PIÉLAGO

Capítulo 10.🌊✨️

Dylan.

El señor Frank está parado al frente de la cama en la que descansa Renata y su aspecto con todo respecto es miserable, pobre hombre. Tiene las ropas desgarradas, múltiples cortes y raspones en su piel.

—Señor Frank —espeto acercándome a él y lo que pasa luego me aprieta el corazón.

Se abalanza sobre mí y me da un fuerte abrazo soltando un desgarrador sollozo.

—Se ha ido.

—¿Quién se ha ido, señor Frank?

—Está muerta. Mizuki está muerta.

No puedo ni imaginar el dolor que este pobre hombre siente. Su esposa era todo para él, vivía solo por y para ella. Ellos eran toda la definición de amor.

Ellos eran la relación que todos envidiábamos. Siempre solucionaban las escasas diferencias que tenían y nunca se dejaban llevar por egos ni por el orgullo.

Con solo ver el cómo se miraban se sabía que era amor verdadero y eterno.

Eran uno solo. Un amor de verdad.

—Esta vida no fue sufuciente para amarla como se debía. —dice entre sollozos ahogados.

—Señor Frank de verdad lo lamento mucho no puedo ni imaginar lo que siente, pero se que ustedes se amaron inmensamente. —Digo mientras sobo su espalda y puedo sentir los pedazos rotos de su corazón su dolor es desgarrador.

—Mi alma se fue con ella Dylan, ni siquiera me siento con vida. Todos los momentos regresan a mí y me duele tanto. —me toma de los hombros y me mira fijo a los ojos—siento que de esta noche no voy a avanzar. Se que nunca la olvidare. Amor como el de ella no se encuentra si no solo una vez.

—Señor Frank —el llamado que le hace Renata lo hace mirarla de inmediato. Se separa de mí y toma la mano que ella le está extendiendo.

—Retana yo sé que tú me entiendes, pero no es igual.

—Yo sé, sé que ahora duele tanto como si le arrancaran el corazón, sé que ahora también quiere rendirse e irse con ella, sé que ahora todos los recuerdos lo lastiman, pero también sé que no dolerá para siempre, sé que un día esos recuerdos sacaran una sonrisa en usted.

—Gracias Renata —se inclina y besa el dorso de su mano —pero también sé que su última promesa se cumplirá.

—Está bien. —Renata le da una sonrisa sincera. Solo ella puede entender este dolor.

Renata.

Lo que se ve en un hospital es triste, las personas desgarrándose luego de la noticia que nadie quiere recibir. Aunque en otros momentos esta esa noticia de que está bien nuestro ser querido que saca lágrimas de tranquilidad.

Poco a poco y gracias al cielo los chicos se han ido a integrando a nosotros, si nuestros compañeros de trabajo, gracias a que todas las personas llegan a este hospital según lo que me explico Dylan.

Algunos se rompieron extremidades, tienes fuertes hematomas y cojean, también tienen uno que otro desgarro muscular.

Lo bueno es que todos están completos, lo lamentable es que perdimos nuestros equipos de fotografía y pintura, pero igual esto se recuera.

Dylan se sienta en la silla que está al lado de mi camilla, mientras Nathaniel duerme acurrucado a mi costado sin intentar acercase mucho para no lastimarme.

—Es triste que se hallan perdido las fotos. —lo miro a sus ojos oscuros y el me da una pequeña sonrisa mientras niega despacio.

—¿No? —pregunto desconcertada.

—No, por lo menos mis fotos están aseguradas en la copia de seguridad que tengo conectado al dispositivo en casa. Lo bueno es que saque foto de todo y de todos.

—Oh, sí que venias bien preparado.

Asiente y se inclina para besarme toda la cara, las mejillas que se me empiezan a sonrojar, la nariz, el mentón, la frente y por último la boca.

—Te amo Renata—revela mirándome con un brillo intenso en sus ojos — sentí mucho miedo cuando te vi en aquella camilla— se acerca para volver a besarme.

—Oh, Dylan yo te amo mucho más, de verdad gracias por todo, por esperar tanto por mí y gracias por aceptar a mi hijo también.

—Soy yo quien debe agradecerte por escogerme y dejarme estar. —ambos sonreímos y volvemos a besarnos.

El señor Frank, quien ahora se encuentra mucho más tranquilo luego de que una persona viniese por él para llevarlo a el lugar, por lo que me he dado cuenta esta el cuerpo de su esposa. También consiguió un celular en el que todos hemos hablado con nuestros familiares.

También logro comunicarse con el taller y consiguió que enviaran un avión para que nos regresen a casa.

—Muy bien chicos el avión llegará en unas horas.

Nathaniel ha despertado luego de una larga siesta y me dice un cuento que le conto una señora de camino al hospital. Algo de una mujer hermosa que maldijo a un hombre y por eso en Piélago ocurren catástrofes. Parece que las viejitas tienen la misma imaginación de los niños. Que tierno.

Ahora mismo se nos informó que ha llegado el avión por nosotros. Vino un vigilante del hospital ya que el señor Frank se encuentra recostado en una silla, esta dormido y tenía el celular en silencio.

Todos se dirigen a una pista que tiene el mismo hospital con ayuda de enfermeros, unos van en silla de ruedas y en muletas a mí me tienen que llevar en camilla por eso seremos los últimos en salir.

—Hijo ve y despierta al señor Frank. Ten cuidado no lo vayas asustar.

Nathaniel se acerca al señor Frank y le soba el brazo con cuidado.

—Señor Frank, ya llegaron por nosotros.

Pero él no reacciona.

Se acerca Dylan y lo toma del hombro.

—Señor Frank, despierte ya llego el avión. —Lo sacude débilmente, pero esto provoca que el celular que tiene en la mano se le desprenda cayéndose al suelo.

Y nuevamente no se consigue repuesta.

—Enfermera —llamo a una de las enfermeras que está pasando —por favor puede revisar a ese señor no reacciona a los llamados.

Y así sigue pasando, llamados sin repuesta. Hasta que llega una doctora que toma sus signos vitales y le dice con una mueca apenada a Dylan.

—Está muerto.

El señor Frank está muerto.  

Nota de la autora.

Creo que nos estamos acercando al final. 

La verdad ya quiero terminar esta historia para empezar con mis otros personajes que ruegan por que los comience a escribir. 

¿Ustedes son de leer la historia en emisión o una vez ya completa?

Recuerda que todo esto es ficción. Yo solo quiero escribir la historia de mis personajes, que me escogieron a mí para contar su historia. 

Gracias a todos los que le están dando una oportunidad.

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