The L Rule

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SODO

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"Ahg, ¿por qué no cierran la boca ya?" Gritó Sodo mientras se daba vuelta en su cama por enésima vez. Había estado tratando de dormir pero las fuertes risas, los gritos animados y la música ocasional que salía de la habitación de Aurora se lo habían impedido en cada uno de sus intentos.

Odiaba dormir en total oscuridad por lo que podía verse reflejado en el espejo al pie de su cama gracias a la pequeña lámpara en la mesa de noche al lado de su reloj digital, pronto serían las 2 de la mañana, pataleo un poco entre sus sábanas antes de sentarse y pasarse las manos por la cara, tratando de aliviar el estrés.

Se veía lamentable, su cabello estaba enredado, sus ojeras se habían puesto rojas, su cerebro que dolía y sentía su cuerpo tan pesado como un mal matrimonio. No entendía por qué se sentía así, pero tenía muchas ganas de cerrar los ojos y dormir al menos 15 minutos.

Sabía que T/N tenía unas pastillas para dormir en su habitación, ella siempre era la última en poder dormir y él lo sabía, la había visto muchas veces recostada en el sofá de la sala mirando al techo, cuando él se levantó por agua. Ella no lo había visto en ninguna de esas ocasiones y era mejor así, lo hacía sentir estúpido con cada una de sus interacciones. Cada vez que tenían que interactuar, él podía sentir un enorme muro entre ellos y luego ella simplemente escapaba de él. Sabía que tenía un temperamento difícil, pero no tanto como para que huir de él.

Aunque en los rituales le encantaba regalarle a T/N las flores que los fans le lanzaban para poder estar lo suficientemente cerca como para escuchar su voz y ver la euforia en su rostro ante los gritos de los fans, no tenía el coraje de subirse a su escenario y tocar junto a ella como si lo estuvieran haciendo Swiss y Phantom. Al fin y al cabo, ella siempre se escapaba de él fuera de los rituales y su convivencia era casi inexistente en el ministerio. Así que no sabía con qué confianza podía ir a despertarla y pedirle un par de pastillas para dormir.

Salió de su habitación arrastrando los pies por el pasillo, la música afuera estaba un poco más fuerte y no había otros sonidos, solo música, no entendía cómo los demás podían dormir. El pasillo estaba completamente oscuro y era obvio que hacía bastante tiempo que no pasaba aire fresco por allí. No es que necesitara luz para ver realmente hacia dónde se dirigía. Cuanto más se acercaba a la habitación de Aurora la música se hacía más fuerte, era una larga lista de canciones pop que Aurora había hecho con las otras chicas, lo sabía porque había escuchado a T/N y Cumulus hablar de ello después de los rituales. En general no era un género musical que le gustara y mucho menos a las 2 de la madrugada.

El golpe en la puerta te sacó de tu ensoñación, al principio como un ligero toque distante y luego como un martilleo cercano. Intentaste volver a dormir tapándote la cara con una sábana pero estaba completamente aprisionada por Swiss, de hecho tú también lo estabas. Aurora te abrazó por su torso por el lado derecho y por el lado izquierdo encontraste a Swiss abierto como una estrella de mar, Cumulus y Cirrus habían sido más sensatas y dormían cómodamente en la cama. Te frotaste los ojos mientras sacabas los brazos de Aurora de tu torso, esquivaste las palomitas de maíz en el suelo y chocaste con la pequeña mesa al lado de la puerta, aguantando un grito de dolor por el bien de tus compañeros de pijamada.

Abriste la puerta lo suficiente como para asomar la cabeza, mientras tus ojos se adaptaban a estar abiertos nuevamente. El frío y la oscuridad del pasillo te recibieron junto con una silueta que conocías muy bien.

"¿Sodo?" Preguntaste y la silueta levantó la cabeza. Su cabello rubio caía en cascada a un lado de su rostro, sus ojos estaban rojos por la falta de sueño por lo que su mirada era gélida e incluso más intensa de lo normal, no se había molestado en ponerse una camisa, por lo que solo llevaba pantalones deportivos. No esperabas verlo detrás de la puerta y mucho menos así.

𝔊𝔥𝔬𝔰𝔱 𝔗𝔥𝔢 𝔅𝔞𝔫𝔡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora