Un gato azabache de orbes verdes cual olivo se encontraba en estos instantes transitando por las oscuras calles de St. Louis. Con sigilo, pero sin quitar su elegancia a la hora de andar. Para el felino, los sonidos ajenos no eran sonoros. Solamente el sonsonete de sus firmes pasos. Nada ni nadie podía quitarle su atención y concentración. Según sus cálculos: no debería tardar más de 6 minutos en finalizar el recorrido para poder llegar al punto de encuentro establecido. Y no se equivocó.
Una vez estuvo frente con frente al opaco callejón, atisbó sus alrededores con sutileza. No quería que nadie sospechara de él. Cuando verificó que nadie notaba su presencia se adentró a la penumbra que brindaba la callejuela. Pasando desapercibido.
Inspeccionaba con la mirada, mientras avanzaba más y más. Pero paró en seco al escuchar una familiar e irritante voz de una fémina. Pero no cualquiera.
- Hasta que al fin llegas, señorito puntual - Dijo aquella voz, casi no irreconocible para él. Su acento francés se hacía destacar mucho entre las personas.
- No sabíamos que el señor Mordecai Heller llegara tarde. Eso es algo imposible de ver todos los días - Dijo otra voz, siendo esta masculina. Con el mismo acento que la anterior.
Mordecai ya sabía de quienes se trataban. Por eso se estaba preparando mentalmente para sus exasperantes mofas.
- Serafine, Necodame ¿Se podrían guardar sus insignificantes burlas para ustedes mismos? Tenemos tiempo limitado - Dijo el azabache, un poco irritado por los comentarios de los gemelos. Pero manteniendo su cordura.
Los felinos de apellido Savoy se miraron cómplices, antes de que la fémina volviera a dirigirle la palabra al de orbes verdes.
- Como quieras, ''puntualito''. Pero nos preguntábamos ¿Cuál fue semejante ''tragedia'' que hizo que te atrasaras? Digo, esto es un suceso histórico. Vamos, no nos burlaremos - Mencionó la francesa sin evitar sonreír con malicia, airando al de lentes - Al menos no ahora... - Dijo otra vez la fémina, en un susurro que solo ella y su prójimo llegaron a escuchar.
El azabache suspiró con notorio fastidio. Era más que obvio que no lo dejarían en paz hasta que les diera una explicación lo suficientemente buena como para que estos dos gemelos le dejen de hacer mofas, al menos por un tiempo considerable. Pero por obvias razones no pensaba en darle explicaciones a los molestos felinos que tenía en frente. Era más reservado en esos temas. Contar como si fuera un chisme lo que te sucede en la vida cotidiana claramente no era de sus pasatiempos favoritos. Aunque, si lo consideraba mejor y pensara de forma inteligente y astuta, no sería una mala idea. Se salvaría de burlas o interrogatorios innecesarios. Pero claro. Pensaba en ser discreto ya que no quería alargar la situación y más porque tenían trabajo que hacer.
- Tomé un merecido descanso temporal en un establecimiento cercano. Nada fuera de lo común. - Afirmó el de lentes, aún con su permanente semblante frío. - Ahora prosigamos a... - Fue increíblemente interrumpido por Necodame.
- Oye, conozco una cafetería cerca de aquí. Quisiera descansar un poco estos músculos y llenarme con la comida casera que preparan ahí, ¿Qué dices, hermana?
- Yo voy, y así veremos que fue la semejante ''cosa'' que retrasó a nada más y nada menos que Mordecai Heller - Decía entre risas
Su hermano iba a responderle, de no ser por Mordecai quien ya estaba arto de que los gemelos se desviasen del tema y que no se concentrasen en la misión planteada.
- ¡Escuchen! Solo tuve un imprevisto no muy agradable con una mesera del local y...
En ese momento Mordecai recordó a la chica que lo atendió y no pudo evitar avergonzarse mentalmente, pasando por su mente su incómodo y no tan agradable primer encuentro.
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Bad Cat ( Mordecai Heller x Lectora )
FanfictionEl amor, todos han de pensar que solo son dos tortolos, destinados al estúpidamente conocido " felices para siempre "... Pero no muchos saben el verdadero origen de dicho e inusual sentir. El amor es un sentimiento sin límites, sin fronteras, abiert...