Enigma Real

Capítulo 6: La peor temporada

Este capítulo puede ser un como deprimente.

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Lucifer sentía preocupación, desde hace días había tenido un sueño muy desagradable, uno en donde su amado esposo se veía involucrado. No sabía por qué, ni qué podría ocurrirle a su querido Alastor. Luego, lo supo, esa mañana cuando lo llamó diciéndole que su celo se acercaba. Eso es lo que lo había alterado; sabía lo vulnerable que podía ser el ángel una vez iniciaba su celo, y lo letal que este se vuelve si no es atendido a tiempo. Afortunadamente, no tenía problema alguno en "ayudar" a su esposo con ello.

Voló lo más rápido que pudo, su destino era el pueblo caníbal. Jugaba con la idea de que su amado estaría allí si no se encontraba en el hotel, o al menos eso esperaba. Alastor no era una persona imprudente; jamás se aventuraría por el infierno sabiendo lo peligroso que es, especialmente en la "época de su celo".

Por otro lado, Angel, Husk y Vaggie trataban de hacer entrar en razón a Charlie, la princesa del infierno. Ella bajó con un rostro inexpresivo a dar el comunicado de que cerraría el hotel para siempre. La noticia impactó a todos; fue repentina. No sabían de qué había hablado el rey con su hija para que ella quisiera abandonar su sueño por completo, y cambiara su semblante, antes feliz y enérgico, a uno serio y apagado.

Al dar esa noticia, la rubia quiso excusarse nuevamente y retirarse a su habitación, pero fue detenida por todos los que allí se encontraban, exigiéndole una respuesta. Sin embargo, ella no decía ni una sola palabra. Sus ojos, que antes irradiaban luz, estaban nublados, como si una capa de niebla los cubriera, impidiéndole parecerse a la Charlie que todos conocían.

Mientras tanto, Lucifer llegó al pueblo caníbal aterrizando justo frente al emporio de Rosie. Desde afuera, pudo ver que efectivamente su esposo se encontraba allí, sentado con su amiga, gracias al gran ventanal de vidrio del establecimiento. Una vez dentro, se dirigió directamente a la mesa para sorprender a su esposo, pero la sorpresa se la llevó él cuando Alastor se levantó de golpe y se dispuso a marcharse. Su rostro reflejaba angustia, su eterna sonrisa flaqueaba y sus ojos denotaban algo de miedo.

- Lucifer... ¡Lucifer! ¿qué haces aquí? – dijo Alastor, nervioso.

- Vine a verte, amor. No estabas en el hotel y me preocupé mucho.

- Ahora no hay tiempo, debemos regresar al hotel.

- ¿Qué pasa? ¿Sucedió algo?

- No hay tiempo para explicar, ¡abre un portal ahora!

Lucifer no tuvo tiempo ni de saludar a Rosie; de inmediato acató la exigencia de su esposo. Lo que vieron al cruzar el portal los dejó en shock: Charlie. La Charlie que conocían estaba allí, pero no era la misma. Su expresión completamente inexpresiva y la mirada más sombría y perdida que podían imaginar. La princesa del infierno miraba a la nada, como si hubiera visto un fantasma, lo cual resultaba irónico, ya que ella misma es un demonio.

- ¿Qué fue lo que sucedió? – preguntó Lucifer al ver a su hija en ese estado.

- Alastor, ¡qué bueno que llegaste! – respondió Angel con preocupación –. No lo sabemos. Charlie y el rey fueron a hablar en privado y, después de eso, bajó diciendo que cerraría el hotel para siempre. Hemos intentado hablar con ella, pero simplemente no responde...

- Lucifer, ¿qué fue lo que le dijiste? – preguntó Alastor, con el ceño fruncido.

- Lo mejor será que nos vayamos a otro lugar – contestó Lucifer, evitando responder directamente.