Alexandra Guiu es la hermana del mejor amigo de Héctor Fort, Marc Guiu. A medida que sus vidas se entrelazan, surgen complicaciones cuando descubren una atracción mutua que desafia las reglas no escritas de la amistad y la lealtad. Entre secretos co...
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Alexandra
Mi mañana había sido bastante ajetreada, había ido a trabajar y luego tenía clases de la autoescuela porque me había apuntado finalmente para sacarme el carnet, todo iba sobre ruedas, literalmente. Al llegar a la urbanización de casa vi el coche de Héctor aparcado enfrente de casa y sonreí internamente al saber que estaba ahí. Era lo normal, Marc y Héctor se pasaban el día juntos, si no era en nuestra casa era en la casa del otro, eran uno más de ambas familias.
"¡Buenas!" Grité entrando por la puerta de casa, iba vestida con una camiseta blanca, unos tejanos anchos y mis zapatos favoritos de la temporada, las adidas samba que me había regalado mi hermano. Oddy fue el primero en venir a saludarme.
"¡Hola cariño!" Exclamó mi madre desde el comedor. Al llegar vi a mis padres junto a Marc y a Héctor comiendo, eran las dos del mediodia así que era lo normal.
"Anda que esperáis" Me quejé acercándome a la mesa para robarle unos cuantos macarrones a mi hermano con un tenedor.
"Esque hay hambre" Se quejó Marc dándome un manotazo, le di un beso en la cabeza desde atrás y le removí el pelo sabiendo que eso le molestaba. Héctor nos miraba con una sonrisa divertida y me acerqué a él para darle un beso en la frente y una colleja que no esperaba, lo que hizo que me diera una mirada de advertencia que me hizo sonreír. Finalmente me pasé al otro lado y les di un beso en la mejilla a mis padres. Sentí la mirada de Héctor clavada en mi cuerpo y quise actuar como si no me importara, pero por dentro estaba chillando.
"¿Como ha ido?" Preguntó mi padre mientras yo me servía un plato.
"¿No te has llevado a nadie por delante?" Vaciló Héctor, le fulminé con la mirada haciendo que todos se rieran.
"Ojalá a ti" Le contesté haciendo que me guiñara un ojo vacilándome, obviamente iba con segundas, pero nadie se percató de ello porque siempre habíamos sido así entre nosotros. "Ha ido bien, unas diez clases más y me lo saco" Hablé orgullosa empezando a comer, todos se miraron sorprendidos.
"Te acabas de flipar" Habló mi hermano riéndose. "Si yo hice como treinta clases" Explicó haciendo que me encogiera de hombros.
"Ya veremos" Habló mi padre riéndose. "Por cierto chicos" Añadió haciendo que los tres le miraramos con atención. "Mañana tenemos lo de la convención de Madrid" Nos recordó, mis padres trabajaban juntos en la misma empresa, así que tenían que irse unos días a la capital por temas de trabajo.
"Es verdad" Habló Marc asintiendo con la cabeza, Héctor se acomodó en la mesa y yo observé sus movimientos, era sumamente atractivo.
"¿Necesitais que os llevemos a la estación?" Preguntó Héctor haciendo que mi madre sonriera y yo también sin quererlo. Le trataban como a uno más, literalmente para mis padres era como un hijo más y para él eran como sus segundos padres y eso hacia que se me encogiera el corazón.
