tono algo molesto. Sus palabras parecían cortadas con la precisión de una espada, y su semblante imperturbable revelaba poco de lo que realmente pensaba.

Scorpius ya para no alargar las despedidas sólo dio un leve abrazo a su madre y abordo el tren, para seguidamente buscar con la mirada un compartimiento vacío. No tenía interés en socializar con otros estudiantes, prefiriendo la soledad que le ofrecía una oportunidad para reflexionar y mantener a raya los recuerdos de su pasado en lugar de la compañía de los otros estudiantes que llenaban el tren con sus risas y conversaciones animadas. Scorpius pasó junto a varios compartimientos, algunos llenos de estudiantes hablando animadamente, otros con grupos más pequeños leyendo o jugando a las cartas mágicas. Suspiró levemente al ver que casi todos los compartimentos estaban ocupados. Deseaba un lugar tranquilo donde pudiera leer el libro que había traído, lejos de las miradas curiosas y los intentos de socialización que para el eran totalmente patético.

Finalmente, encontró un compartimiento vacío casi al final del vagón. Scorpius abrió la puerta y entró, cerrándola tras de sí con un alivio palpable. Parecía ser un buen lugar por lo que dejó caer su mochila en el asiento que daba para la puerta para después sentarse el en el otro asiento que daba a la ventana, sacando su celular para revisar sus redes mientras se sumergía en la lectura de los comentarios que recibió su ultima publicación se fue aislando en su propia burbuja, a medida que  el Expreso de Hogwarts avanzaba a toda velocidad hacia la escuela y el paisaje de la ciudad iva pasando rápidamente por las ventanas taba un aspecto mas de tranquilidad Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que la puerta del compartimiento se deslizara suavemente. por lo que Scorpius levantó la vista encontrándose con la de un niño de cabello negro enredado y unos penetrantes ojos verdes como las esmeraldas puras que estaba acompañado de otros dos uno de cabello castaño oscuro y ojos grandes  expresivos de color azul intenso y otro que era de cabello pelirrojo con ojos castaños 

—Hola—saludo el niño algo temeroso pero con una sonrisa—¿Este compartimento está...? 

—Ocupado—dijo Scorpius de manera seca

—Eh si pero te parece si podemos sentarnos? ...es que los demás compartimientos ya están llenos—dijo el niño pelinegro de manera temerosa—prometemos no molestarte en verdad

—Ya he dicho que está ocupado. Busquen en otro lado —repitió, su tono helado dejando claro que no estaba dispuesto a negociar.

—Mira hay suficiente espacio para todos. Solo queremos sentarnos eso no te afectara en nada además tu no eres dueño de este tren para prohibir que las personas entren en este compartimiento—dijo el otro niño también en un tono serio—el tren es de uso publico y todo tenemos el derecho de ocuparlo