ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ⋆ ࣪ ᖭི༏ᖫྀ ⋆
El resto del dia había transcurrido aburrido y lento, Beomgyu decidió por irse y regresar otro dia ya que tenía ensayo con su banda, por otro lado me quedaba solo una hora más, pero ya no quedaba nadie en el café.─ Vives durmiendo tu, no te cansa de dormir? - pregunté acariciando la cabeza de Delicia, la gatita que siempre estaba en el mostrador.
─ No te cansas de preguntar estupidezes, torpe humano -
Me quedé perplejo, acaso este gato me había hablado? Lo miré de nuevo y froté mis ojos rápidamente.
─ Acabas de hablar? - pregunté, me sentía un verdadero tonto preguntando algo como eso.
─ Pues claro que hablo, esa chica, es la bruja Celine, buena suerte intentando encontrar su perdon - habló sin preocupación mientras estiraba su pequelo cuerpo.
─ E.. es imposible, eso no existe, de seguro estoy alusinando todo esto - reí divertido pero al ver que no había nadie más que yo hablando con un gato, me sentí un loco total.
Sin pensarlo dos veces pellizque mi brazo lo mas fuerte que pude y solte un quejido, esto no era un sueño ni mucho menos alucinaciones.
─ Los humanos son tan tontos - habló de nuevo y me alejé un poco ─ Ni lo pienses humano, nadie te creerá y solo quedarás como un loco - suspiré frustrado, no podia creer pero; un gato parlanchín tenía razón.
─ No debe ser tan malo hablar con los gatos - resté importancia, podría vivir con ello.
─ Hablar no es malo, convertirte en uno sí - frené en seco y me giré a mirarlo ─ Solo evita contacto con sonidos fuertes - habló sin importancia.
─ Bromeas, mi amigo esta en una banda y soy su representante gato tonto - solo recibí un rasguño de regaño y me quejé ─ Oye, que grosero - me sobé la mano en un puchero.
─ Quedate hasta tarde te llevaré con mi jefe - habló para volverse a su posición inicial y seguir durmiendo o eso creo.
─ Y me lo dice como si fuese cosa de todos los dias - rodé los ojos y miré la puerta, un grupo de gente venía, diablos.
Entraron por la puerta y tomaron asiento, tenían un mini parlante, ahuyentando a todos los gatitos alrededor.
Debía intervenir?
─ Jóvenes les pido que guarden ese parlante, es un lugar civilizado para los gatos y los alteran - habló amable mi jefa.
─ Y eso qué? Vinimos a comer no a ver gatos - un chico habló pero solo rodé los ojos, que poco respeto.
─ Entonces retirese usted y su grupo - habló sin más y este chico se levantó.
─ Quien se cree ancian torpe -
Me acerqué furioso, nadie trataba así a la vieja, mucho menos un intento de rapero yankee.
─ Oye, te dijo que te vayas, no escuchaste? - hable enojado llegando al lado de mi jefa quien solo tenía la mirada puesta en el chico.
─ Tu, eres Kang, cerebrito de matemáticas junto al inútil de tu amigo Choi - habló otro mientras se paraba ─ Dejanos estar aquí si no quieres problemas en tu campus -
─ Me da igual lo que hagan en el campus, cuántos años tienes? Cinco? No me hagas reír - sonreí burlón e hice una seña de que se vayan con la cabeza ─ Largo de aqui vagos -
Solo escuché un bufido por su parte y se retiraron no sin antes poner la música a tope, un escalofrío recorrió mi espalda, diablos, como no se quedan sordos ante tanto volumen, que fastidio.
─ Gracias Taehyun, puedes irte temprano hoy - palmeo mi espalda tranquilamente y asentí.
Por mis adentros estaba mas que feliz irme antes era hermoso, sonreí caminando hacia la barra sin preocupación.
─ Bonitas orejas por cierto Kang - dijo mi jefa y se fué dejandome perplejo.
Orejas?
Corrí al vestidor, tenía pequelas orejas de gato del mismo color de mi pelo, me las toque con cuidado, ruidos fuertes, fuertes ruidos... ¡la música!, suspiré frustrado, como iba a sacarme esto.
─ Maldita sea, que diré cuando llegue a casa - murmuré entre dientes terminando de guardar todo en mi mochila.
─ Chico a dónde, ven - Me voltee, era Delicia.
─ Me vas a decir como sacarme estas orejas? Parezco fan de los furros y créeme, que no lo soy - hablé molesto acercándome.
─ Si, sobre eso, solo echate agua gatuna, te la daré ahora, vamos - Comenzó su caminata fuera del café y solo lo seguí.
Me sentía un total imbecil persiguiendo un gato y sobre todo, teniendo yo orejas de gato, me ganaba miradas de todos los que me prestaban atención, que verguenza.
─ Oye, cuanto falta? La gente me mira - murmuré corriendo a su lado para alcanzarlo.
─ Quien te manda a ser grosero con Lady Celine - habló molesto, esa chica Celine, maldita bruja demente, todo por un absurdo lugar ─ El sol para las brujas es fundamental para su piel, gran tonto - doblo en una esquina donde daba un callejón.
─ No es por nada pero no hay salida sabes - hablé obviamente frenandome frente a la gran pared.
─ Callate un rato, habla Delicia, gato 553 - hablo a la pared, genial, perdió la cabeza totalmente.
─ Ajá... gato 553 - hablé rodando los ojos cruzandome de brazos.
Una puerta fue abierta por una chica con bata blanca, una científica? Suspiré, genial ahora van a experimentar con mi cuerpo.
─ Delicia! Que gusto verte, un humano, que haces aqui? - sacó su lapicera apuntandome seriamente.
─ Lady Celine le dió la maldición gatuna y vine aqui por recursos - habló saltando a los brazos de la chica y solo rodé los ojos; gato mimado.
─ Ya veo ya veo, ven pasa, es tu casa - sonrió dandome pasó y aunque me generaba demasiada desconfianza, elegí pasar, quería que estas orejas se fueran.
─ Qué es esto una rebelión de gatos contra los humanos o algo asi? - pregunté mirando la cantidad de gatos que habían seguido de algunas maquinas.
─ Ve a relajarte Delicia, yo hablaré - dejó al gato en el suelo y este solo se fue con los demás.
─ Entonces.. como puedo sacarme estas orejas? - hablé confundido.
─ Ah - miro mis orejas y las tocó generandome una pequeña molestia y me alejé un poco como acto de reflejo ─ Lo siento je, bueno creo que has echo enojar a Celine -
─ Solo discutía por un simple lugar donde da el sol - rodé los ojos mientras seguía el paso de la chica.
─ Bueno dejame decirte que las brujas son sensibles, es mejor que vayas a pedir o mejor dicho, rogar perdón si no quieres que para la próxima media luna te hagas un gato como Delicia o en casos como los mios, mitad y mitad - habló tomando una tabla de hojas y una lapicera.
─ Ya veo.. - me rasqué la nuca algo nervioso.
─ Faltan algunos meses para eso asi que tenemos algo de tiempo para, ya sabes, rebajar los efectos - me miró de arriba abajo ─ Primero te quitaré esas orejas - habló señalandolas con su lapicera ─ Y ya sabes, estudios para saber como tratarte -
Se desapareció entre unas puertas y solo la seguí, tenía un laboratorio de gatos esto si que era raro, pero nunca digas nunca, esto claramente no es broma.
Solo quiero ser humano, no un gato que próximamente seré callejero o algo así, suspiré y me subi a la camilla.
Espero que no duela.