Un cafe, un amigo y un desconocido

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El aire estaba impregnado con el aroma de café recién molido y pan horneado cuando Clara entró en la pequeña cafetería de la esquina. Era un refugio acogedor en medio del bullicio de la ciudad, un lugar donde las prisas del mundo exterior parecían detenerse. Tomo asiento junto a una ventana que le permitía observar la vida pasar mientras hojeaba su libro de poesía. Apreciaba estos momentos, ya que su vida ajetreada no le dejaba demasiado tiempo libre, entre el estudio y los pequeños trabajo que hacía para poder sustentarse a sí misma. Siempre había sido muy independiente y apenas cumplió 18 años comenzó a trabajar para poder mudarse sola. Ahora tenía 21, vivía en un pequeño departamento en la capital de Buenos Aires, y le quedaba un año para terminar la carrera de filosofía y letras.

Perdida en su lectura apenas notó cuando el mozo se paró al lado de ella para tomar su orden. -Un latte de vainilla y una medialuna por favor- pidió ella amablemente dibujando en su cara una sonrisa que la caracterizaba tanto. -Enseguida se lo traemos- Clara retomó su lectura, cuando una voz conocida llamó su atención. - CLARA- sus ojos se abrieron como platos al encontrarse con su amigo de la infancia - Fran, no lo puedo creer, cuanto tiempo!- exclamó mientras se paraba para abrazarlo. -¿Qué haces acá? lo último que supe de vos es que te habías ido a vivir a Madrid, se te podría haber caído algún mensaje...- dijo separándose del abrazo de su amigo.- Bueno che recién llego y ya arrancamos con los reclamos, vos no cambias eh- Ambos rieron, si algo caracterizaba la amistad de Francisco y Clara era que sin importar cuánto tiempo pasará su amistad permanecería intacta.

La tarde continuó entre charlas, ambos necesitaban ponerse al día. Lamentablemente tuvieron que despedirse cuando Clara notó la hora que era. -Tengo unos trabajos de la facultad atrasadísimos, pero seguimos otro día- dijo mientras tomaba su libro y su cartera y se acercaba a saludar a su amigo- Nos vemos Clarilu- ella río ante el apodo de su amigo, solo su familia lo utilizaba y el lo sabía. Clara emprendió camino a su casa, con sus auriculares puestos, como de costumbre, cuando una notificación la tomó por sorpresa "avísame cuando llegues", era fran, siempre había sido muy cuida con ella, tenían una relación casi de hermanos. El camino transcurrió normal, el otoño estaba comenzando y las calles se volvían más pintorescas con las hojas amarillas de los árboles esparcidas por el suelo. Al llegar a su departamento le escribió a Fran, se cambió y fue directo a su escritorio a empezar con los trabajos, ya eran las 7:30, esa noche no dormiría mucho.

Se despertó al día siguiente, había dormido apenas 3 horas pero todos sus trabajos estaban listos, lo que le permitiría poder dedicarse hoy a un trabajo que tenía que entregar en los próximos días. Clara trabajaba en todo lo que le surgiera, pero su labor favorita, era pintar. Había hecho varios cuadros por encargo para amigos y familiares, y esta vez tenía que empezar con uno para una de sus mejores amigas.

Sin perder mucho tiempo se paró de la cama, se arregló, preparó su café y fue directo a la facultad donde la esperaba un largo día de cursada. Al salir decidió pasar a comprar las pinturas y lienzos que le faltaban para el cuadro, pero en su camino a la librería un mensaje llegó a su celular. "¿Queres hacer algo hoy o estás muy ocupada?". Fran de nuevo, tal vez su vuelta a Buenos Aires no fue tan oportuna, pensó para sí misma. "Estoy yendo a comprar unas cosas para el cuadro del que te hablé ayer, lo tengo que entregar en unos días" Fue la respuesta de Clara, con ánimos de que su amigo planee algo con más tiempo para otro día."Quédate donde estás, te paso a buscar con el auto y vamos juntos. Mándame tu ubicación". Clara había olvidado completamente lo insistente que podía llegar a ser su amigo aveces, pero la verdad no le venía mal que Fran la buscara en el auto, no había elegido los mejores zapatos para caminar ese día.

Una vez en el auto emprendieron camino a la librería, hablando de temas banales y escuchando música. Al llegar ambos se bajaron y entraron al negocio, Clara fue directo a buscar sus pinturas olvidándose completamente de su amigo, al quien sin darse cuenta había perdido. Luego de buscarlo por toda la tienda optó por salir a buscarlo afuera, no fue muy difícil encontrarlo a pocos pasos del local hablando con otro chico, parecía de su edad, era alto, más que Fran, tenía una postura amigable, era castaño, de tez blanca y con pecas que adornaban todo el puente de su nariz y ojos azules en los que Clara se perdió completamente. -Clarilu perdón me olvidé de avisarte que salía, me crucé a pipe y me colgué- el chico de los ojos claros seguía ahí parado, su postura había cambiado ante la llegada de la chica, ahora era algo distante, un poco tieso, se veía algo tímido a los ojos de clara. -Clara, un gusto- Decidió dar el primer paso y presentarse al chico.- Soy Felipe- respondió en un tono algo tímido. Si bien su aspecto era amigable, parecía una persona cerrada. -¿De donde se conocen Fran?- la interacción se había vuelto algo incómoda por lo que Clara buscó cualquier manera de generar un tema de conversación. -Empezamos los dos juntos la carrera, ¿te acordas cuando quería ser abogado? Los dos nos terminamos dando cuenta que no era lo nuestro, yo me tomé mis años sabáticos y me fui a España y pipe ahora es actor, pero nunca perdimos el contacto- Por suerte querían ser abogados- Respondió Clara entre risas. -¿Ya tenes todo? te llevo a tu casa- Le pregunto Fran. Clara no quería irse, había algo en la situación que la quería hacer indagar más en Felipe, pero tenía que empezar el cuadro o no estaría a tiempo para la entrega. - sip, ¿vamos?- Fran hizo un gesto afirmativo y los 3 se despidieron.

Al subir al auto Clara no podía parar de pensar en Felipe, su actitud, algo en su timidez o en sus manera tan cerrada de ser, le generaba muchísima intriga. Las preguntas invadían su cabeza, y la imagen de Felipe, sus gestos, su postura, todo se repetía como en loop. -Un poco raro tu amigo-

Amor en cada esquinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora