01. Esta acción tendrá consecuencias...

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Advertencia: Este capítulo contiene escenas que podrían ser consideradas fuertes, favor de tener discreción.————————————————————————————————————————



Esa semana pasó bastante rápido, los trillizos no dejaban de hablar sobre lo ansiosos que estaban por salir del Encanto, querían y deseaban que su primer viaje fuera del único hogar que conocían fuera sensacional.

Finalmente el día llegó, los hermanos estaban igual que torbellinos, la idea de salir de lo cotidiano les había emocionaba demasiado, puede que por correr se hayan caído varias veces, algunas veces siendo salvados de último momento por Casita, menos mal que los niños son de goma y no les causo más que ligeros rasguños.

Alma estaba supervisando la cocina en esos momentos ya que por la emoción algunos platillos se quemaron, por petición de su esposo Julieta pudo retirarse e ir a jugar con sus hermanos.
Se irían por una semana y realmente creía que el pueblo era lo suficientemente incompetente para no lastimarse por 7 días seguidos, por eso le pidió hacer a su hija la comida equivalente a un bufet.

Mientras ella se estaba encargando de limpiar a Casita y hacer la comida para el viaje, claro sin dejar de prestarle atención a su trio de huracanes, los cuales de vez en cuando dejaban de hacer ruido.

Como Bruno que por un rato se dejó de ver posiblemente huyendo de Pepa, realmente daba gracias que tres hijos que tuvo al menos una fuera más tranquila, ya que los otros dos eran muy... hiperactivos...

No es que tuviera favoritos... aunque claramente los tenía.

Dejó pasar el no verlo, pues supuso que se estaba despidiendo de sus ratas.

De tantos animales se tenía que encariñar con las ratas, lo que más detestaba de cierta persona, sumado que el color favorito de su hijo era el mismo que de esa persona, ambos tenían casi el mismo tono de piel. Cuando eligió su nombre era porque quería que hederara su carácter, no su físico.

Y de por si odiaba a los animales y ahora no podía llamar un exterminador sin que el niño se pusiera a llorar.

Eso era otra cosa, su hijo tenía un carácter algo... débil. Se dejaba intimidar fácilmente y no era muy vivo en las burlas. Creía que tenía que aguantar los golpes que le dio la vida así como ella pero a la más mínima circunstancia huía. Solo esperaba que con el tiempo se le quitara un poco...

Fue sacada de sus pensamientos por una mano que jalaba su falda magenta, era su hijo, su tierno y a veces desesperante hijo.

Cambió su expresión a una sorprendida más al ver que el niño estaba algo triste y avergonzado, tenía algunas lágrimas en sus mejillas.

— Mami...— formuló el pequeño mientras trataba de esconder su rostro.

— ¿Qué sucedió amor? — preguntó con dulzura mientras se ponía a su altura.

— ¿Puedes... puedes venir? — extendió su pequeña mano.

Alma tomó su mano y lo siguió, estaba confundida y preocupado por lo que le hubiera pasado a su pequeño.

Fueron directo a su cuarto y Bruno le pidió a Casita que los subiera, esta obedeció y ambos agradecieron. Bruno guio a su madre adentro de la cueva y la curiosidad e inquietud consumía a Alma.

Cuando aparentemente llegaron, Bruno soltó a su madre y se acercó a lo que parecía ser dos visiones, en una de ellas se podía apreciar a un hombre con lo que supuso era una antorcha apuntando al aire.

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⏰ Última actualización: Aug 18 ⏰

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