II - El asesino de la rosa: Ser cazado; lo que un depredador nunca espera.

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Con esta historia pretendo mostrar al lector que el odio engendra odio, que todo lo que hacemos a otra persona acabará afectándonos a nosotros mismos.
El odio por las mujeres que siente el protagonista, Eidan, está relacionado con su madre. Al mismo tiempo, Ainara se convierte en otra persona tras el asesinato de la suya y deja que el odio la guíe, anulando su empatía y el resto de sus sentimientos. El resultado de todo este rencor acumulado es impactante.
En la vida real sucede lo mismo a otros niveles. Todas nuestras acciones tienen repercusión en las personas de nuestro alrededor.

Nota del autor: AngeleslesLInares

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