Amor en cada esquina

Volver a casa

La propuesta de Fran le quemaba la cabeza, no podía concentrarse en nada, ¿quería ir? obvio que si, pero no quería hacerlo sola, suficiente tenía con saber qué Felipe notó su mal trabajo de stalker. Llamo a Maia para que esta la acompañe y le escribió a Fran para decirle que iría con compañía. Pasó largas horas frente al espejo pensando que ponerse, se bañó, peinó y maquilló y cuando estaba lista llamó a Maia, quien se había ofrecido a llevarla, juntas emprendieron camino hacia el bar, que estaba bastante cerca de su departamento.

El lugar estaba lleno de gente, el bullicio de las conversaciones y la música creaban un ambiente animado, Clara localizó rápidamente a Felipe quien estaba sentado junto al grupo de amigos de Fran, alguno conocidos para ella, otros completamente extraños. Se paró en seco, Maia la agarró de la mano para obligarla a caminar hasta el grupo de gente, Clara se estaba arrepintiendo completamente de venir. Un poco incómoda saludo de manera general y se sentó con todos en una pequeña mesa, uniéndose a la charla. Poco a poco, y con ayuda de un par de tragos Clara se había relajado e integrado perfectamente al grupo, había perdido a Maia de vista, la vio pararse seguida de uno de los amigos de Fran, pero le restó importancia, no se había dado cuenta que su amiga había desaparecido hace una hora.

Sin embargo, su plan de hablar con Felipe venía fracasando, apenas había cruzado un par de palabras pero no había podido entablar ni una conversación sola con el. Un poco frustrada sale a la terraza del lugar, saca un paquete de puchos y prende uno, no fumaba regularmente pero si cuando salía. Desconectada de su al rededor mira hacia la gran ciudad, tan grande e iluminada, tantas personas en este lugar y yo jugando al detective con este boludo, sus pensamientos sobre Felipe no la abandonaban.

Casi como si lo hubiese llamado Felipe se hizo presente en la terraza. -¿Te pasó algo?¿Qué haces acá sola?- Clara quedó estática, tenía miedo de haber estado pensando en voz alta todo este tiempo, su corazón daba un vuelco y estaba demasiado concentrada en la reacción de su cuerpo como para dar una respuesta coherente ¿qué le pasaba con este chico? Como pudo intento formular una respuesta. -Se me acabó la batería social, me quiero ir pero no encuentro a Maia por ningún lado- Que excusa terrible había inventado, pero pareció lo suficientemente convincente para Felipe.-No te quiero tirar las malas pero Maia se fue con Matías hace rato, pero si queres yo te llevo a tu casa- Clara quedó perpleja, obviamente que Felipe la llevara a su casa era una gran oportunidad para hablar con el, pero realmente no conocía al chico, podría ser un secuestrador y ella se iba a subir a su auto.- Tranqui, no estoy tan lejos de mi departamento, me vuelvo caminando- La expresión de Felipe cambió completamente, como si la Idea de Clara le pareciera totalmente errada. -No te voy a dejar que vuelvas sola en la
madrugada a tu casa- El debate sobre cómo Clara volvería a su casa continuó por varios minutos, los dos eran demasiado tercos como para ceder, hasta que Felipe le ofreció acompañarla caminando hasta su casa, Clara terminó aceptando, sinceramente estaba demasiado cansada como para seguir discutiendo.

El camino a casa de Clara transcurrió entre diferentes temas de conversación, Había aprendido bastante de la vida de Felipe, el le habló de sus próximos proyectos, le contó de sus hobbys y próximos viajes. Clara no se quedó atrás, le contó de su relación con Fran y como se habían conocido, de todos los trabajos que hacía y de lo mucho que le gustaba pintar y la poesía. Al llegar a la puerta del edificio se despidieron pero cuando Clara estuvo por entrar, notó que Felipe seguía ahí parado.-¿Te vas a quedar de guardia acá abajo?- le pregunto en un tono sarcástico.
-tengo que pedir un uber pero ninguno me agarra- Clara no iba a dejar a Felipe ahí solo, hacía frío y el había sido amable de acompañarla a su casa, así que ella decidió devolverle el favor.-¿Queres subir y esperamos arriba?- Felipe asintió y subieron juntos.

Subieron al departamento en silencio. Clara abrió la puerta y encendió las luces, revelando un espacio acogedor y artístico. Pinturas y bocetos decoraban las paredes, y una estantería repleta de libros se encontraba en una esquina. Clara lo invitó a pasar-¿queres tomar algo?- Felipe se sentó en el sofá, mirando alrededor con curiosidad. -Agua estaría bien, gracias.- Clara fue a la cocina, sirvió dos vasos de agua y volvió al living, entregándole uno a Felipe antes de sentarse a su lado.

Tomó un sorbo, intentando encontrar las palabras adecuadas para seguir la conversación. —Gracias por acompañarme—dijo finalmente. —La verdad me daba un poco de miedo caminar sola- Felipe sonrió, un destello de calidez en sus ojos.—No hay drama, Aparte podía conocerte un poco más, Fran me habló mucho de vos- Clara sintió que sus mejillas se ruborizaban ligeramente.—Espero que haya dicho cosas buenas —bromeó.—Todas buenas, te lo aseguro —respondió Felipe, riendo. —Dijo que eres una artista muy talentosa- Clara estaba color bordó. -Tampoco es la gran cosa, necesito la plata y pintar no me supone mucho esfuerzo-.

Pasaron un rato hablando sobre arte, proyectos futuros y sus sueños. La conversación se volvió más íntima, y Clara sintió que estaba descubriendo una conexión más profunda con Felipe. Sus barreras iniciales parecían desvanecerse con cada palabra intercambiada.
De repente, el teléfono de Felipe vibró. Lo sacó del bolsillo y miró la pantalla.—Ya está el uber—dijo, aunque su voz sonaba casi decepcionada. Felipe se levantó, la tensión entre ambos era palpable y antes de que pudiera dirigirse a la puerta, Clara lo detuvo.—¿Estás seguro de que quieres irte?- No sabía de donde había sacado la valentía para decirle eso, es más ni si quiera pensó y se había dejado guiar por su impulso. Felipe se quedó inmóvil por un momento, pero decidió romper la tensión entre ambos, dejó su teléfono sobre la mesa y dio un paso hacia Clara, acortando la distancia entre ellos. Sin decir una palabra, él se inclinó y la besó.