El alfa de cabellos rojizos no tardó en correr a abrazar a su pareja por la cintura en cuanto observó a Jihoon con un cuantas camisas suyas en los brazos las cuales sabía que irían directo al nido del menor.
El omega sonrió dejando las prendas sobre la cama y acomodándolas con cierto cuidado al tener Seungcheol abrazado a su espalda quien ocultó su rostro en el cuello del omega disfrutando de la dulce fragancia de coco que emaban las glándulas odoríferas del rubio, regalando unos cuantos besitos a la marca de emparejamiento que había creado hace un año.
Jihoon ronroneó a gusto entre los brazos del mayor girando en su eje para encontrarse al más alto quien no tardó en tomarlo por la cintura y cargarlo.
La dulce risa de Jihoon se escuchó en la habitación y con eso Choi contagiado por la alegría de su novio se unió a su risa, el menor enredó sus piernas en torno a la cintura del mayor apoyando sus manos en los brazos de este.
Seungcheol hizo que ambos dieran un par se vueltas antes de regalarle a Jihoon unos cuantos besitos esquimales mientras lo colocaba delicadamente en la cama
El joven de cabellos rubios no tardó en dar dos palmadas en la mullida superficie invitando al alfa a que lo acompañara
La fecha del celo de Jihoon se acercaba y eso significaba que era momento de mimar a un más al de pequeña estatura.
──Que delicioso hueles.── Atacando con besitos el rostro del menor, Seungcheol decía entre risas, Jihoon respondió al halago con un corto beso en los labios del pelirrojo.
Sin embargo por más dulce que pareciera el momento la nostalgia volvía a apoderarse tanto del omega como el alfa, esta vez Seungcheol tomó delicadamente las manos del rubio quien en cuestión de segundos se lanzó a sus brazos.
Todo el que conocía a Jihoon, pensaría que este era un beta o en algunos casos un alfa, el fuerte carácter indomable del menor era lo primero que resaltaba al conocerlo ágil, calculador, inteligente eran las tres primeras palabras que aparecían en la cabeza de las personas que le conocían, la cuarta era frío, todos o la gran mayoría veían a Jihoon como un témpano de hielo, alguien que pensaba fríamente mientras jugaba con las piezas del ajedrez o tecleaba algoritmos indescifrables. Sin embargo sólo hacía falta conocerlo para ver más allá de esa coraza que ocultaba lo más vulnerable de su ser.
El omega de cabellos claros aferró sus manos a los hombros de Seungcheol quien intentaba calmar a su pareja al liberar su embriagante aroma.
Tarareó una suave melodía acariciando los cabellos del omega.
──Lo extraño, lo extraño como nunca Cheol.── Él también lo extrañaba, extrañaba a su pequeño hijo, el hijo que perdieron en ese horrible accidente meses antes de emparejarse.
Tenían todo preparado para la llegada del pequeño, incluso habían comprado una bella casa, decoraron juntos el cuarto del bebé, fueron a clases de preparación para el parto, tomaron curso de como ser mejores padres, todo eso a la par de su arriesgada vida.
El recuerdo jamás los dejaría de perseguir aunque ambos ya se hubieran perdonado entre ellos y a sí mismos, fue en una noche de mayo, Seungcheol y Jihoon paseaban por las calles de la ciudad tras cenar en el restaurante favorito del menor.
El omega de aroma a coco llevaba una hermosa bufanda roja enrollada en su cuello la cual lo resguardaba del frío, Seungcheol sujetaba dulcemente su mano, balanceándolas mientras caminaban, de vez en cuando besaba el dorso de la mano de Jihoon quien le dedicaba la más bella de sus sonrisas, conversaban alegremente de apodos y de su próxima consulta, era el sexto mes del embarazo de Jihoon y ambos no podían ocultar sus sonrisas.
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MAESTRO㆐SEVENTEEN
Fanfiction﹙...﹚Solía pensar que era inteligente, pero me hiciste verme como alguien ingenuo ﹙...﹚, Olivia Rodrigo La empresa de los Yoon era sólo una hermosa excusa para ocultar lo que realmente ocurría en el fondo de aquella construcción. Yoon...