XII. Never Have I Ever

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Alexandra

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Alexandra

Me levanté de la siesta con el sol de la tarde brillando a través de las ventanas de mi habitación, dándome un motivo más para sentirme animada. Era viernes, y hoy por la noche dábamos una fiesta en casa, me había tomado la libertad de descansar de más para tener más energía. Bajé a la cocina, donde mi hermano ya estaba preparando la merienda.

"Tu que, bella durmiente" Habló tendiéndome un plato de tortitas de avena. Marc, al ser deportista de élite siempre miraba por su dieta y me intentaba inculcar a mi esos buenos habitos de comer saludable, y a mi no me desagradaba.

"Gracias chef" Le dije dandole un beso en la mejilla "¿No tienes entreno?" Pregunté cogiendo el plato y sentándome en la isla de la cocina.

"Son las siete de la tarde Alex, he acabado de entrenar hace horas" Habló haciendo que abriera los ojos como platos. "¿Que tal el trabajo en el restaurante esta mañana?" Preguntó dándome un beso en la frente antes de sentarse a mi lado.

"Pues bien, como siempre" Respondí sin más, hablamos animadamente mientras yo me comía la merienda que me había preparado.

"Me he encontrado a María corriendo esta mañana" Habló haciendo que mi atención recayera en él. "Dice que vendrá más pronto para ayudarnos" Asentí contenta, mi amiga era le mejor, tenía muchas ganas de estar con ella por fin.

El resto de la tarde pasó volando entre los preparativos. Marc, que normalmente no se preocupaba por los detalles, hoy parecía tan ansioso como yo. Pasó la tarde con María asegurándose de que el jardín estuviera impecable y me ayudó a colgar las guirnaldas de luces entre los árboles. Cuando la noche llegó. María y yo optamos por unos vestidos negros, mientras que Marc se puso una camiseta y un pantalón cualquiera.

"No te vas a poner eso" Hablo María mirándole con cara de susto.

"¿Por qué no? Si estoy en mi casa" Le dijo despreocupado.

"Pero Marc que estamos dando una fiesta, pareces un vagabundo" Hablé dándole la razón a mi mejor amiga.

"Joder Mery yo no sé para que abres la boca" Dijo molesto volviendo a su habitación para cambiarse.

"Oye no te pases" Habló María enfadada. A veces me recordaban a mi y a Héctor y sonreí casi por la inercia.

"¡Ven a ayudarme anda!" Gritó haciendo que María rodara los ojos, me encantaba ver a mi hermano y a mi mejor amiga llevarse así, parecían el perro y el gato.

Yo de mientras no le di más importancia y bajé abajo. Las luces del jardín brillaban cálidamente, y la música ya sonaba a través de los altavoces. Tocaron al timbre y, cómo no, mis amigas fueron las primeras en llegar.

"Buenas" Dijeron todas al unísono, y pasaron para dentro con bolsas de alcohol.

"Vaya locas, si hay de sobras" Hablé riéndome.

SECRET DESIRES | Hector FortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora