Prólogo

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¿Qué quieres ser cuando seas grande? Esa era la pregunta que siempre se repetía en las reuniones familiares desde que tengo memoria. «¡Forense!», decía con tan solo cinco años y las miradas descontentas y asombradas, casi de horror, no se hacían esperar. «¡Química industrial!», respondí a los diez y, de nuevo, las pupilas cargadas de decepción y hasta con asco, ensombrecieron los rostros de los adultos. «¡Escritora!», se me ocurrió a los quince y esta vez, no lo dije en voz alta. Lo guardé para mí, para no tener que dar explicaciones ni verme obligada a arrepentirme. «¡Escritora!», he repetido desde entonces y todo marcha bien. Nadie (de mi circulo familiar) lo sabe, nadie lo entendería, y nadie puede hacerme cambiar de opinión.
      Y aquí estoy varios, muchos, muchísimos años después convencida de que sí vale la pena luchar por lo que se quiere. De que no me dejé arrebatar los sueños ni cortar las alas. De que si he logrado sentirme feliz con lo que escribo... ¡soy escritora! Y eso es lo que enseño a mis alumnos en mi taller: A dejarse llevar por los sueños, que sí cuestan, pero jamás un precio imposible de pagar para quien quiere ser feliz con lo que hace.
      Lo que leerán en esta antología no serán los mejores escritos del mundo, y claro que necesitan más edición y corrección, pero han sido lo que ellos han querido contar desde la primera letra y hasta el último renglón. No hubo impedimentos, ni restricciones, solo una meta y consejos que fueron llegando a medida que fueron avanzando en la creación de estas historias. Espero que lo disfruten porque más que simples letras, son pedazos de pura alma...


Antología (1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora