Capítulo 2: ¿Un nuevo huésped?

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El demonio de cabellos rojizos se encontraba acostado en su cama, observando cada detalle de su nueva habitación. Le resultaba acogedora, era espaciosa, estaba alejada del ruido, y lo más importante, tenía un balcón con dos camastros para recortarse y ver las hermosas vistos del infierno. Además, su pequeña, Charlie le había permitido decorarla como más le plazca.

Se levantó de la cama, observando a su alrededor, visualizando qué le hacía falta a su cuarto; primero, utilizó su magia para crear una especie de pantano infinito, un hermosos ecosistema con tonos azules, que daban alusión a un cielo nocturno. También, decidió añadir una chimenea, con un par de sofás en frente para disfrutar de su lectura, o de una buena taza de café mientras las llamas del fuego calentaban su pelaje, sobre la chimenea se hallaban una variedad de cuadros familiares, esqueletos de diversos animales, al igual que el cráneo de un venado justo en medio, puesta como trofeo; en el resto de habitación se observaban grandes estantes con libros y demás decoración.

- Únicamente quedaría crear mi estación de radio, y mi estadía en este hotel sería oficial

Saliendo del lugar, se dirigió directamente a la cocina, amaba practicar esta actividad, en el costillo eran raras las veces que podía cocinar, pues, sus deberes como monarca lo mantenían ocupado, pero, ahora que estaba ayudando a su hija; y Lucifer encargándose de gran parte de su carga, podía hacer espacio en su apretada agenda para prepararle los mejores manjares a su estrellita.

- Buenos días Vag... ¡Ho! Es usted, am ¿majestad? – ese era Angel, que acababa de despertarse, después de una fastidiosa noche de grabación cortesía de Valentino

- Buenos días querido, y no te preocupes puedes llamarme Alastor, no es necesaria la formalidad

- Bien, en ese caso, Buenos días "Bambi" – entre risas y con un guiño coqueto, el demonio araña se acercó al estante para alcanzar el paquete de galletas que Charlie escondía siempre, sin percatarse que a su alrededor, el ambiente se había oscurecido

- El apodo no era necesario – Un gruñido con estática se escuchó en la habitación, dando a relucir la obvia molestia del ángel caído

- Oye tranquilo sonrisas, solo era una broma

- Pues ahórrate tus bromitas para otra persona – dijo tensando La mandíbula y hablando entre dientes, con los ojos parecidos a unas diales de radio y símbolos extraños flotando a su alrededor

- ¡BUENOS DÍAS A TODOS! – una tercera y enérgica vos se escuchó en toda la cocina. La princesa, que llegaba junto a su novia y la pequeña Niffty (que perseguía una araña con su aguja gigante) entró con su típica sonrisa entusiasta de todos los días

- Buenos días estrellita, señorita Vaggie, Niffty; un gusto verlas en esta esplendida mañana – profirió el ángel tratando de calmar su ira frente a su hija

- Buenos días señor Alastor; buenos días Alastor – saludaron a unísono la cíclope y la ángel

- Buenos días Al ¡Vaya! Haces el desayuno

- Exactamente mi estrellita

- ¡QUE EMISIÓN! Recuerdo cuando lo asías en palacio, tu comida es la mejor

- Me alagas cariño; bueno, que les parece si me ayudan colocando la mesa

- Por supuesto. Ángel, te ocurre algo – la mirada de la princesa calló directamente en el arácnido, que llevaba una cara de haber visto al mismísimo diablo (casi literalmente)

- No te preocupes dulzura, nuestro respetable chico araña únicamente entablaba una amena conversación conmigo.

- Heestá bien... supongo.... – no muy convencida, la princesa dejó la cocina junto con su novia y la araña que prefirió salir de ahí antes que todo se agravara.

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