Episodio 1

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Primer acto

La caída de la Emperatriz malvada

¡Fue ella! Mi Emperador ¡Ella mato a nuestro hijo!

Se escuchó la voz de aquella detestable mujer, era como una maldita «Serpiente» que se te enrolla en tu cuerpo para sofocarte en cada respiración que des.

Tal vez no tenía la mejor imagen ante la corte imperial, pero nunca en la vida se me cruzaría en la mente cometer tal atrocidad. Es verdad que no estoy de acuerdo, que mi amado esposo tuviera el descaro de poner a su hijo ilegítimo como el príncipe heredero.

Cuando mi hija es la legítima Emperatriz y la próxima gobernante de la las tierras de Oasta.

—Emperatriz Laiza Naomi, ¿Que tienes que decir ante esta acusación?

—¡Que es una vil mentira! Yo la Emperatriz legítima del imperio Oasta, nunca cometería traición.

Ver la cara de disgusto de esa mujer, me llenaba de alegría, todos los aristócratas  que estaban ahí me miraban con repudio, era claro que todos ellos estaban a favor de la concubina y su hijo ilegítimo.

—¡Ah!

Sentí como el soldado me golpeó en la cara asiendo me caer al piso, aquel sabor amargo metálico de la sangre que salía de mi boca. Trate de levantarme del suelo en el cual estaba, mire como alguien se acaba a ¿Dónde estaba? Y me tomaba del cabello.

—¡Ah!

—¿Lo diré una sola vez más Emperatriz Laiza Naomi? ¿Eres o no la culpable?

—¿Que Diablos esperas de mi, he? […] Que es lo que quieres escuchar de mi que yo fuí la causante del la muerte de tu bastardo.

—Si

—¡Maldito eres un maldito, te mereces todo la irá de los cielos tu y esa mujer Son unos traidores!

Podía escuchar, los murmullo de todos los presentes en el cuál era mi juicio por «asesinato» y «traicion» al imperio podía ver la sonrisa de esa mujer desde mi lugar.

Tal vez pensó que se saldría con la suya pero nunca imagino que mi «hija» llegará a ese lugar, mi pequeña Kagome mi futura «Emperatriz» sus ojos azules eran los mismos que los de la «Diosa Saine» ella era mi última carta bajo la manga.

Aun recuerdo, el día que me llegó la profecia del oráculo del templo, “La muerte de la Emperatriz, traíra devastación al imperio de la oscuridad, la mano de la diosa hará, justicia por la sangre que se derramó”

Tal vez ha, esto se refería, pero ¿Quien es la mano derecha de la diosa? Pero ahora que miro a mi hermosa hija ahora se que es ella.

Valió la pena....

Soportar todo este maldito matrimonio, por ella y todos este maldito infierno que viví con mi pareja y su amante.

Ella es mi consuelo, ¿Por qué se que, mi muerte no será en vano? Ella era mi sucesora y la irá de los cielos caíra ante los «traidores» del imperio.

—Como la emperatriz no ¿Quiere confesar su traición? —La condenó a muerte  por traición hacia el imperio de Oasta y por el asesinato del principe heredero.

Siento como esa malditas palabras, las decía con mucha, felicidades con mucha dicha para el y para su amante al final. Ella podría tomar el trono como emperatriz.

Y gobernante del imperio de Oasta, pero ese puesto no era para cualquiera solo mi hija puede tomar ese puesto ante toda la corté.

—¡Ja! [...] ¡¿Que idiotas son todos ustedes? —Derramarán sangre por un hijo ilegítimo y por una «maldita serpiente» que no es parte de la realeza del imperio, me gustaría ver como los malditos traidores se hunden en la «miseria»!.

Oh querida madre escucha mis ruegos que mi sacrificio llegué a tu mano derecha, amada «Diosa Saine»

Sentía como mis lágrimas caían de mis ojos, podía oir los rumores de los aristócratas que me miraban con desdén y burla.

—!No seas tan piadosa, con mis enemigos bendita Diosa Saine!

—¡Llevarsela!

—¡No madre! —No por favor padre, perdona a la Emperatriz por favor.

Podía ver como mi hija rogaba por mi vida a mi verdugo, y el la termino por golpear, de sus finos labios escurría una delgada línea de sangre.

— ¡Eres un hijo de puta, como te atreves alzarle la mano a tu hija!

He intente safarme de aquel guardia, mis institutos de guerrera se hicieron presente en ese momento, se derramaría sangre.

Sangre de un maldito traidor, como pude tome la espalda del guardia corrí con todas mis fuerzas hasta ¿Dónde estaba el que era mi esposo?

—¡Al fin morirás maldito, idiota!

Pero alguien más hizo lo contrario, solo sentí como algo muy rápido paso por mis ojos, ví como mi hija se horrorizada, y de sus ojos azules se indudaban de lágrimas gruesas.

Aun costado estaba un hombre con una espada que escurría sangre, cayó un cuerpo sin vida, la vida de la «Emperatriz malvada» había terminado en un instante.

A lo lejos una cabeza rodo hasta las piernas del Emperador, que miraba a su mano derecha, que esperaba las «ordenes de su amo»

—Desaste del cuerpo de la Emperatriz y de la princesa.

La pequeña niña miraba a su padre, con horror, no podia creer que haya matado a su madre y ahora ella seria la siguiente.

—No padre, le suplico que no me maté.

—Vamos cariño, no seas tan cruel con la pequeña princesa. Ella no tiene la culpa de ser la hija de la «Emperatriz malvada» Ella también es su hija su majestad.

¡Pum! Un fuerte estruendo se escuchó en el salón un fuerte rayo cayó en el lugar, dejando ver a un hermoso hombre de cabellos negros y ojos rojos.

—Es el Rey Demonio […] no puede ser que la barrera haya caído.

El hombre miró el cuerpo de la Emperatriz sin vida y pasa su vista en el Emperador y en la concubina que estaba aterrada, ¿Por aquella figura oscura? Que los miraba con desprecio.

—¿Quien fue el invesil, qué la mato? ¡Hablen ahora sí no quieren morir! ¡Aquí!

Una aura oscura, comenzó a surgir de aquella imponente figura.

—Su majestad... Déjamelo a mí.

—Esta Bien, encárgate de el.

—jajajaja[…] esto será divertido..

Dijo el hombre de cabellos negros y ojos rojos que miraba el lugar en busca de alguien.

El Corazón de la Emperatriz Desea VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora