Las Cuerdas De La Confianza

Capítulo 12- Narra Wilhelm

Llevamos a Monica a casa de una amiga suya para que se quedara allí mientras sus padres no volvieran del viaje. Estábamos yendo hacia la fiesta andando y Ivan se fue con Julia en la moto. Eran las 9, necesitábamos ir un poco más adelantados para poder llegar a tiempo al restaurante que Julia había reservado para poder cenar. Era un restaurante seguramente pijo, como ella.

– ¿Quieres que cojamos el coche de mis padres?- me preguntó James.

– ¿Sabes conducir? - Si James no sabía conducir ya lo haría yo, mi padre me enseñó a conducir cuando era pequeño.

– No, pero tú sabes, ¿verdad?.

– Si, yo sé conducir. Pero no creo que ni a tus padres ni a los míos les gustará.

– Bueno, estamos de fiesta, qué más da si no lo podemos hacer.

– Vamos, somos menores, nos pueden multar y llevarnos a la cárcel.- Eso era lo que me preocupaba, James estaba tan obsesionado con Julia que le prestaba más atención incluso que a su hermana.

– Solo serán unos 10 minutos, el restaurante no está tan lejos

– Si no está tan lejos podríamos ir andando.

– Pero tardaríamos mucho. Hazlo por mí, por favor- asentí con la cabeza.

– Pero solo está vez.- fuimos a casa de James que estaba a dos minutos de donde estábamos situados. Cogimos el coche y fuimos al restaurante. El restaurante era enorme. Tenía camareros muy bien vestidos y educados. Cuando quisimos aparcar el coche vino un señor hacia nosotros.

– Muy bien, ahora nos van a pedir que enseñemos el carnet de conducir. Estamos muertos-El señor nos dijo que le diéramos las llaves para que él nos guardará el coche.

Así hicimos y deseamos que no fuera un estafador. Miramos hacia donde se llevaba el coche y lo aparco al lado de la moto de Ivan. Entramos y miramos donde estaban Ivan y Julia. No había ni rastro de ellos, solo de gente muy bien vestida bebiendo y charlando. Decidí llamar a Ivan pero no me cogió el teléfono. Un minuto más tarde lo teníamos detrás nuestro.

– Por aquí. Por favor- nos dijo un chico joven de unos veinte años con una bandeja en la mano. Habíamos cruzado todo el restaurante hasta llegar a una parte donde había familias con sus hijos, parejas, grupos. Ivan se había cambiado de ropa y se puso una americana con una camisa debajo. Julia estaba con un vestido rojo y unas converse blancas. En ese momento miré a James, estaba pálido.

– Ahora venimos– dije y agradecí que no preguntaran el por qué, entonces agarre a James del brazo y Ivan y Julia se dirigieron hacia la mesa

– ¿Pero qué pasa?- dijo con un tono borde.

– ¿Qué te pasa a ti?, te has puesto blanco.

– ¿Y?, por eso me has hecho venir. - en ese momento me empecé a cabrear.

– ¿Qué te pasa?- dije enfadado.

– Nada, no me pasa nada

– Si que te pasa algo.

– Que no- gritó y las personas que teníamos alrededor se giraron y nos miraron con mala cara- oye lo siento, desdé que he visto que Ivan y Julia iban tan arreglados me ha dado vergüenza. Creo que no soy suficiente para ella.

– No tienes porque sentir vergüenza, tú también vas bien arreglado.

– ¿Pero no has visto a Ivan?, parece que venga de una entrevista de trabajo, está muy guapo.

– No te preocupes por eso ahora, diviértete- entonces nos dirigimos hacia la mesa.

– Aquí tenéis la carta- dijo Julia extendiendo el brazo hacia James con la carta en la mano, James se había puesto rojo y se había quedado mirando a Julia.- ¿la coges o te tengo que pedir yo por ti?

– Si, si - dijo y entonces se puso más rojo. Pedimos y mientras esperábamos a que llegase la comida empezamos a hablar de que haríamos en la fiesta.

– La fiesta empieza dentro de dos horas, tenemos tiempo suficiente para cenar y llegar a tiempo a la fiesta- dije esperando haber si no traían la comida, tenía mucha hambre. Mis padres siempre se preocupaban por mi, y era extraño que no me hubieran llamado y me empeze a preocupar. - voy al baño- cuando llegue me encerré y llamé a mi padre. No me contestó, lo volví a llamar y no contestó y lo mismo pasó con mi madre. Volví a la mesa y vi cómo James miraba a Julia mientras ella estaba riendo con Ivan.