CAPITULO 2: UN CUALQUIERA

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El hombre corre, alborotando su pelo negro corto, cubierto por una chaqueta de piel hecha a mano que combina con su camisa azul y sus pantalones.

—Señor, ¿le gustaría pasar una noche conmigo? —pregunta Margaret.

—No, no; sabes que sígueme —dice el hombre misterioso, mientras le da la mano y la lleva a una habitación, tirando cinco dólares al mesero.

Cuando llegan a la habitación el hombre le dice a margaret

-quitate la ropa- dice apurado

—¿Qué? ¡¿No va muy rápido?! —responde Margaret, ofendida.

—No mirare, solo hazlo —insiste el hombre.

Margaret lo hace lentamente, tratando de darle un toque romántico al momento.

—Más rápido —dice el hombre.

—Ok, ok —responde Margaret.

Cuando termina, el hombre se esconde detrás de la puerta y se escucha:

—¿Dónde estás, Enzo? —grita un hombre.

De repente, ese hombre golpea la puerta y la abre, viendo a Margaret desnuda solo cubierta por la sábana de la cama, dejando ver parte de su cuerpo desnudo

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—————————————————————Lo siento, señorita —dice el hombre, sin ver al misterioso (¿Enzo?) detrás de la puerta

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—Lo siento, señorita —dice el hombre, sin ver al misterioso (¿Enzo?) detrás de la puerta.

Margaret va a hablar, pero el hombre misterioso (¿Enzo?) la calla poniendo su dedo índice en su boca, hasta que no se escucha nada afuera.

—Gracias —dice, mientras le da el dinero.

—¿Eso era, señor Enzo, o quiere más? —pregunta Margaret de forma seductora, acercándose totalmente desnuda.

El hombre pone su mano en el pecho de Margaret y la aleja.

—No, gracias, solo era eso, y no me llame Enzo —responde el hombre.

—¿Pero ese es tu nombre? —pregunta Margaret.

El hombre la mira y se va. Margaret supone que ese es su nombre.

Después de eso, se viste y se va, pero ve en su chaqueta una frase que dice "Hecho en Stanley Fort", una ciudad grande que Margaret vio en el mapa aquel día que conoció a Ray Kalowey.

Esa noche, sigue buscando trabajo y es una noche de grandes apuestas en el póker.

Llega el hombre (¿Enzo?) en un caballo gris pequeño y con un revólver que dice tallado en el arma "1887 JM".

Empuja la puerta casi rompiéndola y llega a la mesa del póker, donde se sienta a jugar. Hay un asiento vacío y, mientras él juega, ella se sienta en esa silla.

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