(Narración: Jimin)Retiro lo dicho sobre lo de sentirme culpable: Yoon Gi se merece mi peor actitud.
Le ofrecí batido. No creo que eso esté mal. Es decir, ya que se ha esforzado en ir hasta la recóndita tienda que le he indicado, quería congraciarme un poco con él. Pero, al parecer, el amo y señor Min desconoce la existencia de esa palabra.
Noté que la cosa no iba bien cuando me miró como si me quisiera asesinar solo porque se me cayó un poco de líquido al suelo.
"¿Es que no valoras el azulejo por el que pisas? ¿El cemento? ¿El edificio? ¿La ciudad? ¿El país? ¿El mundo?"
Seguro que pensó algo parecido. Y seguro también que estaba dispuesto a decírmelo todo como una ametralladora así que insistí en ofrecerle la bebida para que se relajara y captara mi buena voluntad. No sirvió. Y después su respuesta, seca y acompañada de ese tono dictatorial, me sentó fatal.
De ahí que decidiera hacer las dos cosas que creí que más le golpearían en el ego. La primera, guiñarle el ojo y llamarle jefazo. La segunda, ignorarle y atender a los demás. Después de todo, escudado en una identidad falsa, no tenía nada que perder y sí un gran rato que disfrutar.
Y funcionó.
Me sentí todo un triunfador cuando se quedó plantado como un espantapájaros, con el batido en la mano y cara de no procesar la situación, mientras yo me preparaba para filmar la que sería mi primera sesión de fotos. Y la cima de mi satisfacción fue detectar por el rabillo del ojo cómo su rostro adquiría poco a poco un gesto contraído, fruncía el ceño y se largaba.
—¡Chao, Yoon Gi! —Alcé la voz para despedirle—. See you soon!
Ni me contestó.
Qué exitazo.
Hubiera sido épico terminar así. Porque, a parte de devolverle un poquito del estrés que tanto le gustaba repartir, me encantó la experiencia de modelar.
Estaba muy perdido pero el equipo me trató fenomenal. Me indicaron dónde tenía que mirar, el concepto que buscaban e incluso me dieron varios descansos en los que me mostraron las instantáneas por ordenador y las variaciones que me animaban a realizar. Fue un trocito de mi sueño hecho realidad. Y, aunque todo terminó al regresar al camerino y recuperar mi identidad, me sentí muy afortunado.
Pero, claro, ya sabemos que mentir termina siempre en problemas y el primero de ellos apareció al día siguiente, mientras me daba a la tarea de repartir almuerzos y me topé con el auténtico Eun J.
Dios mío.
—¿Cómo que no lo sabes? —bramaba, indignado, ante la mesa de Kim Nam Joon, uno de los responsables de contabilidad—. ¡Soy el actor que vais a contratar!
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UNA MENTIRA PERFECTA 《YoonMin》
FanfictionLa mentira no es buena, lo sabemos. Pero, ¿y si dijeras una para salir airoso ante el cascarrabias de tu jefe cuando te ha descubierto haciendo algo que no debías? ¿Y si resulta que eso te metió en un lío y no te queda más remedio que seguir mintien...