The Pact

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RAIN

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Rain volvió a mover el tenedor sobre el plato, provocando un sonido extraño que fue ignorado por todos los demás en la mesa. Era extraño para él no haber tocado siquiera la porción de paella que había en su plato, solo llevaba los granos de arroz de un lado a otro y en ese momento estaba seguro de que estaba completamente fría. Suspiró y tomó un largo sorbo de agua.

Tenía hambre pero no podía tomar un bocado de ningún alimento, incluso si era su favorito.

Nadie le había preguntado si le pasaba algo, de todos modos no estaba seguro de poder dar una respuesta a esa pregunta.

"Me voy" se rindió y extendió el plato hacia el centro de la mesa.

Esa fue la primera vez que todos voltearon a verlo. Ya les parecía extraño que él no se había terminado él solo todas las raciones de paella, dejar comida en el plato sería mucho más extraño.

"¿De qué estás hablando?" Respondió Sodo, devolviéndole el plato a Rain, todavía tenía la mitad de su comida en su plato. "No seas estúpido, debes cuidar ese cuerpo flacucho que elegiste"

Rain miró su plato durante unos segundos antes de volver a mirar a Sodo. Tenía razón, llevaba días evitando tocar la comida, quizás le llamó más la atención la falta de comida que su extraño estado pero no pareció funcionar.

"Esta frío", respondió simplemente. No estaba de humor para hablar más de lo necesario.

"¿Y entonces? ¿No esperaras que yo lo caliente? Ve al microondas".

Rain suspiró, levantando sus hombros y dejándolos caer pesadamente. Le quitó el plato y caminó hacia el microondas.

El aparato estaba al lado de la barra donde los hermanos del pecado que habían llegado tarde estaban poniendo comida en sus bandejas.

Todos comian juntos, demonios, hermanas y hermanos del pecado. Revueltos en un enorme comedor con largas mesas de madera, las ventanas estaban tan altas que la luz del sol no brillaba donde debería. Pero Cumulus había hecho algún extraño artilugio con espejos y ahora prácticamente iluminaba todo el lugar.

Eso le recordó a Rain lo extraño que era comer todos juntos pero básicamente ignorarse unos a otros después de cruzar la puerta. Los demonios eran del mismo rango que los demás habitantes de la abadía, excepto claramente los Papas o la Hermana Imperator. Nunca comían con otros, Rain recordó una sala de reuniones en el pabellón papal que rara vez usaban para cenar. Aunque siempre acababan en peleas.

Apoyó una de sus manos en la pared detrás del microondas y metió el plato dentro, tomándose unos segundos para decidir la temperatura perfecta, esperando que no estuviera seco ni frío por dentro, en el mejor de los casos que no fuera a explotar.

"¿Rain?"

Oh no....

Reconoció esa voz. Su cola se tensó y un escalofrío recorrió su cuerpo lentamente. Apartó su mano de la pared como si lo estuviera quemando y buscó desesperadamente a su alrededor, entre el mar de hermanos y hermanas del pecado en la fuente de esa voz.

La encontró en la fila, saludando con su mano libre. Y todo empezó.

Sus manos comenzaron a sudar incontrolablemente, sus pies exigían que corriera pero sus piernas se sentían débiles en cualquier momento, su estómago se sentía vacío pero lleno de un extraño aleteo, corrientes frías lo recorrían una tras otra, su corazón parecía detenerse y luego correr salvaje, con el aliento contenido en la boca.

𝔊𝔥𝔬𝔰𝔱 𝔗𝔥𝔢 𝔅𝔞𝔫𝔡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora