Capitulo 8: Folmalhault

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Por primera vez en toda su amistad, fue Sirius el que lo despertó a almohadazos y no viceversa. James jamás se quedaba dormido para un entrenamiento, generalmente estaba listo media hora antes y tenía que arrastrar a su amigo para que suelte las sábanas.

-Por Merlín Prongs ¡Ya levántate! El capitán del equipo y su jugador estrella no pueden llegar tarde, sabes que dentro de unas semanas tenemos el juego con Ravenclaw. -

James dio un salto fuera de la cama, se puso el uniforme a velocidades extraordinarias y agarró la escoba para irse.

-Jamie no vas ni siquiera a lavarte la cara ¿Qué te ocurre hoy? -. Dijo Sirius con una media sonrisa mientras se dejaba caer contra una pared.

-Claro, ya voy. No me pasa nada solo estoy un poco cansado. -

Cuando salieron de la habitación se encontraron a Marlene rumbo al entrenamiento también, ella y Sirius comenzaron a hablar sobre algo que James no logró prestarle atención porque su mente estaba en otra parte, en otra persona. Él sabía perfectamente porque estaba tan cansado hoy, no pudo dormir más de dos horas seguidas. Había tenido pesadillas con respecto a Regulus. Soñó que se sentía tan solo que estaba a punto de cometer una desición horrible, irreparable y James en lugar de intentar detenerlo, de salvarlo lo alentaba a hacerlo. El recuerdo hizo que se ponga incómodo, soltó el aire que no era consiente que estaba reteniendo. Tal vez manejó la situación con el menor de los Blacks un poco mal, tal vez no lo pensó tan bien a la hora de actuar. Después de todo él era una buena persona.

El entrenamiento fue duro, estaba lloviendo muy fuerte y era difícil ver a lo lejos. James trató de mantener su vista fijada en el campo porque si no lo hacía, iba a dormirse. Claro que desvió varias veces la mirada hacía las gradas y no podía creer que Remus estaba allí sentado mirando el entrenamiento, realmente mirando, no como siempre que fingía hacerlo mientras escondía un libro debajo de la bufanda. De repente sus ojos se fijaron en otra silueta que pasaba por allí ¿Qué haría Regulus en el patio de la escuela con este día?

Tres horas largas después por fin podía tomar un baño caliente, esperaba que no le dé un refrío mañana. Estaba tan cansado que ya estaba planeando acostarse calentito en su cama. Pero no, olvidó que tenía castigo con Peter y se maldijo a sí mismo. Por un segundo pensó que era buena idea hacerse el enfermo con Madame Pomfrey y solo dormir. Pero no, era demasiado, así que se armó de valor y salió junto a Peter camino a su maldito castigo.

-Miren a quien tenemos aquí, Potter y Petigrew. Tengo trabajos muy divertidos para ustedes-. Dijo Filch con una sonrisa burlona y levantando el entrecejo.

Por supuesto que le había tocado lustrar los trofeos, no había otra tarea más aburrida e inútil que esa. Se le hacía eterno y realmente se iba a dormir utilizando el trapo como almohada. Ni siquiera iba a tener a nadie para charlar, a Peter le habían asignado limpiar el aula de pociones.

Estaba por llegar a la habitación donde iba a pasar al menos dos horas lustrando y lustrando, trató de mentalizarse y ponerle buena cara a la situación. Después de todo, pasar un rato a solas con unos trofeos no era tan malo. Pero si lo fue, Regulus estaba allí, en la maldita detención con él. James se quedó estupefacto en la entrada mirándolo ¿Lo tenía que saludar? ¿Le hacía un gesto con la mano? ¿Le sonreía? ¿Y qué haría Regulus? ¿Lo saludaría devuelta? ¡Mierda! Regulus lo miraba ahora. James soltó un "hola" un tanto inseguro, acompañado de un movimiento de mano. No tuvo respuesta alguna.

Habían pasado una hora en completo silencio y James comenzaba a volverse loco, su remordimiento lo estaba comiendo por dentro y el recuerdo del sueño de la noche anterior le hacía dar escalofríos. Se encontró dormitando más de una vez, pero quién podría culparlo. Parecía que a Regulus lo habían configurado para hacer todo de manera perfecta, había estado en la misma posición todo este tiempo, solo tomaba un trofeo y lo lustraba hasta poder ver un reflejo preciso, luego lo dejaba y tomaba otro. No sabía qué hacer, tal vez este era el momento de pedirle disculpas, por cómo se había entrometido. Tal vez de esa manera al menos podrían tener una conversación de dos minutos.

James se armó de valor y expresó: -Regulus-.

Ese fue el único momento donde los ojos de Regulus se posaron en él y se puso ¿nervioso?, como sea de todos modos continuó –Oye, quería tal vez, pedirte perdón por lo de hace unas semanas sé que no tenía derecho a seguirte y...-.

-No, no lo tenías-. Regulus se paró y comenzó a caminar hacía la puerta, antes de irse ni siquiera mirando a James exclamó: -Terminé mi parte, cállate y termina con lo tuyo Potter-.

Sin más se fue, dejando a James confundido, un poco molesto, pero con mucho sueño y una pila de trofeos todavía por lustrar.

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Holaaa, yo, la autora dando señales de vida. No abandoné la historia solo que como empecé la facultad (universidad) estoy ocupada, pero no se preocupen no se van a quedar sin esta historia. See u :)

Constellations - JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora