quince

465 50 2
                                    


Hansol decidió, ya cansado de estar buscando por casi dos hora ese tonto collar, tirarse en el suelo y cerrar los ojos.

Seungkwan lo miró molesto.

—Levanta el culo, hay que buscar ese collar o Mingyu estará llorando como un bebé.

—Buscamos por todos lados ya, hasta por donde Mingyu no estuvo.

—No en todos lados.

Seungkwan miró la piscina, Hansol también lo hizo y quiso morirse ahí mismo.

—Imposible.

—Podemos desagotar —el menor le dijo acercándose a la gran pileta—. ¿Cómo lo desagoto?

—Si el collar está ahí y desagotamos corremos el riesgo que se vaya por el desagüe.

—Mierda.

Si por Seungkwan fuera él ya se hubiese ido de ahí hace rato, no encontró el collar y no era su problema, él no lo perdió, fue Mingyu, pero sabía que no podía hacer eso, lamentablemente era débil ante Kim Mingyu y sabía que si no encontraban ese tonto regalo, su amigo lloraria hasta cercarse.

No era por Wonwoo, lo hacía por Mingyu.

—Llamaré a los chicos, veré si pueden ayudarnos —Hansol dijo, tomando su celular.

Seungkwan suspiró cansado.



Changkyun sabía que algo anda mal y no era la decoración de la fiesta, esta vez no.

Para empezar nunca le agradó el novio de su hermana, él creía fielmente que Soojin se merecía algo mucho mejor, y no era que lo juzgaba por su estatus social, para nada, pero el chico era un poco muy codicioso y bastante falso para el gusto de Im.

—¿Viste el regalo que recibió Soojin por parte de su novio? — Jungkook, uno de sus primos se acercó a él para hablarle—, es extraño porque se ve muy lindo y no parece ser falso, ¿cómo habrá podido pagarlo?

—¿Qué le regaló?

—Un collar —claro, Soojin era fanática de la joyería—, es de un copo de nieve, bastante lindo y detallista, el tipo dice que es único y no hay otro igual.

La curiosidad se apoderó de él. ¿Cómo alguien que apenas podía pagar el alquiler y sus estudios podía darse el lujo de pagar un collar único e inigualable? Eso era absurdo.

Changkyun, totalmente curioso, se despidió de Jungkook y fue hacia su hermana, le sonrió y cuando estuvo a su lado no dudó en mirar su cuello.

Su cuerpo se congeló.

Simplemente era imposible.



Mingyu creía que iba a entrar en pánico.

Todo estaba yendo tan bien, con un bonito color de rosas como en esos cuentos cursis que leía de niño, pero se arruinó en unos pocos momentos, o bueno, estaba por arruinarse.

La cita había terminado y Mingyu llevó a Wonwoo a su casa para pasar la noche, hasta ahí todo bien, hasta que el menor había decidido comenzar a besarlo y en algún punto los besos húmedos habían descendido hasta su cuello, cuello donde tendría que haber un collar y obviamente, ya no había.

No se había dado cuenta de aquello si no fuera porque Wonwoo le preguntó dónde estaba su regalo, y claro, ahí entró en pánico.

—¿Regalo?

Wonwoo asintió tranquilo, en silencio.

—Sí Gyu, el regalo, nuestro collar, el que te regalé.

Nuestro collar.

Mingyu quería llorar.

—Yo... Mhhh —no podía mentirle, no a Wonwoo, pero tampoco quería preocuparlo, de seguro sus amigos ya encontraron el collar—. Lo olvidé en casa, lo siento, salí apurado.

Contrario a lo que creyó, Wonwoo le sonrió bonito y le dio otro beso.

—No te preocupes, sólo quería saber dónde estaba, me asusté al pensar que se te pudo haber caído durante la cita.

Wonwoo era muy lindo, Mingyu se sintió aún peor, si es que eso era posible.

Tan sólo esperaba que sus amigos sí habían encontrado su tan significativo collar.

El novio de Mingyu - MinwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora