My Neighbor is a Witch (GyuHao)

𝟮. 𝗟𝗮𝗯𝗿𝗮𝗱𝗼𝗿𝗶𝘁𝗲

Mingyu entró al departamento de Minghao, el cual bajó a sus gatos cuando cerró la puerta y estos fueron a la sala.

El departamento de Minghao tenía la misma disposición que el suyo, sólo que había una clara diferencia: su estética.

Para empezar, olía a incienso de copal, el cual estaba sobre un porta-incienso de ranita que lo sujetaba y la ceniza caía en un nenúfar, este estaba colocado sobre un mueble con muchas cosas que Mingyu apenas pudo ver. A. Creature de Psychedelic Witchcraft sonaba de fondo.

Cristales, velas, jarras transparentes con diversas hierbas dentro, una estatua de lo que parecía ser la diosa Hécate (aunque Mingyu no sabía eso). Todo eso estaba sobre un librero con colección de libros y lo que eran cartas (de tarot). Tenía un tapiz para la pared con los ciclos de la luna encima de dónde estaba la televisión.

El ambiente era más oscuro por las ventanas cubiertas con cortinas de un color morado oscuro y en las paredes había enredaderas y distintas plantas colgando del techo, con luces de hadas.

Su sillón era de terciopelo rojo, con almohadas bohemias y una sábana sobre ellas. En la pared también había un pentagrama hecho de ramas y un cráneo de vaca.

Había muchas cosas y Mingyu no quería parecer entrometido, así que siguió a Minghao que le dijo que se sentara en el sillón y eso hizo.

En la mesita de café había un té humeante con cartas de tarot esparcidas, rodeadas de más cristales.

Los gatos estaban también en el sillón y él tuvo cuidado de no tocar a Jun de nuevo porque no quería que esta vez Wonwoo le sacara los ojos. Ambos gatos estaban acurrucados juntos, y de nuevo lo veían fijamente.

"De verdad parece que quieren algo de mí," pensó, pero Minghao llegó con el botiquín y se sentó a su lado.

Ahora que veía su atuendo, Minghao estaba vestido con un shorts corto y unas calcetas largas negras que llegaban por encima de las rodillas, mostrando poca piel de sus piernas. Tenía puesto un hoodie negro que decía «see you in hell». Sus labios no estaban pintados, pero sus ojos tenían delineador negro y su cabello negro estaba decorado con un broche de cuchillo ensangrentado.

Sacó una bolita de algodón y lo roció con antiséptico, para tomar la mano de Mingyu con la suya libre y empezar a limpiar los rasguños y la sangre.

Mingyu se avergonzó por su mano sobre la gentil de Minghao, el cual soltó un suspiro.

—De verdad lo siento mucho porque Wonwoo te atacó —dijo, teniendo cuidado con los rasguños, limpiándolos bien.

—No te preocupes, son sólo rasguños y aprendí mi lección —respondió Mingyu, sonriendo.

Minghao lo miró con las cejas bajas e inclinó la cabeza hacia un lado.

—¿No estás molesto? No te culparía, de hecho, es lo más natural que lo estés...

—Para nada, no hay problema, en serio —dijo, porque era la verdad, no culparía a un animal por sus acciones.

—Eres un amor —dijo Minghao y el moreno se avergonzó, riendo suavemente, sin saber qué decir.

Minghao tomó su otra mano y también limpió los rasguños con cuidado. A Mingyu le ardían, pero era un dolor soportable.

Aparte, tenía su atención puesta en otra parte. Desde ahí podía ver mejor los rasgos de Minghao y por fin podía admitirse a sí mismo que su vecino le parecía muy hermoso. Había algo en él que encantó a Mingyu desde el primer momento que lo vio.

Su belleza, su estética, su voz, sus ojos... Mingyu jamás se había sentido así por nadie más, tan maravillado, sin ni siquiera conocerlo.

Minghao cambió otro algodón y se acercó más a Mingyu para limpiar los rasguños de su cuello. Sus rodillas se toparon y el moreno fue muy consciente de eso.