Seungkwan

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Eran las doce de la noche, el alfa de suave aroma no tenía ni la menor idea de porqué el líder lo estaba convocando a una reunión urgente.

Abandonando la pereza que se apoderó de su cuerpo, se arregló mínimamente, tomando la ropa que había dejado abandonada en la silla de su escritorio, donde yacía un portarretrato de su familia, aquella que le había sido arrebatada de sus manos por aquel despreciable hombre con el cual su madre se había casado, si tan solo hubiera evitado aquella tragedia su madre no estaría en prisión ni sus hermanas hubiesen tenido que cambiar sus identidades para irse a vivir a Holanda.

Limpiando la furtiva lágrima que recorrió su pómulo, se dijo a sí mismo que no era momento de ser sentimental.

Esbozó una enorme sonrisa al verse en el espejo del corredor que llevaba a la puerta de su casa, recordándose que tarde o temprano se vengaría de aquel hombre, faltaba poco y debía ser paciente en aquella batalla que estaba dispuesto a ganar.

Caminó por los pasillos rápidamente no pasando por alto como el jefe del laboratorio salía de su apartamento acompañado de nada más y nada menos que Kim, Seungkwan elevó sus cejas ligeramente sorprendido.

Algo le decía que en la relación de aquellos dos "amigos" había demasiada tensión entre ambos, lo cual lo comprobó con solo mirar de soslayo a Jeon quien batallaba consigo mismo tratando ocultar las marcas que cubrían el área de sus clavículas, terminando por colocarse de mala gana el suéter que llevaba en sus manos.

El menor saludó respetuosamente al dúo en cuanto sus caminos coincidieron en el elevador que llevaba a la planta baja, al parecer también habían sido llamados por Cheonsa.

Para su suerte Lee Chan, su mejor amigo y aprendiz del mismísimo Cheonsa se les había sumado, en caso de que algo le sucediera a Jeonghan o a su rosa, el sería quien tomara el mando.

El jovenzuelo les dedicó una sonrisa empática en cuanto coincidió con ellos, eran pasada las media noche y se suponía que tenían el día libre.

Sin lugar a dudas se trataba de una emergencia.

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En los pasillos de la base sólo se escuchaba el sonido de sus pasos sobre la impecable madera que cubría el suelo de la guarida principal a la cual sólo tenían acceso los más allegados a Cheonsa, un simple agente, laboratorista, médico o programador no  pasarían ni tan siquiera por las enormes puertas de cristal que dividían el edificio de Yoon Corp, siguiendo un orden jerárquico la organización de este.

La primera planta fingía ser la recepción de cualquier empresa, enormes butacas y sofás de color marrón, jarrones decoradas con las flores de la temporada, un piso de mármol fino que conducía a los elevadores principales los cuales combinando con la decoración estaban bañados con detalles dorados tal cual las trece columnas que se encontraban dispersas por el salón.

En el segundo piso se hallaban el comedor de los trabajadores, baños y los almacenes del edificio, además de varios cuartos de limpieza que llevaban al sótano del edificio, zona destinada para interrogatorios o encarcelar a cualquiera que constituyera una amenaza pata Cheonsa o los cercanos a él. El local estaba custodiado por la mayoría del personal de bajo rango, allí también se realizaban las reunión con los gangster de la ciudad, los cuales accedían al edificio a través de un restaurante poco frecuentado que se hallaba opacado por la enorme construcción encima, al ocupar el pequeño negocio 1/4 de la mitad de la acera.

El tercer piso estaban las oficinas de los contadores de la empresa, en caso de una auditoria, allí se encontraban los archivos de toda la empresa; tanto desarrolladores de contenido, económicos, trabajadores de recursos humanos entre otros puestos necesarios en una compañía se localizaban en esta planta.

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