Capítulo 10- Narra Julia

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Cuando me saco las vendas sentí un poco de daño pero no me queje, pero creo que el lo noto, iba con mucho cuidado de no hacerme daño. Me vinieron ganas de ver una peli y cuando le pregunté no tardó mucho en contestar. Estaba un poco cansada pero en ese momento no me venían ganas de dormir. ¿Dónde estaba Simón?, ¿Qué le había pasado? Tenía muchas preguntas sin resolver y cuando Wilhelm llamó a la policía e Ivan me dijo que no había señal sabía que algo pasaba. Lo último que quería era estar sola. La peli me dio mucho miedo, más de lo que ya tenía. Estaba muy cansada y me quedé dormida. Cuando me desperté estaba en medio de la escalera y me asusté un poco.

– Tranquila- me dijo una voz - te has quedado dormida mientras mirábamos la peli. - entonces entramos en mi habitación y me dejó suavemente sobre la cama. Me quito los zapatos y lo agradecí muchísimo, tantas horas con esos zapatos me dolían los pies.

– ¿Qué hora es?- pregunté, y me giré hacia mi despertador .- Mierda - ¿por qué esa hora? , ¿por qué las 2:37?

– ¿Julia, que pasa?

– Son las 2:37, las 2:37...

– Julia, ¿qué significa?

– Nada, es solo que no me gusta esta hora

– Julia, se que no es eso, te has puesto blanca. - yo sabía que se lo debía contar, confiaba en él, es más, lo quería. Pero era algo que no quería recordar.

– No es nada, es algo que me pasó de pequeña. No tiene importancia.

– Vale, pero si necesitas algo estaré abajo. ¿De acuerdo?- entonces me dio un beso y se dirigió hacia la puerta

– ¡No te vayas! Quédate, por favor

– ¿Tienes una manta y un cojín de sobra?

– Duerme conmigo, por favor- le pedí casi suplicando pero yo sabía que no me arrepentiría. ¿Y si me volvía a pasar? Esa hora me traumatizó y no quería tenerlo lejos. Tenía miedo de que nos pudiese pasar algo.

– ¿Estás segura?- entonces le dije que sí, estaba muy segura. Se metió en mi cama que era bastante grande. Ya había dormido a veces con mi madre, pero nunca nadie con alguien como él, era mi primera vez. Sabía que no me equivocaba, había hecho bien en pedirle que se quedara. Me sentía segura con él junto a mi.

– Nunca había hecho esto con nadie, y me alegro de que estés conmigo- le dije a Ivan

– Yo también me alegro de estar aquí- entonces apague la luz para poder dormir - te quiero- dijo susurrándome al oído

– Yo también- Me quedé dormida al instante y cuando me desperté tenía a Ivan acariciándome el pelo y la mejilla.

– Buenos días - me dijo sin dejar de acariciarme la mejilla

– Buenos días, ¿que hora es?- respondí con voz de dormida.

– Las nueve y media. Tenemos que ir a desayunar, los otros ya están abajo esperando.- entonces nos cambiamos la ropa y nos fuimos hacia las escaleras en dirección al comedor

– Espera, te has dejado algo, ahora vuelvo- No me extrañaba que me dejara algo, era muy despistada- Gírate- me gire y me coloco el collar que me regaló ayer. Me cogió de la mano y fuimos al comedor.

Las Cuerdas De La ConfianzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora