CAPITULO 9: LOS SALVAJES

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Una mañana tranquila, el sol entraba por la ventana de la habitación de invitados. Margaret, sentada en una silla en la esquina de la habitación, leía un libro llamado Las tres caras de Eva. Ray estaba en el campo cosechando zanahorias, Rachel alimentando a las vacas, Vasco amarrado en el granero como siempre, y Richard en la sala de estar buscando un lugar donde pudiera haber un barco. Por último, Enzo, en la habitación de invitados, se ponía las botas, salía y bajaba las escaleras para sentarse junto a Richard.

-Buenos días -dijo Enzo.

-Buenos días -respondió Richard, concentrado en lo suyo.

-¿Qué haces? -preguntó Enzo.

-Busco un lugar donde pueda estar mi barco y creo que lo encontré -dijo Richard, señalando una pequeña península circular al este de Relony.

-¿Y por qué estaría ahí? -preguntó Enzo.

-Bueno, me lo robaron hace muchos años y nunca me tomé el tiempo de buscarlo, simplemente dejé de trabajar -contestó Richard.

-¿Y ese es nuestro barco? -preguntó Enzo.

-Supongo -respondió Richard.

-¿Supones? -replicó Enzo, enojado.

-Bueno, creo que es una base de bandidos -dijo Richard.

-¿Mexicanos? -preguntó Enzo, sospechando si tal vez eran de los Harfos.

-Algo así creo. Son unos salvajes raros, y es la única base con acceso al agua donde podría haber un barco -explicó Richard.

-¿Y cuándo vamos? -preguntó Enzo.

-Tenía una idea para que no detecten nuestra ubicación ni nuestras caras -dijo Richard.

-¿Cómo? -preguntó Enzo.

Mientras, en el granero, Vasco dormía tranquilo, amarrado, cuando de repente llegaron Enzo y Richard.

-¿Qué sucede? -preguntó Vasco, aún medio dormido.

-Te tenemos un trato -dijo Enzo.

-¿Me van a matar? -preguntó Vasco.

-Si no nos obedeces, podría ser -respondió Enzo.

-¿Qué pasa? -insistió Vasco.

-Mira, te necesitamos como espía. Queremos que te infiltres en un campamento y nos des información -dijo Enzo, siendo interrumpido por Rachel, que entraba al granero buscando a Vasco.

-¿Rachel? ¿Qué haces aquí? -preguntó Richard.

-Eh... te estaba buscando -dijo Rachel, mintiendo.

-Fuera, te dije que no entres aquí -ordenó Richard, y Rachel se fue.

-Entonces, si hago eso, ¿me dejarán libre? -preguntó Vasco.

-Si para entonces me despierto feliz, puede ser -dijo Enzo.

-Bueno, ¿dónde es? -preguntó Vasco.

Richard montó un caballo y subió a Vasco en la parte trasera.

Rachel, desde lejos, miraba asustada a Vasco, quien también la observaba.

Mientras se dirigían al campamento, Richard le explicó el plan.

-Tienes que infiltrarte como uno de ellos y descubrir si tienen un barco grande con una franja roja -dijo Richard.

-¿Y luego? -preguntó Vasco.

-Te recuperaremos, pero no iré yo. Enzo y algún otro hombre te rescatarán -explicó Richard.

Vasco llegó al campamento.

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