El principio del fin

04. LA BENGALA DE LA ESCUELA

Xavi 1:20 PM

Me desperté sobresaltado, alguien había entrado en la habitación dando un portazo. Yo me quedé sorprendido, pero reaccioné al instante y me fui a cambiar, detrás de los tubos de pelotas de básquet.

Lady no estaba, se había ido, dejo una nota en el suelo:

Xavi,

Tienes que salir. Nos vemos en el pub, me he ido con una amiga.

Entonces volví al lugar donde tiempo antes habíamos hecho el amor y vi que dos personajes habían entrado por la puerta. Digo personajes porque eran fabulosos, eran una chica y un chico.

La chica, llevaba un atuendo un poco provocativo, pero estaba alborotado y un poco arrugado porque se la veía exaltada. La melena rubia le caía por la espalda, lo llevaba corto y liso. En cambio, el chico, llevaba el pelo negro alborotado, un atuendo que combina casi a la perfección y un llamativo tatuaje en el brazo derecho, una serpiente.

Me vieron y me hablaron.

-Oye, tú.- me dijo el chico, comenzábamos mal, por su tono.- Llévanos a un lugar seguro, anda.

-Déjame a mí.-le dijo la chica al chico haciéndolo a un lado.-Perdón, es que no sabe socializar, nos podrías llevar a un lugar seguro, por el anuncio.

-¿Qué anuncio?-le pregunte a la chica.

-El de antes, ¿no lo has escuchado?

-Podemos dejar de hablar y meternos en un puto lugar seguro, joder.-intervino el chico. La chica le lanzó una mirada fulminante.-No sé vosotros, pero no me gustaría morirme aún, pero al paso que vais, me entregaré a los zombis y no sabréis nada de mí.

-Puedes dejar de quejarte, le iba a preguntar a este tío.-le rebatió la chica.

-Eh. Seguidme y dejad de pelear, que no sé qué pasa, pero, por lo que veo, es alarmante.

Me siguieron y sé quedaron callados, seguimos todo recto hasta llegar a la piscina, una vez allí, nos fuimos a la cabina del vigilante.

Una vez allí, saqué tres sillas del armario trasero y abrí una bolsa de palomitas dulces que se encontraba encima del escritorio.

-A ver, explicadme lo que ha pasado.

-Para comenzar, me llamo Lia y este chico se llama Jaiden. Unos zombis nos han perseguido hasta aquí, Jaiden los encontró y le siguieron hasta mi casa y después hasta aquí.

-¿Zombis?-pregunté yo, estupefacto.-Perdonen, me llamo Xavi.

-A día de hoy hay un montón de películas sobre zombis verdes y que caminan lento, así que la mayoría de gente que he conocido los han identificado como tal.

-¿Entonces debemos quedarnos aquí? ¿Y qué? ¿Esperar?.-contesté.-Yo creo que tenemos que salir.

-A ver, listillo, que quieres que hagamos, no sabemos cuantos son ni de lo que son capaces de hacer. Lo mejor sería quedarnos aquí y esperar a ayuda.-intervino Jaiden.

-La decisión es tuya, Lia, tú votas. O nos quedamos aquí o buscamos la manera de escapar.

Miro a ambos como quien escoge derecha e izquierda y miró a Jaiden de una forma desafiante.

-¿Cómo accedemos a la terraza?-me preguntó, determinada. Me había dado la razón.

-Por las escaleras que hay detrás de la piscina, en la esquina. ¿Ves esas de allí?-dije señalándole unas escaleras que estaban al fondo.-A esas me refiero.